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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Alejandra Almirón («Llamarada») y Diego Fernández («La teoría de los vidrios rotos»), en Construir Cine: «Hablamos sobre el trabajo desde lugares distintos»

Llamarada, de Alejandra Almirón y la coproducción con Uruguay La teoría de los vidrios rotos, de Diego Fernández Pujol, competirán en las competencias internacionales de documental y de ficción, respectivamente, en la 9ª edición de Construir Cine, que se llevará a cabo desde el lunes 9 en seis salas (Centro Cultural 25 de Mayo, Centro Cultural San Martín, Cine York, Museo del Cine, Teatro Gastón Barral y Cine El Cairo, de Rosario) y cinco plataformas (Construir Cine, Lumiton, Vivamos Cultura, Octubre TV y Contar), en forma gratuita.

Llamarada aun no se estrenó comercialmente en la Argentina. La teoría de los vidrios rotos se presentó el 30 de diciembre en modo virtual. Construir Cine será la oportunidad de verlas en pantalla grande.

-¿Cómo llegaron a Construir Cine? ¿Qué conocían del festival?

Diego: La propuesta me la acercó el productor argentino, Juanpa Miller. Me pareció hermoso. Además, en el festival también está El empleado y el patrón, de Manolo Nieto, con quien estudiamos juntos y codirigimos el primer corto. Ahora tenemos dos películas. Desde lugares distintos, pero hablamos de la relación con el trabajo.

Alejandra: Fui jurado dos veces del festival. Me pareció una propuesta interesante, porque es una propuesta que está creciendo. La relación que Llamarada tiene con el trabajo es a partir de mí, como protagonista y narradora: la película empieza cuando me cortan la luz. Soy editora y me tuve que ir a trabajar a bares. También aparecen distintas personas que trabajan en el ámbito de la ciencia.

-Llamarada es un documental. La teoría de los vidrios rotos es una comedia. ¿Cuál fue el punto de partida para cada una de estas producciones?

Alejandra: Fueron los cortes de luz de Edesur, en el barrio de Almagro. Allí comenzamos una gran investigación con el productor, Sergio Criscolo, hasta que se llegó al tema de las tormentas solares. Entonces el proyecto se convirtió en algo así como un documental, un road movie, yendo detrás de especialistas y personas que tienen en la cabeza que puede surgir un gran apagón y se van preparando a su manera. Cuando en enero se presentó en el FIDBA, en Austria se hablaba de las mochilas de supervivencia. Por la guerra, empezó a subir el precio de la electricidad. O sea que cuando se exhibió en el Festival de Málaga, hubo un inquietante contexto que hacia juego con la película.

Diego: Partió de un hecho real que sucedió cerca de la frontera con Brasil: empecé a ver en notas de prensa que empezaron a aparecer autos prendidos fuego en la ciudad de Melo. No era solo un fin de semana: cada tanto volvía a aparecer. Me dije que allí había algo más. El caso real es que quemaron 25 autos. Finalmente encontraron a tres adolescentes que un dia empezaron a quemar uno y después siguieron. Pero cuando los agarraron se dieron cuenta de que había más: otros aprovecharon la bolada y hacían lo mismo, porque le tenía rabia a otro, porque debían plata o por lo que fuera. Lo transformé en la historia de un agente de seguro que tiene que ir a resolver el caso.

-¿Cómo les modificó los planes la pandemia?

Diego: Nosotros filmamos a finales de 2019, el último recuerdo del mundo feliz prepandemia. Por un lado, trancó la posproducción: no pude viajar a Buenos Aires a hacer la imagen ni a Brasil a hacer el sonido. Pero la tecnología demostró que nos fue solucionando muchas cosas que no nos dábamos cuenta antes. Porque pude terminarlo y quedó tal cual como quería sin estar físicamente. Sufrí por no estar en la posproducción, pero eso no la detuvo.

Alejandra: El rodaje se terminó en pandemia y abarcó mucho del montaje. La película está influenciada por mi estado de ánimo: sin eso hubiera tenido otro sentido del humor. Tiene ciertos guiños, ciertos juegos propios del momento. Málaga fue el primer festival de la vuelta a la normalidad, sin cambiar la fecha y con el espíritu de atrapar el tiempo perdido y volver a los rituales de cine. Estar allí fue tener presente las ganas de salir a la vida.

Diego: Yo me perdí de ir a Gramado, donde ganamos dos premios. Reconozco que no estamos igual: hay mecanismos que se nos activaron. Viajé en un avión donde dos asientos más allá había un tipo que tosía y me tenía que repetir a mí mismo que pasaba nada porque estaba alarmado. Y también cambió la actividad social y laboral. La película fue previa: refiere a una relación entre un empleado y un jefe que lo manipula, a quien terminan tirando a los leones. Hoy la relación es distinta: si me pusiera a escribir el mismo guion lo haría diferente.

Julia Montesoro

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