El Consejo de Ministros de España aprobó el martes 15 el Anteproyecto de Ley del cine y de la cultura audiovisual, que pretende adaptar la normativa a los avances y transformaciones que experimentó el sector en los últimos años, alineándose con la normativa europea en la materia.
La futura ley pretende adaptarse a las nuevas dinámicas del sector audiovisual, con instrumentos que respondan a las necesidades, avances y retos de creadores, industria y públicos.
La norma se fundamenta en cinco principios: el fortalecimiento y apoyo a toda cadena de valor; el respaldo a los procesos de creación en aras de la libertad, independencia y autonomía creativa; la adaptación a las nuevas tecnologías y hábitos de consumo; la defensa de la competencia y la puesta en valor del patrimonio audiovisual.
El Espacio Audiovisual Nacional -a través de Carlos Jaureguialzo, integrante de la Comisión Directiva de DAC-, manifestó su postura con respecto al documento aprobado en España, estableciendo un parangón con el Anteproyecto de Ley de Fomento de la Actividad Audiovisual Nacional.
Este es el texto:
«Hace pocos días, el Consejo de Ministros de España aprobó el anteproyecto de su nueva Ley del cine y la cultura audiovisual. Ahora seguirá su camino en las Cámaras y estiman que para 2023 será aprobada y entrará en vigencia.
Es interesante constatar las muchas similitudes que este anteproyecto presenta con el que nosotros desde el EAN (Espacio Audiovisual Nacional) estamos elaborando.
Lo primero es la coincidencia en la oportunidad en que se plantea la necesidad de una nueva normativa que se adapte a los avances radicales producidos en los últimos años en el mundo del cine y el audiovisual. Deben tenerse en cuenta los adelantos tecnológicos, la proliferación de nuevos medios de exhibición, la variación en el comportamiento de las audiencias, etc. La velocidad de estas transformaciones se puede corroborar fácilmente en el caso de España, que está modificando una ley que data de 2007 y desnuda a la vez el atraso que lleva nuestra legislación cuya última modificación rige desde 1994. Sabemos que toda la legislación europea referida al audiovisual está adelantada con respecto a la nuestra y nos urge ponernos a tono con los tiempos.
En relación a las coincidencias con nuestro anteproyecto, el nuevo título de la ley española: “Ley del cine y la cultura audiovisual”, suma el concepto audiovisual al del cine, y dice “Están el cine, la televisión, las series, las plataformas, las salas de cine… previstas en las ayudas”. Nosotros entendimos desde el principio que la nueva ley debía abarcar a todo el audiovisual. Respecto de esto, recibimos las primeras críticas del sector, que se molestaron por lo poco que se mencionaba la palabra “cine” en el borrador. Rápidamente corregimos el error comprendiendo la necesidad urgente de proteger al cine del futuro decadente que se le augura. Si bien desde siempre se ha vaticinado el ocaso de los distintos medios de comunicación al tiempo que aparecen otros nuevos: cuando apareció el cine se decretó la muerte del teatro, cuando apareció la televisión, la muerte de la radio y así sucesivamente… Consideramos que el cine es el creador del lenguaje de nuestra cultura audiovisual nacional y su principal contenedor.
En el anteproyecto español se mantiene una protección especial a la exhibición en salas de cine: “El cine nos sitúa en el mundo. Si estás en el cine, estás en el mundo; si no estás en el cine, dejás de estarlo”, dicen.
Coincidimos también en que las ayudas deben apoyar el fortalecimiento de toda la cadena de valor, no solamente la producción: ideas, guiones, desarrollo de proyectos, exhibición y difusión, entendiendo el audiovisual en toda su riqueza y diversidad.
También hacen hincapié en la definición de «productor independiente». «Es una incoherencia en sí misma que consideren un ‘encargo’ de un productor dependiente como una ‘producción independiente’. Deja abierta la puerta a que las inversiones de las plataformas vayan a parar a empresas que tienen su sede social fuera de España y que muchas de las que están aquí cierren. Defendemos la creación cultural propia por su diversidad, su lengua y su riqueza». Nosotros remarcamos que los contenidos que reciban ayudas sean producidos por “productores nacionales independientes”.
La ley española propone: “La idea es crear un espacio en el que las administraciones, no solo el Gobierno de España, trabajen juntos para establecer estrategias coordinadas y acordadas. Se contempla la creación del Consejo Estatal de la Cinematografía y la Cultura Audiovisual. Su objetivo es el diálogo y la cooperación entre todos los implicados, incluyendo comunidades autónomas, administraciones públicas y el sector”. En nuestro anteproyecto se propone la creación de un Consejo Federal que intervenga en la formulación de propuestas para el desarrollo federal del audiovisual, además de la creación de un Directorio constituido por miembros de las regiones y del sector para conducir la entidad.
En el anteproyecto español: “Se establece la obligación de elaborar y publicar un Plan estratégico para la cinematografía y la cultura audiovisual cada cuatro años, así como informes anuales sobre las medidas impulsadas y sus resultados y las estadísticas y estudios”. En nuestro borrador el Directorio debe establecer un plan de fomento anual.
En ambos anteproyectos se ratifica la importancia de la protección y difusión del patrimonio cinematográfico y audiovisual, entendiendo que el futuro pasa también por la correcta conservación y difusión del legado audiovisual de las generaciones que nos precedieron y la previsión de ir incorporando de la mejor manera las producciones nuevas a dicho legado.
Al igual que en nuestro borrador, incorporan la necesidad de que las ayudas valoren de forma transversal en todas sus convocatorias el fomento de la igualdad de género y la promoción de la diversidad.
Ellos dicen: “El objetivo de la ley es perdurar en el tiempo, por eso deja abierto el desarrollo posterior de varios detalles normativos, de forma que se puedan adaptar año a año sin necesidad de cambiar la ley”. Nuestro borrador está pensado en el mismo sentido.
Estas son algunas de las muchas similitudes entre ambos proyectos. No es raro que ante situaciones y problemas similares se propongan soluciones análogas pero de todos modos la propuesta española ratifica, creemos, nuestro acierto en el rumbo elegido.»
CARLOS JAUREGUIALZO
ESPACIO AUDIOVISUAL NACIONAL