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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Alejo Moguillansky estrena “Pin de Fartie” en Venecia: «El tono de melancolía tiene que ver con el tsunami que le pasó al cine»

El nuevo film de Alejo Moguillansky, Pin de Fartie (que no tiene traducción en castellano), tendrá su estreno mundial en la sección competitiva Orizzonti del 82º Venice International Film Festival, que se celebrará del 27 de agosto al 6 de septiembre.

Se trata de otra producción de la factoría independiente El Pampero Cine, de la cual el cineasta es fundador en 2002 junto a Mariano Llinás, Laura Citarella y Agustín Mendilaharzu. Está protagonizada por Santiago Gobernori, Cleo Moguillansky, Laura Paredes, Marcos Ferrante, Luciana Acuña, Maxi Prietto, Laura López Moyano, Fernando Tur, Margarita Fernández y el mismo director, Alejo Moguillansky. Y forma parte de la producción urgente del realizador, incrementada a partir de la pandemia (o del último quinquenio, según cómo se lo mire) y que está conformada por Un día de caza (2020); La noche submarina (con Diego H. Flores y Fermín Villanueva, 2020); La edad media (con Luciana Acuña, 2022) y Un andantino (2023).

-El sitio oficial de Venecia no dice prácticamente nada respecto de Pin de Fartie, que de por sí es un título enigmático. Así que vamos a revelar la incógnita: ¿de qué se trata?

El título es un anagrama que viene de una obra que sobrevuela la película, que es Fin de Partie, de Samuel Beckett. Lo cual no quiere decir que la película sea una versión o una adaptación de esa obra, sino simplemente que en más de un momento tiene puntos en común. Pensé en ese título porque los personajes de Beckett efectivamente se están despidiendo todo el tiempo. Está en su naturaleza, de la misma manera en que uno se siente en determinadas situaciones. El elenco está compuesto por muchos dúos de personajes que después no se van a ver nunca más. Por eso hay un nivel de melancolía y de tristeza alto. Con algo de humor, como siempre.

Hay una escena de un hijo con una madre -una pianista ciega ya anciana- que simboliza el vínculo entre un adulto y la vejez. Hay otros dos personajes, una niña y otro ciego, que refleja la relación entre un cuidador y quien lo cuida. Hay otros dos personajes que son dos actores, que sencillamente se juntan a ensayar y ensayar. Y saben que en algún momento no van a ensayar nunca más. Es un poco melancólica, un poco triste y quizás encuentra ese tono porque está a la altura de los tiempos.

-¿Decís que la película está impregnada por la coyuntura?

Calculo que tiene que ver con ese tsunami que le pasó al cine -y a la Argentina entera, pero sobre todo al cine-, desde hace un año y medio. Es una actividad que entró en un nivel de crisis desconocido. Aun así, felices o no, nosotros seguiremos haciendo películas. Uno también puede darse el lujo de seguir haciendo una comedia ante una situación levemente trágica.

Pero al mismo tiempo, la película plantea la relación de adiós permanente que uno tiene con el propio cine. Ya no se sabe qué es el cine por la manera en que va mutando. Por cómo se va contaminando el lenguaje de otros lenguajes, como la televisión, las series, etcétera, etcétera. Uno se cuestiona todo el tiempo si todavía subsiste esa idea con la que uno se crió. Lo digo como buen cinéfilo que iba a una sala y se entregaba a esa situación ritual. Cada vez es más complejo llevar gente a una sala. En la película un personaje se despide de la infancia de alguien (que podría ser su hija) y es como si se estuviera despidiendo del cine. Con esa sensación contradictoria en la que uno se despide pero a la vez se rehúsa.

-Teniendo en cuenta la coyuntura, ¿cómo se produjo Pin de Fartie? 

El Pampero Cine nunca financió películas con el Instituto. Aun así, hace rato que venimos surfeando. Esta película empezó filmándose en Suiza. Estuve allí trabajando durante varios meses y empezamos de una forma casi amateur, sin presupuesto. Comenzamos en la casa donde yo vivía cerca de Lausanne. La hicimos con Luciana -que además de ser mi pareja es codirectora de cierta parte del film-; nuestra hija Cleo -ya es una especie de actriz miembro oficial de la compañía estable- y Santiago Gobernori, que estaba de gira con una obra de Luciana en Heidelberg. Trajimos a Santiago y organizamos un rodaje de una semana. Ese fue el germen de la película. Quiero decir que se origina de la forma menos industrial posible. Una vez filmado eso, al volver a Buenos Aires, seguimos haciéndolo aquí. Esa es también la gimnasia de Pampero para hacer películas. Vivimos en situación de rodaje.

-Vas a poder ver Pie de Fartie por primera vez con público en Venecia. ¿Te imaginabas llegar allí y estar en competencia?

Me sorprendió bastante. Siempre fui muy afortunado con los estrenos en los festivales. Mis películas gozaron y gozan de estrenos esos lugares reconocidos como los grandes festivales europeos: Cannes, Locarno, Berlín. Y ahora Venecia. Pero también me sorprendió porque los festivales del mundo han cambiado últimamente y uno está más perdido. Pero por el motivo que sea que hayan elegido la película, estoy contento.

Julia Montesoro

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