Marcelo Piñeyro recibó el Premio Retrospectiva del Festival de Málaga, reconocimiento a su extensa trayectoria que ha desarrollado entre España y Latinoamérica, en la noche del viernes 8 en el Teatro Cervantes, con la presencia de la escritora y guionista Claudia Piñeiro, el director y productor Gerardo Herrero, Paco Mayo y Alfredo Ramos.
‘Es un honor que me hayan dado este premio y más de las manos de un Festival tan importante como este. Cuando vi la lista de la gente a la que se lo habían entregado previamente, pensé que se habían equivocado conmigo, porque es selecto grupo de grandes cineastas’, recalcó el director en un encuentro que mantuvo con la prensa y el público conducido por el director del Festival, Juan Antonio Vigar, horas antes de la presentación oficial.
Con este premio, el Festival quiere reconocer la trayectoria de uno de los directores más exitosos del cine hispanoparlante, cuyas obras son bien acogidas masivamente tanto por la crítica como por el público. El galardón se otorga en colaboración con el diario Málaga HOY.
El encuentro con la prensar sirvió para repasar la trayectoria de Piñeyro, desde sus inicios con ‘Tango feroz’ hasta su más reciente creación ‘El Reino’, una serie que cuenta cómo un candidato a vicepresidente debe tomar el lugar del candidato a presidente en Argentina, luego de que éste fuera asesinado durante la campaña electoral y mientras tanto se comenzará a investigar quién cometió el crimen.
En este sentido ha señalado que con la ficción reflejó sus temores ‘por el avance de una nueva derecha populista’, asegura que ‘la peor pesadilla’ que pudo tener hace cuatro meses era ‘el uno por ciento de la realidad que está viviendo ahora Argentina’.
‘Cuando rodé la primera temporada sentía que Argentina estaba institucionalmente protegido de este tipo de personajes políticos. Sin embargo, cuando se estrenó la segunda todo cambió, de repente dio un giro y desde entonces ha ido a peor. Ahora abres X (Twitter) y lees muchos comentarios de gente que dice que la situación actual es igual a la de la serie’, señaló.
En esta línea, el director ha apuntado que, al inicio de su carrera, con sus primeras cintas ‘Tango feroz’ y ‘Caballos salvajes’ su interés era el de la lucha de los personajes jóvenes contra un sistema que les coartaba, y es que dichas películas fueron pensadas como una resistencia cultural al neoliberalismo. Ahora que cumplen que ambos filmes cumplen 30 años y que se han reestrenado en los cines argentinos, se alegra de que muchos jóvenes acudan al cine a verla.
‘En los 90, los jóvenes claramente sentían que se quedaban fuera de ese neoliberalismo. La resistencia de algún modo cristalizaba en las películas. Hoy en día hay otras preocupaciones y también mucha influencia de las redes sociales’, afirmó.
Piñeyro ha adelantado que está trabajando en el guion de una nueva película, que tiene ‘ganas’ de volver al cine después de la ficción. ‘Mi plan es hacer una película, la cosa es luego el medio en el que se distribuya. Yo como creador apuesto a encontrar una verdad humana y una emoción verdadera’, concluyó en su encuentro con los medios, antes de subir
Diario del Festival publicó una entrevista, a cargo de Tamara Harillo.
-Enhorabuena por este premio, Marcelo. ¿Cómo se siente al ser reconocido por su trayectoria en el cine argentino e internacional?
Cuando me avisaron fue una sorpresa. Este este tipo de reconocimientos dan mucha alegría porque es a todo lo hecho, no a una sola cosa, y esto te sirve también para repasar el camino andado, que no soy muy de hacerlo. Yo soy más de mirar el próximo proyecto que revisar los anteriores, pero justo se da que también se cumplen 30 años del estreno de mi primera película, ‘Tango feroz’. Entonces se han hecho muchas proyecciones en salas muy grandes de varias de mis cintas, como ‘Caballos salvajes’, ‘Cenizas del paraíso’, ‘Plata quemada’ y ‘Kamchatka’. Para mi sorpresa, las salas estaban llenísimas de un público muy joven que reaccionó con mucho entusiasmo a las proyecciones. Así que este premio es el colofón a toda esta etapa, cristaliza la sensación de que bueno, ya hay algo hecho en esta vida.
-Ha sido elogiado por su capacidad para explorar temas sociales y políticos de manera creativa y por su habilidad para contar historias profundas. ¿Me dice cuál es el secreto para conectar de manera tan intensa con el público?
La verdad es que nunca me he planteado que mis películas sean testimonios sociales. Yo conecto con historias que me parecen buenas historias y con personajes que me parecen buenos personajes. Con eso trato de contarlas de la mejor manera, me siento más un narrador. Creo que quizás tenga más que ver con mi generación, con el mundo que nos ha tocado vivir. En general, mis personajes están muy atravesados por las circunstancias que viven, eso los determina, al igual que a mí. Si yo en vez de nacer en Argentina en el momento que nací, hubiera nacido en Suiza 30 años después, mi vida sería otra y mi mirada del mundo sería bastante distinta. Entonces, para mí, inevitablemente, un personaje tiene que estar marcado por sus circunstancias y por su momento histórico y social. Aunque nunca ha sido mi causa hacer un cine social o político, he terminado haciéndolo porque tomo como base la realidad.
