Arturo Puig es uno de los protagonistas de Yo, traidor, thriller político dirigdo por Rodrigo Fernández Engler, que cuenta con las actuaciones de Mariano Martínez, Jorge Marrale, Mercedes Lambre y Osvaldo Santoro, que se estrena el jueves 6 de enero exclusivamente en salas.
Yo, traidor es una producción de Protasowicki Engler Producciones, Midú Junco Producciones y Cita con la Vida Emprendimientos Audiovisuales, que trata sobre Máximo Ferradas, empresario e hijo menor de una poderosa familia de pescadores de toda la vida, le pide a Francisco, su padre, su parte de la herencia. Así, comienza un largo viaje que lo llevará hacia tierras lejanas, intentando construir su propio “imperio”. Se instala en Perla del Mar, un pueblo pesquero en la Patagonia argentina, donde conoce a Caviedes (el papel dramático que encarna Puig), un agradable y enigmático empresario que le ofrece la cima de los negocios. La película describe una historia de pérdidas y reencuentros, caídas y redenciones.
-¿Qué encontraste en el guion de Yo, traidor que te entusiasmó?
Me interesó fundamentalmente este personaje de Caviedes que es, realmente, un maldito. Siempre digo que estos personajes son los más apetecibles para hacer. Y me sentí muy cómodo haciéndolo. Quienes la vieron me comentan que doy un poco de miedo, sobre todo, en ese monólogo que tengo en ese primerísimo plano.
Más allá de eso, me atrajo mucho el argumento de la película, y por supuesto Rodrigo Fernandez Engler: había visto su película anterior (Soldado argentino solo conocido por Dios), y me gustó cómo estaba filmada. Tiene un argumento muy interesante: está basada en la parábola del hijo pródigo pero traída a nuestro tiempo. Cuenta el tema de ese hijo que se rebela, quiere hacer su propia vida y se equivoca, por supuesto. Se equivoca, fundamentalmente, cuando conoce a mi personaje, quiere tener poder pero para eso hay que tener otras condiciones como las que tiene mi personaje.
-Es una aparición breve pero fundamental la de tu personaje…
Sí, es fundamental porque, además, se presenta como un hombre muy agradable, muy simpático y, en realidad, en el fondo es tremendo.
-¿Cómo se construye el papel de un hombre poderoso metido en el mundo de los negocios?
En general, conozco a este tipo de gente que se presenta de una manera super agradable, que te invitan a su casa, te cocina y hace lo posible por agradar. Y después terminás por descubrir (no como mi personaje, que llega a matar), que son tremendos.
Por otro lado, cuando Rodrigo me propuso hacer ese monólogo que tengo -cuando le hablo a Mariano sobre el gusto de la comida y que el mando lo tengo yo-, me acordé mucho de Anthony Hopkins como Hannibal Lecter. Por supuesto que no me comparo, pero sobre todo pensé en esos primeros planos que le habían hecho a Hopkins, en su mirada y decidí basarme en eso.
-Trabajaste en una veintena de películas y advrtiste que cada director tiene su método. ¿Cuál fue el de Rodrigo Fernandez Engler?
Lo primero que hicimos, mucho tiempo antes de filmar, fue leer el libro. Ahí empezamos a cambiar opiniones sobre este personaje. Cuando llegamos al rodaje, le propuse que fuera un hombre muy agradable al principio pero con una mirada dura, como que ocultaba algo. En el cine, lo que más se tiene que notar son los ojos y los pensamientos. Traté de trabajar eso y a él le gustó.
-Verlo en pantalla grande potencia ese efecto, ¿no?
Claro. En el teatro es diferente porque trabajás para la última fila, de alguna manera. El actor siempre debe pensar en lo que le pasa al personaje, pero en cine mucho más. Yo soy muy cinéfilo y leí muchos libros de actores y sus trabajos. A veces veo una película y, de pronto, veo que una escena me impacta mucho y la vuelvo a hacer para entender desde dónde la hizo el actor para que pasara eso. En general, los grandes actores lo que hacen es pensar. Steve McQueen, cuando tenía una escena con otro actor, le pedía al director que la letra la dijera ese otro actor, que a él solo lo tomaran para que se le notaran los pensamientos. Eso para mí es el cine.
-Lo tomaste como una enseñanza para siempre.
Sí, por supuesto. Nunca me tocó decirle a un compañero que diga la letra mía, pero es mucho más profundo que se note lo que vos pensás que, de pronto, decirlo en palabras.
-Decís que sos muy cinéfilo, ¿sos público de plataformas?
Sí. Veo series y películas. Las plataformas me ayudaron mucho: descubrí series de lugares donde no tenía mucho conocimiento, con actores extraordinarios y libros maravillosos, como Suecia o Israel.
-Las plataformas tienen propuestas que nos descubren otro mundo, pero no es lo que más publicitan.
¡Totalmente! Allí se ve que ahí hay grandes escritores, grandes actores y grandes directores, aunque ahora todas las películas son de superhéroes. Está bien, de todas formas, pero son para otro público.
Julia Montesoro