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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Diego Lerman estrena mundialmente «El suplente» en Toronto: «El eje está puesto en los lugares donde la educación cumple un rol de contención»

El suplente, la nueva película de Diego Lerman, tendrá su estreno mundial en Presentaciones Especiales del Festival de Cine de Toronto, que se realizará del 8 al 18 de septiembre. Tras ese estreno mundial, estará en la Competencia Oficial del Festival de San Sebastián.

Protagonizada por Juan Minujín y Bárbara Lennie, marca el retorno del realizador después de Una especie de familia, estrenada en 2017.

-¿De qué trata El suplente?

Contar una película siempre me resulta difícil (Risas). Es la historia de un docente que empieza a dar clases en una escuela del conurbano bonaerense. Se empieza a involucrar con sus alumnos –sobre todo con uno de ellos- y asume como una misión la idea de salvarlo. Entonces empieza una trama policial.

-¿Es un policial?

No, para nada (Risas), es una forma de contarla brevemente. Lo cierto es que tiene muchas subtramas. La principal es la de este alumno que se va involucrando con el docente que daba clases en la universidad y que vuelve a sus orígenes. A su vez, allí también afloran los vínculos con su padre –un dirigente social del barrio-, su exmujer y su hija, quien quiere entrar a un colegio que él rechaza. Es un sinfín de situaciones, por eso es complejo sintetizarla.

-La española Bárbara Lennie ya había trabajado en tu película anterior, Una especie de familia. ¿Cómo abordaste con ella y con Juan Minujín el tratamiento de los roles protagónicos?

Es una actriz fabulosa. En la película anterior estaba la cámara todo el tiempo sobre ella. En esta, el protagonista es Juan y ella es su ex. Hubo mucha cercanía con ambos: charlamos bastante. También con el resto del elenco: María Merlino, Rita Cortese, Alfredo Castro, los adolescentes.

Filmamos en momentos complejos: empezamos el rodaje en noviembre del año pasado con una realidad tranquila, parte en la Isla Maciel y parte en la capital. De golpe nos estalló la tercera o la cuarta ola y se nos fue complicando cada vez más. Las últimas dos semanas tuvimos contagiados en el equipo, que se fue desarmando de a poco. Se hizo duro terminar. Aun así, fue un rodaje hermoso.

-En tus producciones anteriores realizaste un intenso trabajo de campo para desarrollar los guiones: en Refugiado sobre la violencia de género, en Una especie de familia, acerca del tráfico de bebés para poder plasmarlo en la película. ¿Dónde pusiste el eje para desarrollar el guion de El suplente?

Trabajamos casi cinco años con el guion: fue la película que más tardé en desarrollar. No fue un método diferente de las anteriores; en todo caso, esta es una producción más grande. El eje está puesto en la educación. Sobre todo en esos márgenes donde cumple un rol de contención. Ese fino borde entre estar dentro y fuera de una sociedad. Hicimos muchas entrevistas a maestros y a alumnos, visitamos muchas escuelas, presenciamos muchas clases. Todo mientras se hacía la escritura. En la etapa de preproducción, con Juan fuimos varias clases a una escuela del Bajo Flores. En diversas instancias del guion participaron María Meira (quien también intervino en películas anteriores), Luciana de Melo y también Juan Vera. Lo difícil fue abordar la historia de un maestro sin que sea aleccionador. Retratar un profesor que también entra en crisis y se replantea su mundo sólido.

El suplente es una coproducción entre cinco países: ¿cómo fue el proceso de producción, ya que además de director sos el productor?

Esta es una película que pertenece al viejo mundo… Se empezó a hacer antes de la pandemia, que nos agarró en el medio. Hubo que replantear todo. Permanentemente parecía que el proyecto era irrealizable. Cuando retomamos el trabajo, las condiciones sanitarias debían ser especiales. Y había muchas escenas con muchos extras y con un barrio detrás. Buscar financiación en esta instancia, y en distintos países, fue un trabajo de hormiga. Además, en un momento difícil para presupuestar cualquier cosa y por el ingreso y salidas de divisas.

-¿Te daban ganas de seguir?

En algún momento sentí el freno. Obligados a meternos para adentro, con todo en crisis, me puse a escribir. No podía hacer otra cosa. Por lo menos, sirvió para desarrollar algunos guiones. Y ahora tengo ganas de que se conviertan en películas.

Julia Montesoro

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