Es la primera vez que la directora y antropóloga Carmen Guarini estará presente en el Festival Audiovisual Bariloche. Invitada a participar como representante de Directores Argentinos Cinematográficos -DAC- donde entregará el premio Género DAC a una película de la competencia dirigida por una directora; también participa como miembro del EAN -Espacio Audiovisual Nacional- junto a Vanesa Pagani, Julio Raffo, Marco Berger, Ines Oliveira César y Carlos Jaureguialzo, para dar a conocer el anteproyecto de la Ley para la Producción y la Industria Audiovisual Nacional.
“Nos interesa muchísimo poder conocer de primera mano las opiniones de las trabajadoras y trabajadores del audiovisual de la región”, dice Carmen Guarini a EFECTO FAB, la publicación digital del FAB.
-¿Por qué se hace necesario promulgar una nueva ley audiovisual?
-Por varios motivos. Hay dos que son centrales: el primero podemos decir que se vincula a los avances tecnológicos que han producido cambios tanto en las formas de producción y de exhibición como en los hábitos de las audiencias, lo que también requiere ampliar el concepto de la llamada industria audiovisual. Pero también uno no menor es la modificación de la dirección del Instituto que entendemos permitirán superar las notorias deficiencias de funcionamiento que tuvo en los últimos tiempos así como sus órganos de cogobierno (Consejo Asesor y Asamblea Federal), que nacieron con esta vocación pero la experiencia de todos estos años nos señala el fracaso que tuvo esa importante aspiración. Y un tercer elemento quizás el más central en esta modificación es la federalización de los recursos económicos. No sólo es necesario generar nuevos recursos sino poder reasignarlos equitativamente tanto por la diversidad de producciones como por la geografía de nuestro país, respetando a la vez la diversidad de género y cultural. Hoy necesitamos considerar pantallas que no sólo incluyen las plataformas sino también los nuevos formatos de difusión que hacen a la transmisión o exhibición de obras audiovisuales y también todo aquello que se refiere a las nuevas tecnologías inmersivas.
-¿Cuáles son los puntos más sobresalientes de la ley que propone el EAN?
Es el esfuerzo de un conjunto de entidades que durante la pandemia nos propusimos aprovechar ese tiempo para proponer la inevitable renovación de la actual ley de cine. Así entonces Argentores, PCI-Proyecto de Cine Independiente y Apima Productores Independientes, junto con DAC-Directores Argentinos Cinematográficos, asistidos por un grupo de asesores, comenzamos a reunirnos regularmente una vez por semana -primero por zoom y luego presencial- para escribir una nueva ley. Consideramos que se requiere redefinir el concepto de cuota de pantalla (que ahora incluye plataformas y otras pantallas). Y también gravar a las OTTs y plataformas, incluyendo por ejemplo los videojuegos. Las variaciones tecnológicas aportan nuevos formatos que deben estar comprendidos en una nueva ley dado que todo esto también aportaría al Fondo de Fomento. Se crea un Consejo Federal del Cine y las Artes Audiovisuales (CoFeCAA) como un real organismo de articulación federal para una política nacional. Y como venimos afirmando, lo central es afectar con criterio federal, los porcentajes de los recursos del Fondo.
-Respecto de las mujeres y disidencias del sector audiovisual ¿de qué modo las contemplaría la nueva ley?
Desde luego que este tema fue una de nuestras primeras preocupaciones. Por esto modificamos la letra misma de la ley en todo su articulado. Y se Incorpora el tema de equidad de género en los porcentajes de participación en todas las instancias, es decir no sólo en los cupos de la producción sino en todas las instancias institucionales de decisión. Garantiza la equidad de género pero también la diversidad cultural, creándose un fondo específico para el fomento de producciones audiovisuales nacionales de directoras y diversidades.
-Como productora general del Doc Buenos Aires -muestra de cine que lleva 22 ediciones- ¿qué significado tiene que un festival como el FAB -que se hace tan lejos de Buenos Aires- haya llegado a su 10ª edición y cómo considera que repercute esa vigencia para las y los realizadores de la región?
-Que el FAB cumpla 10 años es sin duda un enorme mérito de sus creadores e impulsores. Sostener la pantalla de un festival es siempre como digo, un gran esfuerzo, y dado el carácter de identidad local que defiende el FAB me parece un enorme hallazgo y mérito. Creo que pone en valor a los realizadores de la región y a toda su producción; colabora a dar un impulso a la creatividad presente en cada uno de los rincones de nuestro país, y de estas provincias en particular; estimula además a las nuevas generaciones y les devuelve y promueve su identidad cultural.