Ricardo Darín se convirtió en el epicentro de la inauguración de la octava edición del Festival Internacional de Cine de Panamá, que se realiza del 4 al 10 de abril, y que tuvo su gala de apertura con El amor menos pensado, la ópera prima de Juan Vera, coprotagonizada por Mercedes Morán.
“Estoy feliz de estar de vuelta en casa, porque en Panamá me siento en casa”, expresó Darín en la conferencia de apertura de la muestra, donde regresó después de cinco años.
Darín reivindicó la importancia de “visibilizar” el cine latinoamericano frente a las grandes producciones: “Estamos hablando de un cine bien realizado, con historias que se cuentan desde el corazón, pero que desafortunadamente no tienen los presupuestos faraónicos de publicidad con los que cuentan las películas de los grandes estudios”.
Paralelamente a su presencia en el festival, el intérprete develó el secreto acerca del título de su nueva película, dirigida por Sebastián Borensztein, y cuyo estreno está previsto para el segundo semestre de este año. Se llamará La odisea de los giles (luego de barajar nombres como Los 8 de O’Connor) y es una adaptación de La noche de la usina, novela de Eduardo Sacheri.
En un pueblo perdido de la provincia de Buenos Aires, llamado O’Connor, muchas cosas están a punto de extinguirse. Durante la crisis económica de 2001 que desembocó en el corralito bancario, un grupo de vecinos se propone reunir el dinero necesario para llevar a cabo un proyecto que podría ser una salida de la decadencia y la pobreza. Pero en medio de la incautación general de los ahorros, sufren una estafa particular que los decide a recuperar lo perdido. En el relato, el autor describe la historia de esa merecida revancha de los perdedores, consumada en una noche legendaria y secreta que quedará en el recuerdo.
Darin interpreta a un ex jugador futbolista que vive en una pequeña localidad cerca de Buenos Aires, y que tiene la idea original de crear una cooperativa.
Integran el elenco Chino Darín, Luis Brandoni, Verónica Llinás y Carlos Belloso. Las locaciones elegidas fueron las ciudades de Baradero y Alsina.
“Creo que la pregunta clave a la hora de hacer una película es tener una buena historia, con principio, medio y final. Y creo que en América Latina hay muchas historias que contar sobre cómo la gente lucha para alcanzar sus sueños –detalló Darín en Panamá-. Pero también se necesita un buen equipo de producción, un poco como una cooperativa agrícola. Necesitás personas inteligentes que estén enfocadas en los elementos clave. Creo que es muy importante que la tripulación esté contenta y se sienta parte del proyecto. A veces, en una película, un actor está más cerca de los técnicos que sus compañeros. Y son ellos mismos quienes te dicen: «Hagamos otra toma, porque podés hacerlo mejor”.