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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Alejandro Cacetta, de FAM Contenidos, ante el estreno de «La corazonada»: «Un productor es un todólogo»

El jueves 28 de mayo se estrena La corazonada, thriller dirigido por Alejandro Montiel, con Luisana Lopilato y Joaquín Furriel en los roles protagónicos. Se trata de la primera película argentina producida por Netflix, con la producción de FAM Contenidos, empresa fundada por Alejandro Cacetta (productor y expresidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, Fernando Blanco (cofundador de Polka) y Mili Roque Pitt (quien trabaja en la producción desde hace más de 15 años).

Alejandro Cacetta fue entrevistado por GPS audiovisual radio, en su primera entrevista a un medio de comunicación después de su salida de la gestión pública.

-La primera película argentina pensada para Netflix supone un cambio de paradigma. ¿Se abre una segmentación entre el cine tradicional y las plataformas?

Hablaría de un antes y un después de este coyuntura. El momento agudiza esta posibilidad o esta dualidad para producir para pantallas de cine o plataformas. Creo que en algunos contenidos sí; pero en general no estoy tan seguro de que haya una diferencia entre producir para salas o para plataformas.

-¿Hay que dejar de hablar de películas y hablar de contenidos?

Más allá de este cambio, hace rato que hablamos de contenidos. Y dentro de los contenidos, después podemos hablar de segmentación o de distintas formas de contar. Lo que marca la diferencia es la narrativa, que es propia de cada uno de los proyectos, más allá del lugar donde se exhiba.

-¿Las plataformas de streaming son el futuro de la producción?

Es el presente. Hoy, con los cines cerrados y con la incertidumbre de cómo va a cambiar la industria, estamos hablando de un hecho puntual y concreto. Sin ninguna duda es un jugador muy importante, que vino a complementar las posibilidades de financiamiento que permita producir una película.

-Quizás en la Argentina sea un fenómeno novedoso: recién ahora las grandes plataformas empiezan a invertir.

Claramente. Ahora estamos hablando de Netflix, pero es un hecho fáctico que llegan Hulu, HBO, Movistar Plus, Amazon (no quiero olvidarme de ninguna) más las que vendrán. Y también hay otras plataformas con otra concepción y otra ecuación de fomento o de negocio, como Cine.ar o Retina Latina, en los países sudamericanos, que también son una realidad.

-¿Qué ocurre con un productor con esta nueva situación, en la que de pronto a una de sus películas no le va tan bien en el cine pero llega al streaming y la audiencia crece?

No es una novedad. En 2011 se estrenó una película que no tuvo posibilidades en el cine, y al pasar a un sitio (no muy amigo de los productores o los generadores de derechos, porque no los pagaba), fue vista por 200 mil personas. Hay un montón de situaciones que complica mucho más que se vea masivamente en las salas se vea masivamente, como posibilidades de comunicación, o mantenimiento en salas por más tiempo del que quisieras. Sobre eso, venimos intentando dar una vuelta -con diferencias conceptuales- de cuota de pantalla, media de continuidad, etcétera. Y no tiene que ver con los contenidos.

-Depende de las características de esa película o esa serie que sea más atinada para un tipo de plataforma que para otra. Hay plataformas que tienen una curaduría de contenidos distintos.

Claramente. De alguna manera, existe una estratificación, como la tenés también en las salas de cine: no es lo mismo una multipantalla que el Gaumont o una sala de cine arte. Lo que no quiere decir que en esas plataformas no haya amplitud para pasar cine o series (hablamos de contenidos) muy ecléctcos, que vaya de un producto de nicho a algo más comercial.

-¿Cómo fue cambiando tu trabajo como productor?

Lo que cambia es ir incorporando una visión más fina de adónde va dirigido el proyecto que estás desarrollando. El thriller que acabamos de hacer (del cual estamos muy contentos y orgullosos, fue una experiencia excelente), tal vez en las salas de cine le costaría más que en la plataforma. Por lo dicho anteriormente: no por el contenido, sino porque el consumo y las condiciones de explotación son distintos. Empieza a cambiar no el desarrollo del contenido, sino el trabajo que surge paralelamente: la consecución de fondos, el pensar en cómo se comercializa la película posteriormente, en cuál es la relación de un distribuidor con la plataforma. Un productor es un todólogo. Tiene que pensar en un desarrollo y al mismo tiempo saber de la parte financiera, impositiva y comercial. Tiene que pensar en el desarrollo del proyecto dia a dia.

