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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

José Luis Rebordinos y Juan Antonio Vigar presentan MASS: «Es un buen momento para dar a conocer cine español fuera de nuestras fronteras»

El director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos y el del Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar, regresan juntros a Buenos Aires para presentar -junto a la productora argentina Orca Films- la 2ª edición de MASS, muestra de seis películas españolas premiadas y recientes que se exhibirán en la Sala Lugones del Teatro San Martín entre el viernes 28 y el domingo 30.

Desde San Sebastián llegarán Karmele, con su director, Asier Altuna; Los Tigres, presentada por Koldo Zuazua y Juan Moreno, y La cena, que viajará con su director, Manuel Gómez Pereira y el actor Asier Etxeandia. Por parte del Festival de Málaga se verán Sorda, acompañada por su directora Eva Libertad y la productora Miriam Porté; La buena letra, que viajará junto a Celia Rico y su protagonista Loreto Mauleón y Una quinta portuguesa, que contará con la presencia de Avelina Prat y la productora Miriam Porté. Llegan desde Montevideo, donde la muestra se celebra entre el lunes 24 y el miércoles 26.

-¿Cuál fue el criterio de selección de las seis películas españolas que integran MASS?

Rebordinos: Intentamos que sean películas interesantes, que creímos que puedan gustar al público argentino y uruguayo y que fueran variadas, diferentes. Los Tigres es un thriller; bastante político al fin pero si tuviéramos que hablar de género sería un thriller. La Cena es una comedia disparatada, con la figura de Franco y el franquismo como objeto de risas. La tercera es Carmel, una película de corte histórico, seria, que cuenta un hecho histórico real, que es cómo el Gobierno Vasco en el exilio en el 30 y pico -cuando la Guerra Civil-, va a formar un grupo musical para llevar la cultura vasca por el mundo. Al mismo tiempo era un grupo que usó el Gobierno Vasco para el contraespionaje contra los franquistas y los fascistas.

Buscamos películas que puedan gustar y que estén disponibles, porque esto lo elegimos muy pronto. Una película que podía haber estado aquí, Los Domingos que fue la Concha de Oro y que está arrasando en taquilla, no pudo ser porque no llegamos a tiempo.

Vigar. Nosotros primero miramos nuestro palmarés y de allí, las películas que consideramos más interesantes. Intentamos buscar un hilo conductor que tuviera que ver con jóvenes directoras mujeres, porque ha sido una seña de identidad en nuestra sección oficial de este año. Dos tercios de esa programación fueron películas dirigidas por mujeres, lo cual creo que está muy bien a la hora de reivindicar el papel de las directoras. Es además una seña de identidad de Málaga, donde desde hace muchos años venimos asistiendo a la visibilidad de estos trabajos de jóvenes directoras.

Elegimos en primer lugar, siguiendo el orden alfabético, La Buena Letra, basada en una novela de enorme prestigio de Rafael Chirbes, que adaptó con muy buen criterio y con un tono narrativo admirable Celia Rico. Hemos conseguido que venga su directora y también su protagonista, Loreto Mauleón. La película trata mucho de la identidad de la mujer en un momento histórico muy concreto en el que tiene que equilibrar sus emociones y sus ilusiones con una realidad que le limita.

La segunda película era obvia y obligada: la Biznaga de Oro de nuestra pasada edición, Sorda. Ha tenido un recorrido enorme en cuanto a premios y reconocimientos y también ha sido una película de gran éxito en taquilla. Trata sobre una mujer con una discapacidad, una sordera que le limita en su relación familiar a la hora de tener un hijo y que busca ser entendida por los demás. No basta con que los demás le hablen al niño que oye y que puede hablar, sino que tengan en cuenta que ella no lo puede hacer. Es la búsqueda de su lugar y la reivindicación del derecho a que ese niño a través de la lengua de signo sea su hijo, un hijo real, material.

La tercera película es Una quinta portuguesa. Son títulos que hablan mucho de ese mundo que hoy la mujer quiere trasladar al cine español. En esta ocasión, la búsqueda de una identidad dentro de una historia en la que la desaparición de una mujer genera a su marido el deseo de ir a buscar cuál es su lugar en el mundo. Son historias a la vez de búsqueda y de suplantación, narrada con mucha sutileza, con un lenguaje narrativo muy expresivo y que ha tenido un eco crítico y de público enorme. Es la propuesta que hemos traído desde Málaga para afianzar esa relación del festival con el mundo latinoamericano en el audiovisual.

