Argentina inscribió 109 cortometrajes para la 51º edición del Festival Internacional de Cine de Huesca, que se llevará a cabo del 9 al 17 de junio. El cierre de la inscripción indicó que la muestra batió su récord histórico: recibió 2.228 obras, 200 más que el mejor dato precedente obtenido en 2019 (2.084).
Argentina, que este año será País de Honor triplicó su presentación con relación a la edición del festival de 2022, donde había inscripto 36 obras y batió su propio récord de obras inscriptas. Esta nueva figura honorífica nace como “un paso más en la creación de puentes culturales” junto al Ministerio de Cultura de Argentina, según lo expresado por la directora de la muestra altoaragonesa, Estela Rasal. El proyecto sienta las bases para que la cultura y cinematografía argentinas tengan un papel destacado en la cita de este año en la capital oscense.
“Estamos muy felices y agradecidos de recibir esta invitación como país de honor en este festival tan reconocido. Sobre todo por la oportunidad que significa para nuestros y nuestras cortometrajistas de difundir su arte por el mundo, es un impulso hacia la internacionalización de los cortos argentinos”, expresó Lucrecia Cardoso, secretaria de Desarrollo Cultural del Ministerio de Cultura.
España se coloca como el territorio con mayor cantidad de cintas presentadas, con un total de 780. Después aparece Francia, con 178. El número de países representados se sitúa en 92, lo que supone un aumento respecto al pasado año y rozando el máximo logrado en 2020 (93). Para la directora del certamen, Estela Rasal, los datos son “excepcionales”: “hablan una vez más de la importancia de contar con un equipo sólido y profesional, además de evidenciar el prestigio y respeto internacional de una de las citas más conocidas del sector”.
Superando el medio centenar de cintas están también otras cinematografías de gran peso internacional como Alemania (91), México (81), Colombia (80), Brasil (72), Canadá (56), Italia (52) y Polonia (51). Propuestas llegadas de los cinco continentes, desde realidades tan dispares como las de Ucrania, Togo, Líbano, Camboya, Tanzania, Filipinas o Kirguistán.
Otro de los datos destacados es el incremento de operas primas, que pasa de 593 a 654 en un año, casi un tercio del total. Este hecho respalda una de las características ligadas al ADN del certamen altoaragonés desde sus orígenes, “Huesca siempre ha jugado un papel crucial como plataforma de lanzamiento para nuevos talentos y tener este poder de convocatoria en este ámbito es clave”, explicó Rasal. Junto a los debuts en la dirección, aparecen igualmente 269 trabajos procedentes de escuelas de cine y universidades.
El comité de preselección, que ha tenido que ser reforzado ante el elevado número de inscripciones, se encuentra en fase de visionado para conformar la sección oficial que se verá en Huesca del 9 al 17 de junio. Un proceso donde deberán analizar 1.023 cintas en el apartado iberoamericano, 801 en internacional y 404 en documental. Casi 36.000 minutos de metraje para elaborar una foto fija de la industria a nivel mundial; este es el primer paso de los cortometrajes para optar al Premio Danzante (máximo galardón de la cita oscense) que cuenta con el aval de la Academia de Hollywood para los Premios Oscar y la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España para los Premios Goya, además de otorgar 5.000 euros en metálico a su ganador.