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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Soledad San Julián estrena «Mujer perseverante»: «Quise visibilizar la lucha de las mujeres de la Puna lejos de la mirada televisiva»

Soledad San Julián es directora, guionista y productora de Mujer perseverante, su tercer largometraje, documental que se estrena el jueves 30. Gira en torno de Rosario Quispe, una mujer de la Puna que conformó una asociación de mujeres tejedoras que da sostén a las comunidades aborígenes del norte Argentino.
Mujer perseverante es la primera producción jujeña que participó en una competencia oficial del Festival Internacional de Cine de las Alturas, donde ganó el Premio del Público.

Mujer perseverante rinde homenaje a las mujeres que 25 años atrás le pusieron el pecho al cierre de las minas. ¿Cómo surgió el interés por realizar esta película?

Hace casi 20 años que vivo en Jujuy y estuve más de diez en la Quebrada de Humahuaca, que si bien no es la Puna es como el camino, en el medio. Allí, siempre me sentí muy atraída por las historias de la región. Hace doce años aparecieron las warnis, con su lucha de años. Desde ese entonces existe el proyecto. Hasta que en 2019 se pudo concretar gracias al apoyo del INCAA y también un poco al Fondo Nacional de las Artes, que nos aportó una beca en su momento. La película nació en Atlantidoc, el festival de cine documental del Uruguay: allí participé de un seminario de guion documental con el maestro Juan Carlos Rulfo. Entre la mirada colectiva -como siempre sucede en los espacios de formación y de desarrollo- y el intercambio con los colegas, la peli tomó forma. Fue en 2017.

-El documental está más influenciado por las imágenes que por los testimonios. ¿Qué te llevó a elegir este punto de vista?

Desde ya no era el del inicio. Estoy segura -y creo que en eso compartimos la mirada-, que el documental es un proceso que se va armando con el transcurrir del tiempo y de lo que uno va haciendo sobre la historia y la forma en que quiere retratar esa realidad, o esa porción de la realidad.

Fue apareciendo en el camino. Muy cerca del rodaje. Fue una gran referencia el documental Los sentidos, de Marcelo Burd, un colega docente que admiro mucho, que plantea una estética, una narrativa de observación. Donde no hay entrevistas ni off que te van contando la historia. También es más riesgoso: tal vez así no se puede transmitir la historia que uno quiere retratar. Pero creo que salió bien.

-¿Cómo entraste en el mundo de esas mujeres protagonistas de Mujer perseverante, cómo lograste formar un vínculo dentro de un contexto no conocido?

Llegué a ella un poco por casualidad. Lo primero que me llamó la atención es que una mujer en 2005 fue nominada al premio Nobel de la Paz y en su propio territorio no sabían quién era. Fue el principal motor para hacer la película. Su historia se tenía que conocer, pero no como estaba narrada en las redes y en Youtube: me propuse contar algo más íntimo. Desde lo que me permitían contar ellas: en determinados momentos hay una puesta de cámara que es íntima, pero en otros momentos esa intimidad pasaba por estar lejos y solo con lo que nos querían contar. Tiene que ver cómo son: con sus tiempos, sus lugares inmensos y las distancias que tienen entre ellos. Siempre rescato algo que me dijo el director de fotografía y montajista, Carlos Allocco, con quien hicimos este gran proceso -montamos toda la película en plena pandemia-: es una película muy auténtica, pero a la vez con mucho respeto sobre los pobladores de nuestra puna.

Nosotros dejamos que la peli contara cómo es la puna, cómo son los tiempos de la puna, esos paisajes impresionantes, pero también lo hostil que es el lugar. Y que todo esto surja desde un liderazgo femenino.

-Es una película sobre mujeres. ¿Es para mujeres?

Tengo en claro que además del nicho es para un público sensible. ¡Y más en estos días! En estas jornadas que se ponen tan en duda los derechos humanos y derechos adquiridos por las mujeres, es una peli necesaria.

-Son mujeres comunes y corrientes, en un lugar del país donde las condiciones no son para nada fáciles, y sin embargo, hacen milagros: arman una asociación, generan fuentes de trabajo y producción…

-Son líderes dentro de su territorio. ¡Son motores! Son mujeres de las cuales depende gran parte del sostén de las comunidades aborígenes de nuestra puna. El motor fue visibilizarlas y contar la historia desde otra mirada, no tan televisiva. ¡Han recibido premios por todos lados! En su momento fueron invitadas a Harvard para contar el sistema de microcréditos que lograron implementar en la puna, basado en la confianza. ¡Así arrancaron! Hoy tienen una Universidad, la hilandería y exportan. Pero, en su momento arrancaron, haciendo cercados de forma cooperativa.

-¿Qué significó para vos haber estrenado el documental en el Festival de Cine de las Alturas y además haber recibido un premio?

Era muy importante estrenarlo en Jujuy, junto a ellas. El día del estreno estaban ahí en la sala, con sus familias, hijos y nietos, con la sala llena. El público jujeño acompañó mucho más de lo que nosotros esperábamos. El premio fue un reconocimiento a tantos años de estar produciendo y de intentar contar estas historias. También fue nuestra estrategia: salir desde Jujuy con toda esa fuerza y acompañamiento de la gente de aquí.

-¿De qué forma los acompañó y los beneficia la ley audiovisual de Jujuy para el desarrollo de Mujer perseverante y de tus nuevos proyectos?

Mujer perseverante es una peli que viene hace mucho y formó parte de la de la militancia reclamando por esa ley. Llegó demasiado temprano (Risas). Ahora se empezarán a ver los beneficios. Se está ejecutando el primer Plan de Fomento y eso garantiza cierta continuidad de la producción jujeña para el año que viene, dentro del contexto de incertidumbre que vivimos.

Me parece que es un plan de fomento que está conteniendo a todo el sector, a todas las formas y formatos. La intención es que vaya mejorando año tras año. Es un impulso enorme para los jóvenes que estamos formando en las escuelas de cine que tenemos. Es fundamental darles continuidad y que puedan aplicar a los laboratorios del Cine de las Alturas, hacer su primer corto, después pasar al documental y quizás en un futuro una coproducción.

-¡Claro! Y también trabajar en el desarrollo de proyectos, una fase muy importante y que no suele estar contemplada en los concursos.

Agrego algo más: una de las ventajas del Instituto de Cine de Jujuy es una vía de apoyo a la participación en festivales y mercados que, en definitiva, son los espacios en donde a los productores se nos pueden abrir las puertas.

-Precisamente, a comienzos de noviembre obtuviste en el SAPCINE del Festival de Cali premios y apoyos por tu proyecto Moxos. ¿En qué instancia está?

¡Cada vez más cerquita! Es un marcado fantástico, sobre todo para la gente que ya está en una etapa avanzada, o en posproducción. Hubo tres proyectos argentinos y el único documental era el nuestro. Conseguimos la coproducción con Brasil y la finalización en Colombia, además de asesorías de guion y montaje. Se generaron buenas alianzas y hay intenciones de distribución. ¡Estamos contentas! Sobre todo porque llegan en un momento importante, en el que estamos con la expectativa de que no se cumplan todas las promesas de campaña. ¡Qué sigamos teniendo Instituto de Cine! Y que podamos seguir haciendo nuestras películas.

Julia Montesoro

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