-¿Qué nuevos desafíos plantea esta segunda edición del ciclo?

Rebordinos: Creo que plantea la consolidación de la primera y sobre todo, conseguir que el público se acerque a las salas. El año pasado hubo poquito público, aunque mucha repercusión en medios. Este año ha tenido también muchísima repercusión desde el comienzo. Pero ahora esperamos que se llenen las salas o al menos, que haya mucha gente. De hecho, estamos viendo ya los primeros datos de venta y de reserva de entradas van bastante bien. Probablemente podamos conseguir ese objetivo. Si consolidamos ya una presencia de público que lo conoce, pues vendrá una tercera edición con esa consolidación ya hecha.

Vigar: Está claro que el año pasado tuvimos una repercusión mediática institucional enorme. Es verdad que todas las referencias que nos llegaron en ese sentido fueron muy estimulantes, pero nos falta generar una masa crítica de espectadores que se beneficien del esfuerzo logístico y de producción que supone todo esto. El cambio de ubicación en Montevideo ha ayudado mucho porque se ha involucrado a la Agencia del Cine y Audiovisual de Uruguay (ACAU) y nos han cedido la sala de la Cinemateca. Ya hay un público de alguna manera adepto a esa programación. Ese es un poco el objetivo fundamental: que aparezca esa necesidad en el público.

Rebordinos: Como en la temporada anterior, seguimos en la sala Lugones. Pero este año se está anunciando de otra manera. Esto lo producimos con Orca, pero va a haber una colaboración muy fuerte de la Academia. Pensamos que está todo muy armado para que llegue al público potencial Insisto, ya estamos viendo que hay reserva para entrar, es decir, que pinta bien. Ahora hay que ver que realmente acabe funcionando como esperamos.

-¿Y qué los impulsa como directores de los festivales de San Sebastián y Málaga a renovar la expectativa por la conquista del público de Buenos Aires?.

Rebordinos: Nosotros dos estamos de acuerdo en que vivimos los mejores momentos del cine español. Entonces, creo que es un buen momento para presentarnos en sociedad fuera de nuestras fronteras. El año pasado hubo dos películas a competición en Cannes, y yo este año, que estoy muy juguetón, nos jugamos una cerveza a que este año va a haber otras dos españolas -mínimo- en las secciones oficiales. La producción que viene es brutal.

Creemos que es un muy buen momento para hacer una selección y traerla a Buenos Aires y a Montevideo. Por eso, y porque además creo que una de nuestras obligaciones como directores de un festival como San Sebastián y de un festival como Málaga es defender el cine español ayudando a su difusión, a su promoción, a que sea conocido en el mundo. Además de que, con lo cómodos que nos sentimos en Uruguay y en Argentina -sobre todo en Argentina porque he ido muchas veces-, me siento como en casa.

Y luego no olvidemos nuestras relaciones sociales, económicas, sentimentales. Pero, sobre todo, muy importante: somos un mercado único de más de 500 millones de habitantes gracias a nuestra lengua común. Todo hace que América Latina sea muy importante para nosotros. Argentina ha sido una potencia impresionante; Ventana Sur ha sido el mercado más importante para el cine latinoamericano. Todo indica que es un buen sitio para presentarnos.

Vigar: Sí, está claro que en el ADN de ambos festivales el cine latinoamericano es parte esencial. Ya existe un compromiso por nuestra parte de ayudar a que el cine del área latinoamericana se pueda ver en nuestros festivales y, a partir de ahí, con ese ecosistema industrial tan potente que tenemos en ambos festivales, ayudar a que ese cine pueda llegar a las carteleras españolas o europeas en general. Era lógico que buscáramos de algún modo el camino inverso. Es decir, nosotros hemos sido receptores de muchos cines latinoamericanos y ahora entendíamos que esta labor requería de estos proyectos que hacen que el cine español venga aquí, porque creo que también es un gran desconocido.

