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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Augusto Sinay estrena su ópera prima «El escuerzo»: «El tono fantástico invita a sumergirnos en algo novedoso, inimaginable y pesadillesco»

Augusto Sinay estrena el drama fantástico de terror​​ El escuerzo, su ópera prima, que se presenta en salas de todo el país y desde el sábado 3 se presenta en CineArte Cacodelphia de Buenos Aires todos los sábados de agosto a las 19 hs.

Con producción de Fogón Cine (Damián Carretero Seisdedos, Augusto Sinay) y coproducida por El Médano, Películas Lesima y Kilo Vivo, El escuerzo conjuga elementos de diversos géneros como el terror, la fantasía, el western gauchesco y el drama.

Con un elenco conformado por actores y actrices cordobeses y por el español Javier Pereira (merecedor del premio Goya), protagonizado por Cristóbal López Baena, Lucia Castro, Eva Bianco y Valeria Beltramo, se rodó en paisajes naturales y muy inaccesibles del Valle de Traslasierra y tuvo como complemento escenas filmadas en estudio para crear ranchos de época, túneles subterráneos y escenarios propios del mejor género fantástico, algo infrecuente en el cine argentino.

Inspirada en el cuento homónimo de Leopoldo Lugones que conllevó un proceso de 7 años de producción que incluyó un exhaustivo trabajo de investigación histórica por su director, Augusto Sinay, recopilando notas de periódicos, discursos de Alberdi, Mitre, cartas de la época, juicios a campesinos, cuatreros y gauchos, lo que proporcionó un invaluable recurso para el guion.

“El Escuerzo es mi primer largometraje y se ha abierto paso desde su temprana etapa de desarrollo en los más grandes laboratorios y concursos de guión, destacándose por ser un relato auténtico y arriesgado. Con ese mismo desafío filmamos la película: buscando la travesía y el riesgo en la historia, las imágenes y el sonido. Se trata de una película que transmite una mezcla de rasgos folklóricos propios de nuestra cultura, un clima de época de guerra, paisajes naturales que reflejan el espinoso trayecto del protagonista y un tono fantástico que invita a sumergirnos en algo novedoso, inimaginable y pesadillesco”, definió Sinay en sus notas de producción.

-El Escuerzo propone un viaje de su protagonista, con elementos del cine fantástico, el western gauchesco y el terror. ¿Qué viaje te propusiste vos al contar esta película?

El terror y el fantástico son dos géneros que me gustan mucho. Y también la historia argentina. Empecé el viaje de esta película con esos dos elementos como semilla disparadora, partiendo de que está inspirada en un cuento de Leopoldo Lugones. Es un cuento de dos páginas, bastante breve, lo cual supone que la adaptación es bastante holgada o libre. Se trata de una inspiración, más que una adaptación.

Partí de todos esos elementos para crear el viaje de un joven gaucho que, a lo largo de toda la película, lo que parece ser costumbrista se va transformando en un delirio. Además de todas las capas que ofrece la narración, como la metáfora de la guerra y el escuerzo.

La investigación histórica fue realmente un viaje. Escribir el guion y adaptar el cuento demandó siete años.

-¿Tu idea de iniciarte como director estuvo a partir de ese cuento o había otras dando vueltas?

Estudié dirección cinematográfica en la ENERC y tenía mi rumbo definido. Es lo que siempre soñé y lo que más amo. Decidirme por adaptar este cuento fue la suma de muchas cosas. Por un lado, mi amor por el cine de género. Al mismo tiempo, empezar a darme cuenta de que en Argentina tenemos una gran tradición de literatura fantástica. Eso me motivó mucho.

Y particularmente de Lugones, encontré en Las fuerzas extrañas, un libro de 1906, muchas ideas. Finalmente, también influyó mi amor por la historia. Decidir que esta sea mi primera película como director tiene que ver con todo eso.

En otro rango de cosas, también tenía ganas de hacer algo ambicioso, salir un poco de los modelos tradicionales. Yo soy de Córdoba, pasé casi todos los veranos de mi infancia en Traslasierra. Tengo muy arraigado el contacto con los paisajes y la naturaleza. A pesar de que me encanta Buenos Aires y me encantó estudiar en la ENERC, sentí la necesidad de que mi primera película tenga mucho más que ver con estos otros paisajes que con una gran ciudad.

-Para el rol protagónico, el personaje que realiza ese viaje por las sierras entre lo violento y lo alucinatorio, elegiste a un actor sin experiencia. Un actor con rostro de hombre sin edad. ¿En qué consistió el trabajo y qué te llevó a asumir el riesgo de confiar en él?

