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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Francisco Paparella, premiado en Mar del Plata por «Tres hermanos»: «Salir a buscar locaciones es lo que más disfruto»

El realizador y productor Francisco Paparella es uno de los grandes ganadores del 37º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: obtuvo el Premio Especial del Jurado de la Competencia Internacional, el premio al mejor director argentino de todas las competencias otorgado por DAC y el premio a la Mejor Dirección de Arte y Mejor Diseño de Locaciones (que otorga la Asociación de Productoras y Productores de Locaciones Audiovisuales de Argentina), por la labor de Esteban Musacchio.

Tres Hermanos logró el apoyo del Programa Río Negro Film Commission de la Secretaría de Estado de Cultura de Río Negro, que significó una inversión en la provincia de más de 10 millones de pesos en las etapas de preproducción y rodaje que tuvieron lugar en la localidad de El Bolsón y alrededores. Del total del staff, un 35 por ciento del equipo técnico y el 99 por ciento del elenco residen en la provincia.

La historia gira en torno a tres hermanos cazadores patagónicos, metaleros, que lidian con sus problemas de manera hermética. El hermano menor se siente atraído por un compañero de jiu-jitsu. El mediano tiene cáncer testicular. El mayor pierde su trabajo en un barco pesquero y vuelve al pueblo enganchado a la cocaína. Mientras, la temporada de lluvias amenaza con rebalsar el río cercano y malograr la cosecha. Los roles protagónicos están a cargo de Paula Orlando, Esteban Lucangioli, Francisco J. Paparella, Marcelo Scoccia, Araquen Rodríguez, Karin Cuyul y Joséphine Schroeder.

Tres hermanos tiene su estreno previsto en enero de 2023 y además se exhibirá en Chile y en la Cineteca de México.

-¿Qué te llevó a contar una historia tan cruda sobre la vida en la Patagonia?

Nací en Buenos Aires, pero a los 5 años vine a vivir a El Bolsón. Siempre me pareció que el ambiente, el contexto, transforma a las personas. La Patagonia es una región hostil. Tenemos muchas situaciones climatológicas difíciles: hay temporadas en que hay nieve, muchas lluvias, aludes, inundaciones, y ahora, en los veranos se suman los incendios forestales.

Esta separación de lo que es la civilización -Patagonia tiene un habitante por km2 encerrado en la montaña-, hace que la gente tenga un proceso de pensamiento distinto. Los encierra en sí mismos. Un punto de partida era la importancia de la imposibilidad de comunicación de estos personajes. Me pasó lo que llamo el síndrome del poeta: hay gente con la que tengo una relación no tan cercana, y cuando se me acerca me empieza a contar su historia. Me gustaba la idea de poder retratarlos con seriedad.

-Hostil y cruel: ¿cómo introdujiste el elemento de la caza del jabalí?

El segundo punto que definió la historia fue la cacería del jabalí. Tengo muchos amigos que escuchan heavy metal y son cazadores. Uno de ellos vino a ver mi película anterior, Zanjas, con un jabalí colgado del techo del auto. La imagen me impactó porque jamás cacé. Entonces empecé a averiguar: me parece una tradición noble, en tanto la gente caza para comer, para alimentar a su familia. Muchos siguen viviendo de esa manera. Además allí hay otro factor importante: la relación muy estrecha entre la caza y los animales, como los perros y los caballos. Empecé a subdividir ese punto de partida de la cacería y a pensar en cuáles eran los conflictos con los personajes.

-Conflictos que giran en torno del río.

Tres hermanos es la segunda parte de lo que llamo la Trilogía del río. Me gusta la idea de retratar conflictos que tienen que ver con el agua. La idea de que nunca es dos veces el mismo río.

-¿Por qué buscabas mostrar explícitamente el vínculo entre la masculinidad y la violencia?

Se fue dando de manera natural, al empezar a trabajar sobre la psiquis de los personajes. Ellos no se pueden relacionar con sus sentimientos ni pueden transmitirlos. Empezamos a trabajar su origen en el guion. Hay una historia familiar traumática, que es la pérdida temprana de la madre. Como única figura femenina, allí hay una ausencia. El único que tiene cierta conciencia de lo que pasó es el herrmano mayor, aunque no está seguro de lo que sucedió. A la vez, su padre es violento con ellos y en la relación con la familia. Estos personajes tan cerrados debían tener una estrecha relación con la naturalidad de la violencia y el salvajismo. Lo importante es mostrar esta cuestión de la barbarie, pero de una barbarie en decadencia, de un linaje de reyes que habitan un mundo en decadencia. Por eso va a ocurrirr algo en la película que va a venir a castigarlos.