Nosotros, y ya lo ha dicho José Luis antes, estamos en un momento maravilloso de cine español, con un talento extraordinario, unas películas que gustan, que tienen una gran aceptación de público. Pero que aquí no son conocidas. Lo mismo hacen otros festivales con otras cinematografías que también organizan eventos fuera de su país. Pensamos que este podría ser un proyecto que sumara a nuestro objetivo de estrechar lazos con Latinoamérica. Encontramos un partner interesante como Orca Films, comprometido con esta idea, y por eso surgió el año pasado MASS. Y este año, pues ya te hemos comentado que esa faceta de ayudar a dar visibilidad al cine español en Uruguay y en Argentina parece que se consolida. El objetivo fundamental es que al final creemos puentes para esa distribución y exhibición del cine español acá, ya que lo hacemos a la inversa.

Rebordinos: Además, esto está empezando: recién es el segundo año. Una vez que consolidemos un público, una presencia, probablemente lo importante será empezar a consolidar cómo lo mezclamos industrialmente. Cómo conseguimos que algunas de estas películas sean compradas para América Latina, qué podemos hacer desde aquí. Pero eso es una tercera fase. Estamos llegando, estamos aprendiendo, vamos poco a poco. Ahora estamos en la fase de consolidar el público.

-Me consta que tanto en Málaga como en San Sebastián en las ediciones de este año hubo una cantidad formidable de cine español de gran calidad. En contrapartida, hay una fuerte reducción en el desarrollo del cine argentino. ¿Cómo evalúan ustedes el panorama del cine argentino de cara al 2026? Teniendo en cuenta que son justamente promotores muy importantes del cine latinoamericano en general, pero del cine argentino en particular en Europa.

Rebordinos: En nuestro caso, estamos empezando a hacer la selección (Juan Antonio ya la lleva más avanzada). Estamos haciendo todavía una prospección de qué hay. Obviamente vemos que hay muy poquito cine argentino para el año que viene y que la mayor parte de lo que nos puede interesar es cine producido por las plataformas o en coproducción fundamentalmente con Uruguay, México o Brasil. Hay una reducción, esto es una obviedad, hay una reducción brutal del cine argentino, sobre todo el cine argentino con dinero público. Y no hay un país en el mundo, ninguno, donde el cine no se desarrolle con dinero público. Es incluso la falacia que el cine norteamericano no tiene subvenciones, ¡claro que tiene subvenciones! Como lo tienen prácticamente todos los sectores productivos en la sociedad capitalista. Entonces, sí va a haber esa reducción. El año pasado fue un poco falso todo porque tuvimos tres películas en competición oficial argentinas, pero una era Amazon, otra era Netflix y la otra coproducción con Suiza. Y por primera vez en por lo menos en 16 años, no hubo una sola película argentina en los Work in Progress. Es muy doloroso ver cómo poco a poco el cine argentino, de ser el cine más importante de América Latina, está ocupando un papel cada vez más pequeño. Esa es la impresión que tenemos y sobre todo, lo poco que tenemos estamos viviendo de lo anterior. Pero de lo nuevo, salvo con plataformas y coproducciones muy trabajadas, va a ser difícil.

Vigar: Sí, yo coincido. Es verdad que el cine que estamos recibiendo para selección en este año viene de una etapa anterior en la que todavía había estructurada una serie de ayudas institucionales al cine argentino. Pero basta oír a la propia industria. La industria pone sobre la mesa una situación complicada en la que las ayudas institucionales apenas fluyen. Y esto mermará lógicamente la producción a futuro. Ese es el temor que tenemos. Más allá de las coproducciones cada vez más numerosas y con más países, que es la forma en la que se están buscando soluciones, o la presencia de esas plataformas que está claro que invierten económicamente en las películas, pero también marcan su sello, su identidad. Con lo cual, también la riqueza de la identidad cultural de los países hay que buscarla y desearla.

Más allá de esa situación que hemos descripto, vamos a encontrarnos con una merma de producción y eso a corto o medio plazo va a hacer que el cine argentino no tenga el posicionamiento en los grandes festivales que ha podido tener hasta ahora. Es algo sobre lo que creo que es necesario que el INCAA y sus responsables reflexionen. Era lógico que se produjeran ajustes en un momento determinado ante la situación anterior, pero ese proceso requiere ahora de una construcción sobre cimientos sólidos que hagan que la industria realmente no se sienta sola y no encuentre caminos para producir. Creo que es necesario poner esto de manifiesto y pedir que esa labor de construcción empiece ya.

