Eduardo Raspo estrena el jueves 8 el documental Expuesta, que saca a la luz el extraordinario archivo fotográfico de Andy Cherniavsky, una de las más talentosas fotógrafas del país y el mundo, con producción de Zarlek Producciones.
Se trata de una película que conjuga 40 años de historia a través del rock nacional, con testimonios y fotografías icónicas y nombres tan representativos como los de Charly García, Fito Páez, Mercedes Sosa, Serú Girán, Calamaro, el Indio Solari, Sumo, Virus, Luis Spinetta, Fabiana Cantilo o Hilda Lizarazu.
Expuesta se presenta en más de 30 salas de todo el país, en una presentación poco usual por tratarse de un documental.
–Expuesta marcó tu regreso al largometraje después de 17 años. ¿Qué te impulsó a volver a los sets?
Este proyecto lleva mucho tiempo en el deseo de querer hacerlo. Venía insistiéndole a Andy, con quien tenemos una excelente amistad desde hace muchísimos años, porque siempre me pareció que en su vida había una película. Y que además a través de ella se retrataba una generación. Si en Tatuado hablé de mi adolescencia, en Expuesta están los años que siguen a esa etapa: los finales de esa dictadura atroz, la Guerra de Malvinas, la vuelta a la democracia. La vida de Andy da cuenta de ese momento histórico.
-¿Cuál fue su primera reacción cuando se lo planteaste?
Dudaba. No pensaba que allí había una película. Yo estaba muy convencido, porque además de su trabajo como fotógrafa hay una historia de vida que podía ser llevada al cine. Finalmente acordamos hacerla, pero surgió otra dificultad: nunca teníamos tiempo. Hasta que llegó la pandemia.
-¿La pandemia impulsó la película?
La pandemia me dio tiempo: nunca podía concretarla en un proyecto escrito. Nos encontramos con más tiempo del deseado: pude plasmar la historia y a Andy le gustó. Entonces se incorporó Luis Sartor, la tercera pata del proyecto y resolvimos todos los inconvenientes: tanto la producción como el rodaje se hicieron durante la pandemia.
-¿Qué encontraste en Andy como protagonista?
El título de la película alude no solo a lo fotográfico: ella se expone fuertemente. Es alguien que se reconstruyó a sí misma, que encontró los espacios, que como mujer supo moverse en un mundo de varones y ganarse su lugar con mucha elegancia.
Hablamos del rock de fines de los 70, principios de los 80. Ella fue quien registró las primeras fotos de muchísimas bandas, como Charly con Serú Girán, Sumo, los Abuelos, Calamaro, los Redondos. Virus. Uno de sus grandes talentos es su capacidad de poder estar en ese lugar.
-Más allá de las fotos y la vida de Andy, Expuesta también refleja la banda sonora del momento.
El rock explotó a partir de las Malvinas, cuando la dictadura prohíbe difundir música en inglés en las radios. Eso le dio un gran impulso a la música y Andy estaba allí. Todo eso está contado. Y además hay mucho material fotográfico inédito.
-¿Qué relación tenías con la música en la etapa en la que Andy fue la fotógrafa del rock?
Soy nacido en un pueblo del interior de la provincia de Córdoba. Me vine a estudiar cine a Buenos Aires en abril del 1983, porque la escuela de cine de Córdoba había sido cerrada en la dictadura. Mi relación era la de un fan: seguía algunas bandas y estuve en casi la totalidad de los conciertos donde estaba Andy como fotógrafa. Aunque nos conoceríamos muchos años después: con ella ocurre aquello que plantea (Jorge Luis) Borges en El cautivo: la idea del instante de vértigo en que el pasado y el presente se funden. Es lo que me pasó cuando nos conocimos. Ella estaba como en la trinchera haciendo fotos y yo del otro lado escuchando las bandas.
-¿Pensás en un perfil de espectador que haya sido testigo de época?
Insólitamente, la década del 80 tiene algo extraordinario que la hace muy atractiva a las nuevas generaciones. Me sorprendió muchísimo: ¿por qué tendrían interés por lo que pasó hace cuatro décadas? En el recorrido que empezó a hacer la película entendí que esos artistas siguen teniendo vigencia. Y que las nuevas generaciones tienen curiosidad por conocer los momentos primigenios del género.
-¿Qué devolución recibiste de los espectadores? ¿Qué vieron ellos en el documental?
Lo que buscábamos. Una película no se sostiene solo mostrando una obra artística. Lo atractivo aparece cuando uno entiende de dónde viene esta fotógrafa, cuál fue su tiempo histórico, cómo lo atravesó. La película me emocionaba cuando miraba cómo se pone de pie y se reconstruye. Y eso también pasó en las proyecciones: qué grandes fotos, sí, pero también qué gran historia de vida. Pudimos conjugar el artista, su tiempo y su obra.
Julia Montesoro