¿Cómo se selecciona un proyecto?

Creo en tres cosas básicas, aunque sobre el tema no hay un manual y es materia opinable, y además cada uno selecciona el proyecto que considera oportuno o que quiere. El primer punto: que el proyecto tiene que entrar por la cabeza y el corazón, que te mueva a querer hacerlo, que se justifique estar dos o tres años de tu vida dándole ese trabajo diario para llevarlo a cabo. Segundo: establecer el cómo. Hay que tener la estrategia para saber hacia dónde vas, quiénes son tus potenciales socios. Siempre hay que pensar un contenido audiovisual con socios estratégicos. Y el tercer punto es la viabilidad. Hay infinidad de proyectos que me gustarían hacer, o que me acercan, y después te das cuenta de que no son viables. Recién ahí hay que llevarlo a cabo.

-¿Tiene que ver con el perfil de la productora? ¿Apuntan a determinado tipo de productos?

Somos extremadamente amplios en eso. Hoy estamos desarrollando un thriller con un diseño de producción pequeña y haciendo una serie que apunta a un diseño de producción acotado. Incluso dentro de este contexto de pandemia tenemos comedias mucho más amplias y tenemos desarrollados contenidos para adultos jóvenes. No hay un único perfil. En mi experiencia como productor la decisión de hacer películas (más allá de que las hubiéramos hecho en forma directa o como coproducción) fue bastante ecléctica: va desde Zama hasta Me casé con un boludo.

-También hay que pensar en figuras convocantes.

Lo que nunca se debe hacer es dejar de pensar en el público target al que se intenta llegar. El contenido se completa con la visión del público. Hay proyectos de 50 mil espectadores pensados para eso y son un éxito. Nunca hicimos un contenido para darle la espalda al público, sin saber antes cuál es el target.

-¿Se reduce el margen de error, al tener tantas posibilidades de pantallas y de formato?

El acierto no es fácil. Un proyecto lleva un año y medio o dos y la realidad cambia muy velozmente. Hoy empezaste a desarrollar un proyecto porque hay un tema candente y cuando terminás la película ya pasó y no le interesa a nadie. Y eso que creías novedoso es una más de las que terminás viendo. No es fácil establecer cuál es el público target y no errarle.

– La pandemia se está convirtiendo en un verdadero desafío para toda la industria del cine. ¿Cómo lo estás experimentando desde lo profesional?

Lo primero que se me ocurre: con mucha angustia e incertidumbre. La industria audiovisual no escapa a lo que le pasa a todo el mundo en todos los sectores, industrias o gremios. Por otro lado, estamos con muchos desarrollos. Haciendo lo que siempre nos propusimos hacer, que es el desarrollo de las propiedades intelectuales. Después se verá si es una serie, una película o una película con posibilidades de serie. Y estoy tratando de entender hacia dónde va a derivar esto. Hablando mucho para tratar de tener socios estratégicos con los que podamos trabajar. Nadie tiene la bola mágica: solo lo intuimos, porque tenemos necesidad de poner un horizonte.

-¿Cuál es la próxima etapa de la compañía?

Por ahora, estamos pensando en que vamos a volver en lo que definiremos como nueva normalidad. Si se vuelve a rodar tal vez en tres, cuatro o cinco meses, veremos cómo aggiornarnos a los protocolos de seguridad. No estamos pensando en una modificación, como dedicarnos a videojuegos. Al menos por ahora: dentro de dos meses te cuento (risas).

-En los contenidos que vienen van a proliferar historias de pandemia…

¡Jaa! Creo que va a ser imposible evitarlo. El cine permite hacer una catarsis en las sociedades. Va a ser inevitable.

A partir de la aparición de las plataformas en el mercado, cambia el mapa de la exhibición y de la financiación. ¿Cuál creés que debe ser el rol del Estado ante este nuevo escenario, en términos de fomento y de canales de exhibición?

Considero muy acertado lo que Luis (Puenzo, presidente del INCAA) está planteando, que no es nada más ni nada menos que respetar el espíritu de la ley. Algo de lo que venimos planteando desde hace tiempo. Hay receptores políticos que son más permeables que otros (lo dejamos ahí, prefiero no dar tanto detalle). Me parece bien que se entienda que las plataformas ya tributan (y no generan nuevos impuestos) y que el espíritu de la ley es que parte del impuesto que surge de la exhibición vuelva a la producción. No hay que buscar el choque sino ser complementarios. Y que sirva para reactivar el sector.

Julia Montesoro

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