-O sea, que su evolución personal ha marcado también su trayectora en el cine.
Sin duda. Hay una diferencia de miradas entre ‘Tango feroz’ y ‘El reino’, que es lo último que he hecho. Yo no soy el mismo tipo, en este tiempo he crecido como cineasta, pero también he cambiado como persona; hay cosas que antes me preocupaban enormemente y ya no, y otras que antes ni sabía que existían y ahora me tocan el corazón. Uno va evolucionando, va cambiando y va creciendo con las películas que hace. Yo creo que cada una de ellas me ha transformado.
-Y desde entonces no solo ha cambiado su visión del cine, también la manera en la que se hace, ¿no?
Desde que hice mi primer película o antes, cuando produje ‘La historia oficial’, a hoy ha cambiado por completo el modo en que se hacen las películas pero, sobre todo, el modo en el que se ven. En aquel momento las películas se veían en el cine. Hoy cada vez menos. El acceso a las salas de cine en Argentina, no hablemos del resto del mundo, es complicado porque está muy bloqueado por el mainstream americano, lo cual ha dejado fuera algo que yo creo que ha empobrecido al espectador, que es la diversidad. Pero, por otro lado, las plataformas han abierto un acceso a que ese cine que se queda al margen esté de otra manera. Aunque también siento que, lamentablemente, se ha perdido con esto la experiencia colectiva que es el cine, se está perdiendo el debate y la reflexión, que era uno de los roles claves de la cultura, así que los creadores cada vez tenemos que repensar ciertamente cómo no perder el vínculo con el público. A pesar de ello, soy un convencido de que hay luz, hay esperanza. La historia del siglo XX tiene zonas oscuras donde realmente parecía que la noche era eterna y, sin embargo, se sale de allí y sale el sol nuevamente. Soy un convencido de que la humanidad no se suicida y siempre termina encontrando el camino. También lo haremos en el audiovisual.
-Y en este contexto, ¿cómo cree que ha influido la relación entre España y Argentina en el desarrollo de ambas industrias?
Mira, fácil: yo no hubiera podido hacer ‘Tango feroz’ si no hubiera participado España, ya que fue determinante. Yo sentí siempre que hay un vínculo entre Argentina y España que es muy potente y que particularmente creo que se hizo muy intenso también a comienzos del año 2000, nosotros allá estábamos en crisis y vinieron muchos argentinos a buscarse la vida. Eso fortaleció aún más la unión, porque gran parte de la Argentina es producto de la inmigración española e italiana. Así que en mis películas también existe este vínculo. Me ha enriquecido enormemente el trabajo con actores, técnicos y productores españoles que han apostado por mí, que han creído en mis películas. He tenido ofertas para trabajar en Estados Unidos y nunca he terminado haciéndolo, pues no comparto esa manera de entender el cine. He sentido que miran el cine de un modo con el que yo no conecto y no me interesa. En cambio, en España me siento como entre hermanos. Hablamos el mismo idioma, miramos el cine de la misma manera, con los mismos deseos, las mismas fantasías, los mismos gustos. En los equipos formados íntegramente por españoles con los que he trabajado en ‘Ismael’ o ‘El método’ nunca me sentí un extranjero, al contrario. Inmediatamente me acogieron y he disfrutado mucho de ese intercambio de experiencias que nos enriquece a todos.
-Los premios Retrospectiva siempre son un buen momento para hacer balance de su trayectoria. ¿Se siente afortunado de haberse podido dedicar al cine?
Soy un privilegiado. Desde que tengo recuerdo, siempre he querido al cine. Incluso antes de saber cómo funcionaba, ni sabía que las películas tenían director. Me acuerdo cuando estaba haciendo el secundario que siempre había querido estudiar, Arquitectura, y de pronto, por un azar, me entero de que existe la carrera de cine. Y lo hice pensando además que eso era para gente que nacía en otras geografías o con otro poder adquisitivo. Me parecía que no era para mí y sin embargo lo logré. Desde mi primera experiencia con un largo, que fue la producción de ‘La historia oficial’, a la que le pasó todo lo bueno que podía pasarle, vi que era posible hacer cine y hacerlo además con temas que a uno le importan muchísimo. Y eso pasa cuando hay una verdad humana en la película. Quedé convencido en Japón, exhibiendo esta película, donde teníamos la sensación de que la mayor parte del público ni siquiera tenía muy claro dónde quedaba la Argentina y, sin embargo, había una verdad humana allí con la que conectaban profundamente. Eso para mí también fue una gran enseñanza y, de algún modo, creo que está en mis películas buscar esa verdad humana. Entonces sí, me siento un absoluto privilegiado por haber llegado hasta aquí. Este premio, de hecho, me estimula y me llena de deseo para seguir haciendo películas. Lo entiendo como un impulso para continuar.