Cristóbal López Baena es un gran actor. Había estudiado teatro y hecho una obra de teatro cuando era chico. No tenía experiencia de cine, pero es un apasionado por la actuación. Y la película necesitaba de alguien que le guste la actuación. Necesitaba de alguien apasionado porque el personaje hace un viaje muy rotundo, desde un tipo de personalidad, hasta algo totalmente diferente, cambiado y afectado por los otros personajes que se encuentran en el camino. Hay escenas en la que en un minuto tiene que pasar de un estado de ánimo a otro, filmadas en un paisaje natural bastante hostil, con un vestuario de época. Había un montón de elementos que me llevaron a mí decidirme por alguien que realmente le guste la actuación, que se haya curtido en ese rol. Me parecía que trabajar con “no actores” o “actores naturales”, como les dicen en España -que me gusta más-, era muy difícil por el poco tiempo que teníamos para rodar.

Nosotros queríamos filmarnos 30 planos por día para lograr hacer el montaje que yo imaginé en mi storyboard. Por eso necesitaba alguien que se sume a esta locura y, la verdad, que Cristóbal es un actorazo. Tenía las herramientas para hacerlo y tiene un futuro muy prometedor. Con muy pocas palabras -con gestos, miradas y con la forma de relacionarse con cada uno de los personajes loquísimos que va encuentrando- transmite montañas.

El escuerzo habla de una leyenda y una superstición rural. En tu investigación, ¿descubriste si esa leyenda existió en la vida real o si era un recurso narrativo de Leopoldo Lugones?

Nunca logramos saberlo. Lugones plantea una leyenda muy específica: quien mata un esfuerzo y no prende fuego los restos, el animal va a resucitar para vengarse. Lo preguntamos muchas veces e intentamos rastrear eso. Mi teoría que son reglas que inventó el propio Lugones. Allí también reside la gracia del cuento.

Sí hablamos con un especialista de escuerzos, que tiene una tesis de Conicet sobre escuerzos en Argentina. Nos dijo que es normal que se cree una gran cantidad de leyendas alrededor de este animal, porque es muy misterioso: es una especie de sapo pero con dientes, no come bichos sino animales y la mayor parte del año está bajo tierra.

Esta investigación y haberme conectado con este especialista me sirvió para darle un imaginario a lo largo de la película. En la película es un monstruo entre comillas, pero está con fragmentos y con sombras.

-Además, hay un gran trabajo de recreación de época porque está ubicada en 1866. Precisamente por ese aspecto, ¿inicialmente la pensaste en blanco y negro?

Empecé a pensar la película en blanco y negro. Durante el Concurso Federal Raymundo Gleyzer del INCAA, que nosotros ganamos (y que ahora lamentablemente no sigue más, aunque era un concurso fascinante para desarrollar proyectos), los tutores -y especialmente Eduardo Raspo-, me planteó por qué el blanco y negro. Yo me imaginaba más la época, lo veía a través de las fotografías de esos años. Pero con Eduardo empezamos a ver que las pinturas, las acuarelas y los óleos de esa época, nos decían un montón de los colores y las texturas. Con el director de fotografía, Martín Heredia Troncoso, trabajamos pensando en poder llevar esas obras a nuestra cámara. Trabajamos con texturas delante de la lente para lograr que las líneas digitales no sean tan definidas.

-Desde el comienzo del proyecto, que dijiste que comenzó hace siete años hasta su estreno fue evolucionando y tomando cuerpo, como ocurre con los proyectos. ¿Qué ves ahora con la película terminada que no veías al comienzo del camino que aprendiste en este viaje que metafóricamente es el mismo viaje del protagonista?

Aprendí que se puede hacer algo ambicioso. Cuando empecé a escribir el proyecto, al revés de lo que muchas veces se hace en nuestro cine, que es escribir algo e ir recortándolo por presupuesto, empecé escribiendo algo bastante tímido, chico entre comillas. Durante el proceso de escritura y los talleres -con un taller con mi gran maestro Christian Bernard-, fuimos logrando que el proyecto crezca.

A veces me preguntaba si íbamos a poder hacer este delirio, este monstruo. Cristian me decía que eso se resolvía después, que primero tenía que pensar en la historia.

La realidad es que la historia fue tan potente, y la gente del equipo se entusiasmó tanto con hacer este tipo de cine, que lo logramos. Fue un gran aprendizaje. También aprendí que se puede hacer lo que queramos por la calidad de equipos técnicos que tenemos en Córdoba y Argentina. Se puede apuntar a hacer algo ambicioso y único.

Julia Montesoro

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