-Creciste en la Comarca Andina del Paralelo 42, ¿qué encontraste allí como locación fundamental para esta historia?

Originalmente, ellos tenían una chacra de lúpulo en El Bolsón. Es un ingrediente principal en la zona: hay mucho consumo y hasta se hace una fiesta. En esa circunstancia desarrollábamos la idea de una inundación en la zona. Me gusta trabajar con la idea del riesgo latente, de las amenazas de la naturaleza sobre los personajes.

Pero empecé a preproducir la película dos meses después de los incendios de 2021 y había tomado contacto con la gente que trabajaba contra el fuego. Al enfrentarme a una nueva coyuntura, utilicé lo quemado para resignificar el guion. La chacra de lúpulo se convirtió en un aserradero. Transformamos la historia a la cuestión de los bosques quemados. Tomamos un hecho real: ellos utilizan la madera quemada que no es de buena calidad para sacarla del pueblo y venderla. Se siguen alimentando de la misma tragedia. Terminé de cerrar el contexto después de visitar por lo menos unos 20 aserraderos: los pensé como un cementerio de árboles. La película tiene una situación de descenso a los infiernos. Como si ellos estuviesen en este limbo todo el tiempo y nunca terminan de salir. A la vez, nunca se termina de ver una nube en el cielo: que siempre está todo nublado, gris. Utilizamos esos contextos para profundizar la narrativa.

-Mar del Plata otorgó a Esteban Musacchio el premio al mejor diseño de locaciones. ¿Cuáles eran tus indicaciones al respecto? ¿Qué buscabas de los lugares para describir la historia?

Escribo mucho con las locaciones en la cabeza. Siempre tengo lugares donde vuelvo a filmar. Rio Azul, por ejemplo. Que además es el nombre de mi productora. Nunca vi algo como el color azul profundo de ese río. Escribo escenas para lugares que sé que existen: ese río, esta ruta, esta carretera, esos bosques que vamos a filmar. Ya desde el guion hay una bajada en el diseño de locación.

-¿Con qué dificultades te encontraste?

Lo más difícil fue ubicar la casa familiar: tenía que representar el concepto de reyes en decadencia. La región está habitada por pobladores originales y mucha gente que llevaba tiempo en la zona, desde las décadas del 30 y 40, cuando el gobierno les dio tierras. Encontrar esa casa fue el desafío más grande.

Obviamente, también las escenas en el rio; escenas de acción sobre el final donde había que crear efectos especiales allí. Debíamos tener mucho control sobre eso. Nos ayudó la gente del Departamento del Agua de El Bolsón para controlarlo.

-¿Qué está antes, el guion o las locaciones?

Ir a buscar locaciones es lo que más difruto. Por un lado, me nutre para futuras situaciones. Por otro, llegás a lugares en donde aplaudís, no ves la casa, te reciben los perros, sale una persona, explico que estamos haciendo una película y que buscás lugares para filmar. Y enseguida pasás a compartir un mate y te empiezan a contar. Es como una mamushka de la historia. Cuando buscás locaciones siempre encontrás más cosas interesantes para narrar. Obviamente, como soy del lugar, se abren un poco más.

-Tres hermanos describe un universo inhóspito y cruel. ¿Ese es el universo que te inspira la región? ¿Podía haberse filmado la película en otro lugar?

Todo lo que escribo lo desarrollo en Patagonia. Es donde más me siento relacionado con la gente del lugar. Los castings, los talentos, son actores naturales (me gusta más decirlo así que “no actores”) de la zona. La geografía y la problemática del lugar permite esta cercanía. El cine se hace desde la sinceridad. Y no necesariamente es siempre desde una manera inhóspita: estoy trabajando en una especie de drama romántico que va a suceder en primavera y con sol. En este caso, los mismos personajes eran inhóspitos y hostiles.

Julia Montesoro

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