-Ustedes también desde sus respectivos festivales pueden dar cuenta del valor agregado que tiene el cine.

Vigar: Y te diría algo más: en este momento más que nunca hace falta apoyar la cultura, que tenga su propio sitio en lugar de estar sitiada. Porque es un elemento fundamental, un instrumento de transformación intelectual y emocional de las personas y por lo tanto, creador de sociedades más libres. Desde ese punto de vista, todo lo que no se invierta en la cultura -y sobre todo la cultura audiovisual, que tiene esa componente de inmediatez para llegar a los públicos-, es una oportunidad perdida. Otra cosa es que políticamente los gobiernos vayan en otra dirección. Pero constatado eso, tenemos que seguir reivindicando el papel que todos los agentes culturales -nosotros humildemente en nuestra faceta así lo hacemos-, tenemos con la sociedad actual para que ese compromiso sea algo cada vez más palpable y dirigido a transformar una sociedad que no creo que vaya por un camino razonable en este momento.

-El pasado domingo 16, en la Casa de América de Madrid, José Luis Rebordinos presentó en una charla abierta su “Carta de amor al cine iberoamericano”. Si tuvieran que escribirle una carta de amor al cine argentino, ustedes que lo quieren tanto, ¿por qué razón fundamental lo harían?

Rebordinos: Esta carta ya tiene un tiempo, pero sí fue mi carta de amor al cine latinoamericano. Lo haría primero por todo lo que me ha dado. Y lo digo a título personal. En mi carta de amor al cine latinoamericano, por supuesto, estarían Héctor Olivera y Ayala. Estarían Federico Luppi, Ricardo Darín, Mercedes Morán, Juan José Campanella y El Secreto de sus Ojos. Habría tantas y tantas películas que me han dado mucho y también porque creo que son películas, como decía Juan Antonio, que han ayudado a pensar a muchas generaciones, que nos han hecho meditar, que nos han hecho discutir y debatir. Hace poco hablaba con unos amigos de Tiempo de Revancha, aquella película maravillosa de Adolfo Aristarain. Creo que el cine argentino ha sido tan poderoso, tan poderoso, que realmente podríamos escribir muchísimas cartas de amor muy diferentes al cine latinoamericano.

Vigar: Creo que las cartas de amor hay que escribirlas cuando más se necesita ese amor. Porque en condiciones normales expresarlo puede parecer algo casi obvio. En este momento, la carta de amor que personalmente escribiría va en alguna medida en lo que dice José Luis: en el agradecimiento y la admiración a un cine de un talento descomunal. No hablo solo de intérpretes, sino también de directores e incluso de productores que han marcado un gran camino a seguir. Sería una carta de amor dirigida al compromiso, a la solidaridad y a la expresión de que por nuestra parte aquí estamos para ayudar a que el cine argentino vaya dimensionándose, siga creciendo y no vaya en un camino de regresión.

Creo que ese amor se necesita mucho más cuando se carece de él. Y en este caso, nosotros como festivales muy sensibles a lo que es el cine latinoamericano -específicamente al argentino por todo lo que hemos explicado-, creo que deberíamos incluso hacer una carta conjunta. Recuperar la tuya, José Luis, actualizarla y meter nuevos elementos para que esa carta de amor quede expresada.

Rebordinos: Es que empezamos a pensar nombres de ahora y no pararíamos. Benjamín Naishtat, María Alché, Santiago Mitre, Lucrecia Martel, todas las películas de El Pampero…. ¡es que el cine argentino es una locura! Hay cine comercial buenísimo. ¡Qué actorazos, qué actrices! Desde Francella a Darín. Podríamos empezar a ponernos ahora y llenaríamos folios de nombres de gente que adoramos por su trabajo, que nos impresionan, que nos parece que son increíbles. El cine argentino es una de las cinematografías más importantes del mundo. Y esperemos que lo siga.

Julia Montesoro

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