Películas Nobles es una plataforma creada recientemente, en tiempos de pandemia, exclusivamente para difundir cine argentino. Dos productores, Gema Juárez Allen y Diego Dubcovsky, se lanzaron en este emprendimiento que ya cuenta con más de 80 títulos en su catálogo. Diego Dubcovsky, fundador de la productora Varsovia en 2017, es uno de los más importantes impulsores de nuevos realizadores. Sus más recientes lanzamientos en el mercado son De nuevo otra vez (Romina Paula), Las mil y una (Clarisa Navas) y Edición ilimitada (Edgardo Cozarinsky, Santiago Loza, Romina Paula y Virginia Cosín).
-¿Cuál fue la motivación para salir al mercado con estas formas novedosas de ver películas? ¿Qué veías en el mercado que te impulsó a tomar esta iniciativa?
Fue una idea colectiva que surgió de la charla entre colegas productores y productoras. Por otro lado, hay una situación en donde las decisiones sobre qué películas se ven y cuáles no, están cada vez mas concentradas. La pandemia y la cuarentena nos han expuesto a acceder a las películas a través de las plataformas mas poderosas, que son 2 o 3, y está concentrada en el management y en la programación de esas empresas.
También ocurrió que la primera reacción del sector fue liberar las películas, ponerlas a disposición de manera gratuita. Nunca me terminó de convencer: la forma que los productores tenemos que defender nuestro trabajo es poniendo esas películas en valor. Nosotros vivimos de vender nuestras películas. Muchos directores querían que su película se viera y me llamaban para pedirme que sus películas se exhiban en la TV Pública, un canal privado o en youtube. Eso no me parece bien: si quieren pasar cine argentino tienen que pagar por los derechos.
Puede ser que liberar de esa manera las películas sea muy romántico, pero si nosotros las exhibimos gratis ahora, ¿por qué alguien en el futuro las va a querer comprar?
Ante esta situación -de manera muy artesanal, muy a largo plazo, casi como plantando una bandera- con Gema Juárez Allen y la participación en las ideas y gestación de Bárbara Francisco, lanzamos esta tienda on line.
-Detrás de esos nombres se presume que hay una búsqueda de la excelencia en los contenidos. ¿Qué tipo de cine buscan incorporar?
La intención inicial es ofrecer una herramienta para que productores y amigos puedan poner a disposición sus películas. Más allá de que hemos ido a buscar películas puntuales, en muchos casos las productoras nos ofrecen lo que tienen y nosotros las ofrecemos. Milagrosamente quedó como una oferta que parece muy bien curada, pero hay algo de búsqueda y algo de fortuito. Tiene que ver con quiénes son los productores con los que nos vinculamos. Tenemos amigos con buen gusto (risas).
-¿Se puede hacer un balance de los primeros meses de Películas Nobles? ¿Hay una devolución de los usuarios o de los mismos productores sobre sus necesidades?
Estamos aprendiendo. Es un proyecto que desarrollamos durante el aislamiento y fuimos bastante operativos. Logramos ponerlo en marcha en menos de cuatro meses. Conseguimos un estudio que haga el desarrollo de la pagina web, la articulamos con vimeo y seguimos aprendiendo. La página está colgada desde el 9 de noviembre. Es un movimiento muy interesante, porque generamos un público (pequeño todavía) que accedieron a las películas casi sin publicidad. Es un proyecto de nicho. El desafío ahora (nosotros no tenemos respaldo financiero para soportar una campaña de marketing) es seguir alojando películas y tener una oferta cada vez más amplia. Varios productores que nos han ofertado sus películas. De hecho, en enero habrá más de veinte películas. Independientemente de la dimensión del posible negocio, aparece un lugar donde hay una oferta elegante y cuidada. Es una vidriera permanente a disposición de los productores: no compite con ningún otro negocio.
–¿Contra qué compite Películas Nobles?
La principal barrera con que nos enfrentamos es que la gente tiene que pagar para ver una película. Es un concepto casi cultural, desde el momento en que otras plataformas -como Cine.ar, Octubre o Contar- suben las películas sin cobrar. A eso hay que sumarle los sistemas que organizan la piratería.
Para mí es fundamental -casi un acto de compromiso conmigo mismo- que las películas están disponibles para aquel que quiera hacer un mínimo esfuerzo y pagarlas. Y si no, tendrá que buscarlas pirateadas. Por supuesto que me interesa venderlas a Netflix, a Amazon o a Disney. Pero si no me las compran, prefiero que estén alojadas, disponibles y ofertadas en Películas Nobles, antes que guardadas o exhibidas gratuitamente en un canal oficial.
-¿Había Películas Nobles sin pandemia? ¿Habrá Películas Nobles cuando se abran las salas? ¿Llegó para quedarse?
Gema tenía sus películas alojadas en Vimeo. O sea que ella tenía una pequeña Películas Nobles, muy chico y sin promoción. Eso fue un poco el disparador de este proyecto. Claramente, las conversaciones y problemáticas que fueron surgiendo de directores que querían que sus películas se vieran funcionaron como impulso para poder organizar el proyecto. Seguramente, sin la pandemia y sin la cuarentena no nos hubiéramos sentado a reflexionar sobre estas posibilidades. Ojalá que Películas Nobles con el tiempo tenga su público y la gente busque las novedades o recurra a nosotros.
La gran mayoría de los que nos dieron las películas son productoras jóvenes. Para ellos, tener una o dos películas ofertadas en Video On Demand no es sustentable. En cierto punto, este es un proyecto colaborativo: nosotros lo gerenciamos y exhibimos sus películas en forma equitativa. Hay una concepción realmente democrática. Es un proyecto que nos interesa mantener, hacer crecer y consolidar.
-¿Te interesa el desarrollo de las plataformas? ¿Son complementarias del proyecto de Películas Nobles? ¿El streaming es el futuro del audiovisual o será un complemento de las salas?
Siento que llegué un poco tarde, que no lo vi venir. La actividad del productor es generacional, como si a cierta edad tenés que retirarte, más joven de lo que uno querría. No digo que me esté retirando pero sí que falta poco. Hay algo en el cambio de lenguaje que me está dejando afuera, aunque como espectador lo disfruto. Tengo Netflix, Amazon, amigos que me recomiendan, pero soy un poco old-fashion y me cuesta terminar de entender ciertos lenguajes y modalidades de exhibición.
-¿Qué le decís a alguien que entra por primera vez a Películas Nobles?
Que es muy sencillo para acceder. La dirección es www.peliculasnobles.com y tiene una navegación muy fácil. Hay cerca de 86 películas (largos, ficción, documentales y cortos) con un motor de búsqueda que te permite filtrar. Una vez que clickeás entrás a Vimeo, hay que loguearse (es gratuito). Es como navegar en Netflix: no hay nada escondido, hay solo cuatro películas destacadas (que tiene que ver con las últimas a las que hemos accedido). Está pensado con una concepción muy democrática, sin algoritmos.
La experiencia de Peliculas Nobles es parecida a la que había en el videoclub, donde uno iba y miraba cada caja del VHS. Hay algo de eso, con un criterio de selección muy democrático y organizado por año. Creemos que con el tiempo va a ser útil para quienes estudien sobre el cine argentino. Es una manera de preservación, ya que están muy bien digitalizadas, hay fichas técnicas completas, se pueden comunicar con nosotros directamente. Está atendido por sus propios dueños, no hay directores de marketing. Desarrollando el proyecto a prueba y error: de hecho haremos la página bilingüe, a sugerencia de nuestros clientes.
Julia Montesoro
La entrevista completa se emitió en GPS Audiovisual Radio y se puede escuchar en este enlace.