La película de realismo mágico Eami, de la cineasta paraguaya Paz Encina ganó el premio a la mejor película de la sección Tiger Competition del Festival Internacional de Cine de Rotterdam, que culminará el domingo 6.
Se trata del estreno mundial de la tercera película de Paz Encina (Hamaca paraguaya, Ejercicios de memoria), producción de Silencio Cine (Paraguay) con participación de Sabaté Films (Paraguay); Gaman Cine (Emiliano Torres y Nicolás Gil Lavedra, Argentina); Black Forest Films (Alemania); Eaux-Vives (Francia); MPM Film (Francia); Revolver Amsterdam (Países Bajos) y Louverture Films (Danny Glover, EE.UU.).
La participáción de Eami en el IFFR fue adelantada por GPS Audiovisual.
El jurado otorgó la distinción, consistente en cuarenta mil euros, porque “nos conmovió unánimemente la poderosa película creada por el director y el equipo que logra construir una narrativa fuerte que no solo se sostiene visual, política y también poéticamente, poniendo las luces sobre las masacres globales de las tribus indígenas, a través de el grito del ayoreo paraguayo totobiegosode. Esta película nos dio la oportunidad de soñar y al mismo tiempo la oportunidad de despertar”.
La historia ocurre en el Chaco paraguayo, el territorio con mayor tasa de deforestación del mundo. En este territorio se deforestan 25.000 hectáreas de bosque al mes, lo que significaría un promedio de 841 hectáreas diarias o 35 hectáreas por hora. El bosque apenas vive y esto solo por una reserva que el pueblo Totobiegosode logró de manera legal. Llaman Chaidi a este lugar que significa tierra ancestral o el lugar donde siempre vivimos y forma parte del “Patrimonio Cultural y Natural Ayoreo Totobiegosode”. Antes de esto, tuvieron que vivir la traumática situación de dejar atrás el territorio y sobrevivir a una guerra. Es la historia del pueblo Ayoreo Totobiegosode, contada desde el punto de vista de Asoja, un dios pájaro con la capacidad de traer una mirada omnisciente-temporal, quien se convierte en el narrador de esta historia desarrollada en un cruce entre documental y ficción. Es una película que quiere contar la historia del pueblo ayoreo y la historia de todos los exiliados. Su objetivo es preservar un espacio de memoria y quiere preservar un lugar físico y espiritual, uno que no puede ser derrocado ni abolido.