La productora y gestora cultural Estela Rasal es la flamante directora del Festival Internacional de Cine de Huesca, que se llevará a cabo del 9 al 17 de junio próximo, en el que Argentina será el País de Honor. Integrante del equipo de dirección del certamen altoaragonés desde 2014, durante nueve ediciones fue directora de producción del mismo. Este es su primer festival como máxima autoridad.
-¿En qué consiste la presencia y la participación argentina en el Festival de Huesca, cuáles son las actividades previstas?
Aunque estamos en el período de preselección para el concurso y la programación la tendremos cerrada en mayo, ya acordamos con el Ministerio de Cultura argentino varias actividades.
Por un lado, vamos a presentar a dos cortometrajistas argentinos.
Además, en el Festival tenemos el gastrocine, que combina el cine con la cultura gastronómica. Es una actividad muy emblemática y muy deseada por el público de Huesca, que desgraciadamente durante la pandemia no se pudo celebrar. Este año, ambos países tenemos una excelente oportunidad para fusionar nuestras culturas tanto cinéfilas como gastronómicas. Por eso convocaremos a un chef o una chef desde Argentina, y nosotros tendremos también de nuestra parte un chef o una chef con productos de ambos países y cine de ambos países.
A partir de allí tendremos otras actividades en torno al país de honor, como ciclos de cine y algún largometraje.
Hay un aspecto muy importante -todavía no puedo desvelar nombres porque estamos trabajando en ello-, y es que en el Festival de Huesca tenemos tres premios homenaje todos los años: el Premio Pepe Escriche, el Premio Luis Buñuel y el Premio Ciudad de Huesca Carlos Saura, que además este año cobra una mayor importancia todavía, porque desgraciadamente Carlos ya no está. Uno de estos galardones, que son honoríficos, va a recaer sobre alguna entidad o persona de origen argentino.
-¿Cómo se produjo el vínculo y la interacción con los representantes de la cultura y de la actividad audiovisual argentina?
Tradicionalmente el Festival de Huesca siempre ha tenido un vínculo muy estrecho con los países latinoamericanos. De hecho, uno de los tres concursos que tenemos está dedicado exclusivamente al cine iberoamericano. Ya había un trato de antes. Pero nosotros quisimos en esta nueva etapa tener todos los años un país invitado, un País de Honor. Y justamente en esta época que estábamos con estas ideas, estaban por aquí representantes del Ministerio de Cultura de Argentina, gracias a un programa de intercambio cultural. Conversando surgió la primera chispa del amor (Risas).
-Este es tu primer festival como directora, tras tomar la posta de su director anterior, Rubén Moreno. ¿Qué impronta buscás darle a la muestra? ¿Dónde va a estar puesto el eje de tu participación?
Hay una labor de continuidad: al fin de cuentas somos el mismo equipo, que venimos trabajando juntos hace unos cuantos años. Pero en este cambio de responsabilidades, también van cambiando energías. Improntas, como tú dices. A nosotros nos gustaría en esta nueva etapa, por así decirlo, acentuar todavía más -si cabe- el protagonismo en los cortometrajistas. Porque no podemos olvidar que el Festival Internacional de Cine de Huesca está hecho por y para los cortometrajistas, para que ellos defiendan sus trabajos y para que se generen unas sinergias entre ellos y la industria. Y que de allí surjan otros proyectos. Gracias a esto nosotros somos uno de los seis festivales que selecciona, que califica para los Oscars en España. Queremos seguir manteniendo este prestigio, esta línea, y entonces creemos que tenemos que dedicar más esfuerzos todavía a que ellos sean los protagonistas.
Buscaremos aumentar actividades de networking para poder tener aquí personas de relevancia para ellos, para generar esos proyectos y tener un país invitado. Para que también surjan proyectos, no solamente para ese año, sino con la idea de darle continuidad y de ir ampliando fronteras. Nosotros actuamos de catalizador entre los creadores –que son los cortometrajistas- y los productores, las instituciones, para que esa cantera, que son los cineastas del presente y del futuro, se pueda desarrollar. Creo que esa es la labor que tenemos que desarrollar como festival internacional de cortometrajes.
-El Festival va a estar indudablemente teñido por la muerte de Carlos Saura, nacido precisamente en Huesca. Además hay otra significación: desde 2018 se otorga el premio Ciudad de Huesca que lleva su nombre y que él mismo entregaba. ¿Qué actividades y homenajes hay previstos?
