Del 2 al 19 de noviembre se llevará a cabo la 19ª edición del Festival Latinoamericano de Cine con Vecinos, creado por Fabio Junco y Julio Midú y organizado por la Fundación Cine con Vecinos, que este año contará con una modalidad inédita: se llevará a cabo en la ciudad bonaerense de Saladillo y en distintas localidades de la provincia de Neuquén.
Hasta el viernes 30 de septiembre está abierta la inscripción para la Sección Competencia de Largometrajes de Ficción, abierto exclusivamente para largometrajes de ficción en la que se destaque la participación de vecinas y vecinos en el elenco de la película.
-Hay una gran novedad que ofrece esta edición de Cine con Vecinos y es que se llevará a cabo en dos lugares simultáneamente: Saladillo y Neuquén. ¿Cómo se organizará?
Fabio. El festival empezó a integrarse con provincias. En este comienzo tendremos otra sede en Neuquén. Nuestro objetivo es llegar al año próximo, cuando celebremos las 20 ediciones, con dos provincias más por lo menos. Queremos seguir conservando la edición online y a la vez ampliar la sección competitiva, visitando las sedes nosotros mismos.
La programación se lleva a cabo en forma simultánea en las dos ciudades. Vamos a estrenar las películas el día que estén programadas y al día siguiente presentarlas online.
-¿Cómo va a estructurarse la programación?
Julio. La sección competitiva del festival es única por dos motivos: porque está compuesta por largometrajes de ficción con participación de vecinas o vecinos y porque unifica largometrajes de Argentina y del resto de países de Latinoamérica. Decidimos no hacer una sección nacional y otra internacional, como se estila. Para nosotros la integración pasa por tener una sola competencia.
El festival contará con una muestra de cortometrajes -los que producimos con la Fundación Cine con Vecinos-, tanto en la provincia de Buenos Aires como en Neuquén. En los próximos meses vamos a viajar para capacitar a unos cuarenta directores y directoras y también hacer cortometrajes con la modalidad de cine express, en un solo día. Esas producciones formarán parte de la programación, tanto en Saladillo como en Neuquén. Y van a permitir hacer algunas proyecciones paralelas en ciudades donde hay salas y donde se harán los talleres, como Centenario, San Martín de los Andes o Zapala.
-En casi dos décadas de actividad, el Festival Cine con Vecinos abrió su convocatoria a América Latina. ¿Qué características salientes encuentran allí?
Julio. América Latina es donde más se desarrolla el cine comunitario. Lo que más prolifera son los cortometrajes y de allí, gran parte de la producción son documentales. Pero vemos que la ficción es cada vez más importante. Y nos entusiasma la idea de incorporarlos al festival. ¡Nos ganamos el derecho por viejos, porque hace 20 años fuimos los primeros que empezamos haciendo ficción con los vecinos! (Risas). Nuestra intención es tratar de que vengan jurados latinoamericanos relacionados con este cine e integrarlos para que den charlas.
Fabio. Por otra parte, nos asombra que en los últimos años le entregaron un Goya a una vecina. ¡Nos queremos matar! Los españoles lo ven como novedoso y nosotros lo hacemos hace 20 años. Para Europa es una novedad que directores de películas industriales, premiadas, hagan películas con “gente común” (como dicen ellos) o con no actores, que es una rara forma de calificar a una persona desde la negación (Risas). Tienen una sensibilidad particular, no tienen problemas en trabajar con actores profesionales y ahora ha descubierto que vecinos sin ningún vínculo con el arte de la actuación puedan ser protagonistas. Nos gustaría mucho poder acercarnos a esos grandes directores, convocarlos para que cuenten sus experiencias.
-¿Están evaluando nuevas formas de llegar al público?
Julio. Estamos en el armado del festival y nos interesa el tema, porque quremos llegar a la mayor cantidad de gente posible. La pandemia nos obligó a tomar otro camino y eso terminó por beneficiar a las películas, que en algunos casos se estrenaban y terminaban el circuito en su lugar de origen.
-¿Hay alguna idea ya establecida sobre la que será la película inaugural?
Fabio. ¡Noo! Nuestro seleccionador, Hayrabet Alacahan se hace cargo de esa tarea. El decide hasta la cantidad de películas que va a la sección principal. A veces da rabia disponer de 60 títulos para elegir ocho o diez. Hasta que él no mira todo, jamás nos adelanta nada. Y cuando nos anuncia los títulos, siempre lo hace con una especie de servilleta anotada a mano. Así lo desde la primera edición. ¡Conservamos como reliquias esas servilletas que nos fue entregando durante 18 años! Alguna vez las vamos a incluir en un museo (Risas).
-¿Cómo se hace para mantener la creatividad e incorporar año tras año alguna novedad después de diecinueve años?
Fabio. Pensamos mucho en qué cosas queremos explorar en el futuro. La motivación es la necesidad de ampliar y que cada edición sea un evento novedoso. A esta altura, sabemos que dejamos una semilla en algún lado. Uno lo dice como si fuera una semana de rodaje, pero ¡son 20 años!
Julio. Es un orgullo haberlo podido sostener con el tiempo. Al comienzo pensamos que iba a durar uno o dos festivales y se iban a terminar las películas. Pero empezó a generarse algo muy grande. Y ahora vemos con alegría que el crecimiento es constante.
Julia Montesoro