Eduardo Montes-Bradley comenzó en Estados Unidos la preproducción de su nuevo documental, The Italian Factor, sobre las muchas contribuciones de los artesanos italianos a partir de la época del Renacimiento estadounidense.
La producción cuenta con el apoyo del Calandra Italian American Institute. Entre otros testimonios, se recoge el de Josephine Murphy, biógrafa de James (nacido Salvatore) Novelli, escultor nacido en 1885 y fallecido en 1940.
Novelli nació en Sulmona, un antiguo pueblo al este de Roma mejor conocido como el lugar de nacimiento de Ovidio. Según Murphy, llegó a Nueva York cuando tenía cinco años. La familia se instaló casi de inmediato en una vivienda de cinco pisos en Mulberry St., al otro lado del parque Columbus, un vecindario conocido por sus pésimas condiciones de vida, crimen, pobreza y enfermedades. Actualmente, esa sección en Mulberry St. debajo del Canal es parte de Chinatown.
Según su biógrafa, James fue descubierto por un golpe de suerte mientras dibujaba con tiza en la acera. Su benefactor, cuyo nombre permanece en las sombras, ayudará a James a obtener una educación artística en Roma, una ambición que de otro modo estaría fuera del alcance del hijo de una costurera de un taller clandestino y un recolector de basura.
En Roma, Novelli tuvo la oportunidad de estudiar con Gulio Monteverde, Ettore Ferrari y otros ilustres escultores de la academia italiana. De vez en cuando, quizás en fines de semana largos, James viajaba a Sulmona donde una vez modeló un busto de su abuela, ahora lamentablemente perdido, aunque se conserva una fotografía en los archivos del Smithsonian.
A lo largo de su vida, el ethos de Novelli gravitó entre el ejemplo de su abuela, la educación italiana, el sacrificio de sus padres y el ejemplo de Abraham Lincoln, a quien consideraba un modelo a seguir de virtudes civiles.
Durante la mayor parte de su vida, Novelli luchó entre los encargos de monumentos conmemorativos de figuras políticas y monumentos a héroes de la Gran Guerra, y sus bajorrelieves para mausoleos celebran la elegancia del art nouveau con particular distinción.
A mediados de la década de 1930, las huellas de Novelli comienzan a desvanecerse. Su nombre se eliminó de la membresía de la Sociedad Nacional de Escultura, y durante un tiempo trabajó como empleado de The Public Works of Art Project en el mantenimiento y restauración de monumentos, incluido el suyo propio, pero en 1936 Novelli solicitó el desempleo. y poco después abandonó su taller-estudio en la calle 23 Oeste.
Cuatro años más tarde, entristecido por la guerra entre Italia y los Estados Unidos, y angustiado por las dificultades económicas, Novelli se ahorcó en su apartamento de Jackson Hights. Tenía 54 años.