La gran noche de clausura del 66 Festival de San Sebastián en el imponente Kursaal concluyó con la Concha de Oro a la mejor película a Entre dos aguas, un conmocionante drama acerca del reencuentro de dos hermanos después de doce años, dirigido por el catalán Isaki Lacuesta. Pero más allá del reconocimiento al realizador catalán, el cine argentino vivió una noche de gloria: Benjamín Naishtat obtuvo la Concha de Plata al mejor director y Darío Grandinetti recibió idéntico lauro al mejor actor, ambos por Rojo, a la vez que Pedro Sotero recibió el premio a la Mejor Fotografía de dicha película.
Por otro lado, hubo reconocimientos para dos operas primas nacionales: Familia sumergida, de María Alché, obtuvo el Premio Horizontes Latinos y El motoarrebatador, de Agustín Toscano, logró el Premio Especial del Jurado en la misma categoría. En el rubro Cine en construcción, se le otorgó el premio a la coproducción uruguayo-argentina Los tiburones, de Lucía Garibaldi.
Rojo es una suerte de thriller ambientado en los 70, en el que se cuentan (y se callan) los momentos previos a la dictadura. Benjamín Naishtat, el gran ganador de la noche (su película obtuvo tres premios), a tono con la inequívoca orientación política que tuvieron los discursos, espejando las elecciones de los distintos jurados, expresó: “Estaba escuchando todos los discursos sentía un gran peso de muchas causas políticas que confluían en esta noche –expresó-. Y que de alguna forma demuestran que el mundo está un poco mal, si no tendríamos que estar celebrando. Me toca hablar de este momento de la cultura argentina. La realidad es que hace algunas semanas cerró el Ministerio de Cultura, que fue degradado a secretaria. Ni voy a hablar desde aquí de los improvisados que manejan la política en cine. Solo quiero decir que la cultura dignifica. Es parte de la dignidad de un pueblo. Y la dignidad no se negocia”.
Anteriormente había subido al escenario Darío Grandinetti, quien le había dedicado este premio a la gente que “potencia, celebra y hace sentir esta fiesta caminando por las calles unos momentos inolvidables”.
Aludiendo al “momento especial” para Argentina del que habla la película, expresó: “Fue una tragedia para mi país y para muchos países vecinos. Esta película es un trabajo de memoria y puede advertir sobre cualquier cosa que se puede preparar, sobre todo en estos momentos en que parece que la derecha y el fascismo ha vuelto a crecer en el mundo”.
En cuanto a Familia sumergida, la ópera prima de María Alché –un tour de force de Mercedes Morán componiendo a una mujer que transita los días posteriores a la muerte de su hermana- recibió por unanimidad el premio Horizontes Latinos. La realizadora le dedicó el premio a las mujeres cineastas, y apostó a que sean más y que puedan realizar “primeras, segundas y terceras películas”.
Este es el listado de premios
–Concha de Oro: Entre dos aguas, dirigida por Isaki Lacuesta.
–Concha de Plata al Mejor director: Benjamín Naishtat, por Rojo.
–Concha de Plata a la Mejor actriz: Pia Tjelta (Blind spot, de Tuva Novotny).
–Concha de Plata al Mejor actor: Darío Grandinetti (Rojo de Benjamín Naishtat).
–Premio del Jurado a la Mejor fotografía: Pedro Sotero, por Rojo.
–Premio del Jurado al Mejor guión: Louis Garrel y Jean-Claude Carrière, por Un hombre fiel, ex aequo con Paul Laverty, por Yuli.
–Premio Especial del Jurado: Brillante Mendoza, por Alpha, The Right To Kill’.
–Premio Kutxabank-Nuev@s Director@s: Jesús, de Hiroshi Okuyama, con mención especial a Viaje al cuarto de una madre, de Celia Rico Clavelino.
–Premios Horizontes Latinos: Familia sumergida de María Alché, con Mencion especial a El motoarrebatador, de Agustín Toscano.
–Premio Zabaltegi-Tabakalera: Song for the jungle, de Jean-Gabriel Périot. Mención especial a Los que desean, de Elena López Riera.