Chango, la luz descubre, el documental sobre Félix Monti codirigido por Paola Rizzi y Alejandra Martín, continúa exhibiéndose en el Cine Gaumont. Estrenado mundialmente en el Festival de Mar del Plata, el retrato del gran director de fotografía del cine argentino se puede ver como un documental y también como un recorte de la gran historia de nuestra filmografía de las últimas décadas.
–Chango, la luz descubre se vio por primera vez en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. ¿Qué nuevos matices le encontraron al verla, finalmente, en las salas de cine?
Paola: Lo hablamos con Ale después de la tercera función: dijimos que nos había salido didáctica, sin quererlo. Encontramos un relato bastante didáctico y que cuenta algo que el espectador común no conoce: qué hace un director o directora de fotografía. En las palabras del Chango, eso se va explicando a lo largo de la película.
–Chango, la luz descubre es un tributo al Chango Monti y, al mismo tiempo, al oficio que ustedes abrazan. ¿Qué devoluciones tuvieron al respecto de sus colegas?
Alejandra: Básicamente, la primera devolución fue de agradecernos por el sencillo hecho de haber hecho la película. Muchos de nuestros colegas agradecen que exista una película sobre el Chango y que también eche luz sobre la profesión. Uno puede tener 30 años de profesión y tu mamá, tu tía, tu hermano no entienden en qué consiste y, más allá del Chango, la película tiene el mérito de que se puede entender en una hora y media que hace un director de fotografía.
-Y para ustedes, ¿cuál es la misión esencial de un director o directora de fotografía y que aprendieron del Chango?
Alejandra: La misión es interpretar en imágenes, modelar con la luz y el encuadre lo que sueñan los ojos de un director o una directora. Un director de fotografía es un intérprete de un sueño ajeno que le pone lo propio. En ese sentido, se parece a un actor, en tanto le da luz a un guion ajeno y genera un segundo relato en paralelo al relato del guion.
Paola: Ayudamos a contar una historia. El relato y el guion son el centro de todo y junto al director y el director de arte, contamos en imágenes la película a partir de ese guion. En el libro de Sven Nykvist “Oculto a la luz” lo explica maravillosamente: nosotros interpretamos la historia y lo que el director quiere y lo llevamos a cabo. Hay una historia que contar. Por eso es tan complejo obtener una respuesta de lo que hacemos en cinco minutos. Siempre les hago un chiste a mis alumnos –con bastante humor negro-: mis papás se murieron sin entender qué hacía yo, a qué me dedicaba. Estoy segura que nunca entendieron bien qué hacía. Hay un imaginario del público y a partir de allí las preguntas que te hacen son increíbles. Como, por ejemplo, si lo que hago es ir a sacar fotos a las filmaciones.
-¿Cómo se asignaron los roles entre ustedes dos, justamente, para darle una dirección de fotografía a la película?
Alejandra: La película no buscó tener una dirección de fotografía protagónica. Sin restarle mérito a la fotografía, el principal trabajo fue de cámara. Allí nos acompañó Lucrecia Ferraro. Hubo que hacer una puesta de luces en las entrevistas, pero básicamente es un documental de un personaje, no buscamos el virtuosismo fotográfico. Con respecto a cómo nos dividimos los roles creo que nos acompañamos, nos complementamos, nos cubrimos. No sabría desentrañar exactamente cómo fue porque surgió así en el rodaje.
-¿Soltaron la película para que siga su camino a partir de ahora o sienten que todavía podrían decir algo más, que no está terminada?
Paola: Es muy difícil contar setenta años de cine en 83 minutos. Habría que hacer una serie de muchas temporadas para abarcar todo. El recorte es este, y dentro de este recorte que elegimos, concientemente, para mí está bien. El Chango hizo publicidad, teatro, cine, perlitas como la fotografía del famoso videoclip Ciudad de la Furia de Soda Stéreo o como obras en el Colón. La búsqueda no se termina nunca. Esa es la realidad. Dentro del recorte, de la elección de la intención narrativa y del guion, la intención está bastante lograda.
-¿Cuándo sintieron que ya tenían la película?
Alejandra: En el montaje. Después de terminar de filmar, al llegar a esa etapa, sentí que la película no funcionaba, que el Chango es un genio pero nosotras no y la película tampoco, que una cosa es su trayectoria y otra es hacer una película. Pero gracias a nuestro montajista genial, Fernando Vega, le fuimos encontrando la forma. Y también aprendimos a dejar cosas afuera, porque a veces cuando uno hace una película menos es más.
Para conocer la obra y vida del Chango tenés que sentarte a tomar un café con él. Esta película es un recorte modesto que pretende ser una película para que la gente vea en el cine.
Paola: En mi caso, cuando estábamos haciendo la posproducción y la vi en grande. Ahí vi que la película estaba buena, que me gustaba y me generó tranquilidad. Porque tiene mucho del trabajo del Chango y en pantalla grande eso se luce.
-¿Qué comentario privado les hizo el Chango después de ver la película con público? ¿El la vio por primera vez en Mar del Plata?
Alejandra: Nos mandó mensajes de infinito agradecimiento. No sé de qué: ¡gracias a él! Creo que él no puede creer que hayamos hecho una película sobre él y me parece que lo reconforta. Creo que debe haber sentido que está bueno: todo el mundo dice que es un genio y le llegó un reconocimiento en forma de película, que es lo que él más quiere.
Paola: Me dijo que estamos locas, que cómo vamos a hacer una película sobre él. Pero está contento y nos está acompañando. Conociéndolo, es un gran gesto que nos esté acompañando en esta etapa.
-El Chango Monti, por lo que ustedes revelan en el documental, es de perfil bajo. Pese a su grandeza y que se ha codeado con grandes directores, actores, actrices es de un perfil muy bajo. Supongo que no debe haber sido sencillo tenerlo con ustedes, acompañándolas en este proceso.
Alejandra: Tal cual. Pero así como es de perfil bajo también es un hombre leal y de palabra, entonces se siente comprometido. Más de una vez le dijimos que él mismo ponga el límite porque nos metimos con la cámara en su casa. Pero una vez que dijo que sí, se abrió con toda generosidad y nos cuidó.
-¿En qué sentido las cuidó?
Alejandra: Nos preservó en el rodaje. Si sabía que necesitábamos que haga una nota la hacía, y no por él sino por nosotras. Se siente agradecido y quiere que estemos bien.
Paola: Es muy generoso. “Nos cuida” es la expresión que mejor lo define.
Julia Montesoro