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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Luis Hitoshi Díaz empezó el rodaje de «Una sola noche»: «Quiero contar un drama romántico»

El lunes 14, Luis Hitoshi Díaz comenzó el rodaje de Una sola noche, protagonizada por Emilia Attias y Naim Sibara, basada en una historia que devela cómo se van modificando las conductas y los sentimientos cuando se encuentran dos desconocidos en un hotel. El plan de rodaje comprende tres semanas, en el contexto de un espacio cerrado, algo así como un aislamiento dentro de las normas de aislamiento.

Periodista, conductor radial, guionista y realizador cinematográfico, Luis Hitoshi Díaz vuelve a la ficción, tras su documental Héroxs del 88.

-¿Cómo llegaste al guion de Una sola noche y qué te decidió a dirigir el proyecto?

El libro me lo acercó Hugo Castro Fau, productor de la película. Nos conocimos cuando trabajé en La sequía, de Martín Jauregui. Me dijo “fijate si te gusta, tengo ganas de presentarlo”. El ya había conversado con Emilia Attías y Naim Sibara. Está bueno que te llame un productor y te diga “está este guion, quiero que lo dirijas”. No sé si me va a pasar muchas veces más. Es medio a la vieja escuela, como se hacía antes, cuando se contrataban a los directores.

Me seducía la idea de la historia de una pareja que se encuentra fortuitamente en una locación y tiene que pasar esa noche ahí. Soy muy fanático de la trilogía de Richard Linklater y hay una clara inspiración en esa historia. En principio era un trabajo por encargo: te llega un guion, te dicen quiénes son los actores, se arma un equipo y trabajás. Pero de a poco me fui apropiando de la historia.

-¿Cómo fue el trayecto de recibir una historia ajena y trabajarla como propia?

Es el mismo que hago cuando soy guionista para otros directores: uno escribe la historia y después la tiene que liberar. Porque si no, el guionista sufre. Pienso en Adaptation, la película de Spike Jonze con Nicolas Cage, cuando el va al set y se da cuenta que el guion está en el piso, que a nadie le interesa que esté ahí. Yo como docente hablo mucho sobre el guion como una herramienta clave, fundamental. Pero hay un punto en donde ese guion tal cual se escribió deja de ser lo más importante, porque es apenas la primera base donde se va a construir ese edificio que termina siendo la película.

-¿Dónde creés que vas a poder marcar tu impronta?

Yo quería contar una historia de amor y el guion original vira a la comedia. Hicimos un trabajo fuerte con los dos protagonistas para tirarlo más al romance, al drama romántico.

Por otra parte también hay decisiones estéticas, que espero se vean bien: cuando empecemos a grabar sabremos los resultados. Ahí se podrá ver mi trabajo, mis decisiones respecto a la historia original que me que me había planteado Hugo.

-¿Cómo fueron los encuentros con los protagonistas, Emilia Attías y Naim Sibara? ¿Qué les aportás vos desde tu mirada de realizador?

A mí me dieron confianza para que me fuera tomando libertades. Con esa confianza hicimos un muy buen laburo, estamos muy contentos. Parece que hubiera una impronta autoral de los tres. Hace poco le comentaba a Leo Bechini que si me preguntan por qué ir a verla, la respuesta es ¡porque laburamos mucho!

-Tu último estreno fue Héroxs del 88, un documental exhaustivo sobre el mítico disco Invasión 88. Pasaste de una minuciosa investigación a la ficción. ¿Qué te llevó a dar ese paso?

Yo había hecho dos ficciones independientes: Hoy, de 2008 y Lexter, de 2015, que se presentó en Mar del Plata. Hice Héroxs porque tenía una deuda personal y amorosa con ese disco. Volví a la ficción porque apareció la oportunidad, mientras había terminado de escribir una ficción y estaba con otro guion.

Cuando recibí esta historia, empecé a escribir sobre la mirada del director para presentar al Instituto. Lo hablé con uno de mis maestros, Gabriel Medina. Y me respondió: “no estás poniendo nada tuyo. Vos hiciste una película sobre dos pibes que se conocen una noche, la pasan juntos y no pueden concretar. Eran dos pibes en una estación de servicio: ahora vas a contar la historia de dos personas grandes en un hotel. Tenés la posibilidad de contar algo así como la evolución de aquellos personajes. Pensá en lo que te pasa ahora con ese tipo de historia”. Recién ahí me terminó de cerrar la propuesta. En esta historia hay algo que me interesó siempre y que tengo la opción de contar de vuelta. Con otras herramientas, con otra cabeza, con otra vida vivida.

-Tenés varios proyectos casi simultáneos: ¿la pandemia activó la creatividad?

Ya venía escribiendo una ficción (espero que se pueda llevar a cabo en algún momento) y estaba avanzando desde el año pasado con un documental, que fue beneficiado con Mecenazgo. Además, al principio del año pasado, prepandemia, escribimos un guion con Martín Jauregui, La pureza, la segunda parte de una trilogía que él comenzó con La sequía. Es una historia de terror psicológico, relacionada con las sectas. Además de todo esto, dando clases.

Vengo de dos años productivos. Con el paso de los años aprendí a tener varios proyectos a la vez porque tardan mucho en resolverse. Y si te quedás esperando uno te frustrás. Además, cuando te empiezan a llamar los colegas hay que aprovecharlo porque se aprende mucho.

Julia Montesoro

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