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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Florencia Mazzadi, directora del Festival CineMigrante: «El cine es un nuevo conocimiento y esta edición apunta fuertemente a eso»

Del viernes 23 al jueves 29 de septiembre se llevará a cabo la XIII edición de CineMigrante, que muta y transforma su propuesta acercando una programación que apunta ofrecer al público tres experiencias que entrecruzan el cine, la construcción de conocimiento colectivo, la poesía y las experiencias performáticas. Con el título Un gesto, un devenir en fuga, y curado por Florencia Mazzadi (Argentina) y Almudena Escobar López (España), CineMigrante se desarrollará en tres espacios: Planta Inclán ubicada en Parque Patricios (viernes 23 de septiembre), El Cultural San Martín (sábado 24 de septiembre) y el Centro Cultural Kirchner (domingo 25 de septiembre).
Habrá además un cuarto gesto, una curaduría conformada por 4 programas de CineMigrante XIII realizada especialmente para el Centro Cultural Kirchner (Un gesto hacia el Centro Cultural Kirchner), que se proyectará en la Sala B del 6° piso y ofrecerá el domingo 25 un corpus de cortometrajes que lleva por título Fabulaciones especulativas, susurro (trans)generacionales y luego, el miércoles 28 y el jueves 29, reunirá los filmes que integran los primeros tres gestos, dando así una nueva oportunidad a quienes no pudieran verlos el viernes y/o el sábado.
Todas las actividades, encuentros, experiencias y proyecciones que forman parte de la parte de la programación son de entrada libre y gratuita, con capacidad limitada. Las experiencias (gestos) comenzarán puntualmente no pudiendo ingresar a la sala con posterioridad.

Historiadora, investigadora y curadora en cine, activista y asesora en temas de defensa pública relacionados con la justicia y racialidad en la Argentina, Florencia Mazzadi es la directora del Festival Internacional CineMigrante desde 2010.

-¿Cuáles son los nuevos desafíos que se impuso para esta nueva edición de Cine Migrante con la inserción de actividades y performances que exceden el marco de una proyección de cine?

Tal vez el desafío es el de poner en práctica un modo posible de habitar ‘lo cultural’. CineMigrante implica para nosotras y para quienes hacen las películas una reflexión de mundo que tiene que ser posible de hacerse. Porque de no lograrlo, solo seremos espectadores y los cuerpos de las vejaciones de un mundo de muerte. Algo entonces implica salirse de la acción pasiva del consumo, del estar detrás de esas pantallas que nos ponen todo en la cara y como zombies miramos sin más que la acción de mirar. Esta edición ya no puede ser cómplice de ello. Ya no más imágenes de la crueldad lanzadas al mundo. Si hay algo de ello que no puede ser más, entonces hay algo por hacer. Y eso nos implica a cada uno. Ya no hay algo que mirar y algo que exhibir; pero hay algo por rearmar, por generar, por construir para habitar. Veremos si podemos prefigurar algo de eso en esta edición. 

-Teniendo en cuenta que no hay un cine argentino específicamente dedicado al concepto de “cine migrante”, ¿con qué expectativa el espectador llega a cada festival, qué imagen le devuelve la pantalla?

Yo creo que no hay un concepto de cine migrante; o sea, podría decirse en una suerte de reducción que cine migrante es un cine que habla de lo migratorio. Pero lo migratorio para nosotras es pensar la persistencia de un modo de vida que se fundó con la modernidad, un sistema de mundo que consolidó unidades territoriales nacionales al calor de la expropiación y la expoliación del continente africano y americano. Ese sistema de mundo es el que impone el dominio del ser humano por encima de las otras especies y de otros seres humanos; el dominio de hombre, blanco, ego, logo racializante. Para lo cual el cine argentino habla de la persistencia de ese dominio, por supuesto que habla.

-¿Cuáles son los criterios evaluados en la curaduría de las películas de la muestra?

Esta nueva edición la pensamos con la necesidad de habitar los indicios de lo que entendemos es la configuración de un momento histórico: un nuevo momento marcado por lo que consolidó la pospandemia. A saber: la extracción de hasta lo último posible de recursos en esta tierra; la consolidación de un modo de vida contrario a la construcción de un hábitat u hogar para todas las existencias presentes (todas es todas, las humanas y las no humanas); la consolidación de un modo de vida irrespirable. En ese sentido, nada más figurativo que lo que fue ese grito de George Floyd de I can’t breathe, para dejar ante los ojos de todos que estamos ante un mundo que no permite respirar y que todo aquello que aún preserva aquello que tiene vida, lo asfixia. Y esas asfixia es hacia las vidas empobrecidas, hacia las vidas de los sures, hacia las vidas por fuera de las fronteras de los países que persisten en la imposición de su modos de muerte colonialistas. 

Pensamos esta edición como un gesto pequeño que permita dar terreno a esas existencias que persisten ante la imposición de la colonialidad, dar terreno y hábitat a memorias, a modos, a sonidos, a fragmentos de modos de habitar el mundo que se resisten a ser capturados, a ser asfixiados.

CineMigrante ‘Un gesto, un devenir en fuga’ es tal vez un espacio en el que habitan algunos indicios de un por venir posible, que precisa ser abonado y por sobre todas las cosas, cuidado de la captura, de la necropolítica del mundo occidental. 

-¿Cree en el cine como herramienta para generar nuevos conocimientos, nuevos debates? Si es así, ¿se cumple el objetivo con CineMigrante?

El cine es un nuevo conocimiento. Y para nosotras esta edición apuesta aún más fuertemente a esto, ya que hemos decidido poner en práctica un modo posible de habitar ‘lo cultural’. Espacios dentro de la sala de cine que nos permita tejer lo que siempre evocan las películas en CineMigrante: una lectura compartida, un colchón de sentidos musicales, el gesto de compartir una comida. Cada una de las exhibiciones no serán algo a mostrar y quienes asisten serán solo espectadores. Esto es algo a donde ya no queremos más estar. Ser un consumo más, un renglón más de una lista de cosas culturales a las que podes ir, y ya, ir. 

CineMigrante implica para nosotras y para quienes hacen las películas una reflexión de mundo que tiene que ser posible de hacerse. Porque de no lograrlo, solo seremos espectadores y los cuerpos de las vejaciones de un mundo de muerte. 

Norberto Chab

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