Se están preparando diferentes actividades pre-festival y durante el mismo, conjuntamente con el Ayuntamiento de Huesca y la Diputación Provincial de Huesca, en su homenaje. Tanto él como su hermano Antonio son dos de los grandes artistas del siglo pasado y el actual que tenemos en Huesca. En cada entrega del premio Ciudad de Huesca Carlos Saura siempre venía él a otorgarlo, junto con su hija Ana. Este año pasado ya no pudo, porque estaba con una bronquitis. Y en esta edición esperamos contar con la familia para entregar el galardón.
–¿Cómo te tomó la noticia de su fallecimiento?
Entiendo que es una persona que tenía 91 años. Pero no deja de dar rabia, porque su presencia siempre era una maravilla. Defendiendo además la ciudad. Para las personas que recibían el Premio Honorífico era un lujo no solamente que les entregara el premio, sino pasar una jornada con él, comer con él. Siempre se aprendía mucho hablando con él.
Para nosotros es triste. Son muchos años contando con su presencia y no solamente para ese día, sino durante el resto del tiempo. Es una persona que nos ha dado siempre mucho cariño, mucho apoyo. Siempre hemos estrenado obras y trabajos suyos. Pues lo vamos a echar muchísimo de menos, como se echaría alguien de la familia.
-En diciembre último, en Zinebi, se llevó a cabo una histórica reunión de programadoras y directoras de festivales, bajo el lema “Las mujeres en los festivales de cine, ¿dónde estamos?”, en la que participaste. ¿Creés que tu gestión en el Festival de Huesca buscará darle mayor protagonismo a las mujeres?
Sin duda. Porque ya lo hacíamos antes. Creo que ahora va a salir de una forma muy orgánica. Porque al final, darnos visibilidad a las mujeres no solamente es una cuestión de mujeres, sino de toda la sociedad. Tanto de mujeres como de hombres. Pero si además el festival lo dirige una mujer aún te provoca más de una manera como más orgánica.
Me gustaría -a mí y a todo el equipo, estamos en esa labor- continuar con la labor que comenzó Zinebi, porque fue una reunión maravillosa donde salieron muchas cosas a trabajar. Este tipo de encuentros está muy bien para sentar bases pero para luego tener un programa para trabajar y a ir poco a poco. No vamos a cambiar el mundo pero podemos ir cambiando cositas que hagan que lo que suma; lo que hago yo aquí, lo que hace alguien en Argentina, lo que hace un señor en Copenhague. Todo eso es lo que hace que cambie el mundo. No una cosa puntual muy gorda sino cositas de todos los días. Acciones, ¿no? Sentar las bases y pasar a la acción. Hablar podemos hablar muchas cosas, pero luego hay que hacer. Hemos estado mucho en la sombra y aún seguimos en muchos casos. Tomamos muchas responsabilidades pero luego no tenemos un reconocimiento ni en el salario, ni en el puesto. Hay que sacarlo a la luz y cambiar algunas cosas. Por lo pronto, tratar de reparar la inequidad de género. La industria cinematográfica audiovisual tiene mucho que hacer en ese sentido. En España, pero en Argentina también. Y en el mundo iberoamericano ni hablar, ¿no?
-Como productora y directora realizaste recientemente una original campaña de promoción de la ciudad, llamada “No vengas a Huesca”. Para difundir el festival, ¿cuáles son sus puntos de atracción? ¿Vamos o no vamos a Huesca?
(Risas). No vengas a Huesca es una campaña de Tu Huesca, una empresa pública de la Diputación de aquí, que es la encargada de promocionar el turismo de la provincia. Me encargaron la realización del spot. Desarrollé el guion y la dirección con una idea de partida de la psicología inversa. Ya sabes que basta que te digan “no comas chocolate” para que tengas muchísimas ganas de comer chocolate.
Ahora todo el mundo acuñamos un poco el tema y en lugar de No vengas a Huesca pues yo digo No vengas al festival de cine, así como el que tiene una feria de teatro pues No vengas a la feria de teatro. Ha sido una campaña muy divertida que ha funcionado muy bien, que posiciona a Huesca también en otros sitios.
Nosotros, desde el Festival de cine, hacemos nuestras pequeñas cosas, con spots más sencillos. Nuestra principal atracción es que los cortometrajistas vengan a la ciudad y defiendan sus trabajos, generar sinergias con el resto de la industria de España y del mundo. Y que eso dé vida a un territorio y lo dinamice.
Julia Montesoro