A 35 años del conflicto bélico, el cine argentino vuelve a posar la mirada en la guerra de Malvinas, una cuestión sobre la cual se han construido variadas representaciones cinematográficas a lo largo de todos estos años. Soldado Argentino sólo conocido por Dios, la película de Rodrigo Fernández Engler que se
conocerá el 6 de abril, y QTH, un film de Alex Tossenberger con lanzamiento previsto para mayo, son los acercamientos más recientes del cine nacional al tema de Malvinas, doloroso capítulo de una época que transitó desde la ficción por primera vez Los chicos de la guerra (1984), dirigida por Bebe Kamín.
Las historias de jóvenes que fueron a combatir a las islas y las posteriores secuelas que aquélla traumática experiencia provocó en sus vidas, están en el corpus argumental de casi toda la filmografía sobre Malvinas realizada hasta hoy, tanto ficción como documental. En esas historias se apoyaba el film de
Bebe Kamín, desgarrada radiografía de toda una generación. Y en esas historias también abreva Soldado Argentino sólo conocido por Dios, el largometraje protagonizado por Mariano Bertolini, Sergio Surraco, Florencia Torrente, Fabio Di Tomaso y Hugo Arana, centrado en el drama humano de tres jóvenes (dos de los cuales son amigos desde la infancia; uno está próximo a ingresar en Bellas Artes, y se pone de novio con la hermana del otro, que a su vez, ha decido hacer la carrera militar), cuyos destinos se verán transformados para siempre por la guerra del Atlántico sur.
Entre este último film y aquél de 1984, hubo sobre todo numerosas producciones documentales relacionadas con el tema Malvinas (una lista conformada, entre muchos otros, por títulos como Hundan al Belgrano, de Federico Urioste; Malvinas, historia de traiciones, de Jorge Denti; Malvinas, historia de dos islas, de Diego Alhadeff; Locos de la bandera, de Julio Cardozo, y No tan nuestras, de Ramiro Longo). En tanto que desde la ficción, directa o tangencialmente, las marcas del conflicto bélico emergieron una y otra vez a lo largo de tres décadas en películas como La deuda interna, de Miguel Pereira, El visitante, de Javier Olivera, Pozo de zorro, de Miguel Mirra, Fuckland –dirigida por José Luis Márquez, se promocionó como la primera producción filmada con una cámara digital clandestinamente en las islas del sur -, Palabra por palabra, de Edgardo Cabezas, e Iluminados por el fuego, de Tristán Bauer, inspirada en el libro homónimo del ex combatiente y periodista Edgardo Esteban, y encabezada por Gastón Pauls, un sólido relato en clave de drama bélico, un género usualmente transitado por mega producciones hollywoodenses.
Soldado Argentino sólo conocido por Dios también se instala en el territorio del cine de ficción bélico, y en términos de producción redobla la apuesta en las escenas de bombardeos, que alcanzan un grado de verosimilitud infrecuente en el cine argentino. El espanto de la guerra, las experiencias de los soldados en el campo de batalla y después de la contienda bélica, son algunos de los aspectos que se plantearon los coguionistas del film, Ivana Galdeano y Rodrigo Fernández Engler, al recrear episodios de la vida real en esta película, con la que se proponen “rescatar la figura del ex combatiente como parte de un colectivo vulnerable de la sociedad”, así como rendir “un homenaje a los soldados que fueron y lucharon; a los quedaron y a los que volvieron y hoy viven entre nosotros”, según agrega el director santafesino, también realizador de Cartas a Malvinas, filmada en 2007.
Desde otra perspectiva elige mirar Alex Tossenberger las huellas dejadas por Malvinas, en su largo QTH, que se anticipa como un drama, en torno de un suboficial, un cabo y dos marineros, quienes durante la guerra, tienen la misión de cuidar y controlar la entrada estratégica del Canal de Beagle, mientras permanecen aislados, con escasos recursos, y la amenaza latente de invasión de las tropas inglesas, que terminará desencadenando una situación extrema en el grupo de argentinos.
“Estos cuatro personajes (interpretados por Osqui Guzmán, Jorge Sesán, Juan Manuel Barrera y Gonzalo López Jatib), alejados de los centros urbanos, en un lugar de una belleza increíble muy próximo a las islas Malvinas, recrean el padecimiento, la incertidumbre, la violencia, el abandono y el despertar de las actitudes más heroicas en un momento de extrema tensión en nuestro país”, explica el director y guionista del film a estrenarse el 18 de mayo, para quien además, la guerra de Malvinas “fue mucho más que disparos y movilización, fue también y sobre todo –subraya el cineasta-, el impacto traumático en toda una sociedad y generación que aun trata de simbolizar los acontecimientos”. El cine argentino, evidentemente todavía tiene mucho para contar al respecto.
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Fuente: Nota de Julia Montesoro para el diario La Nación