Quince meses después de su última edición, realizada en noviembre de 2019, volverá La Mujer y el Cine. La versión 2021 del festival será on line, del 8 al 11 de abril y con dos competencias: la de cortometrajes argentinos y la de work in progress. Annamaría Muchnik, su presidenta, detalla en qué consiste la tarea de allanar todas las dificultades acarreadas a partir de la reprogramación obligatoria, para sostener la visibilización del trabajo de las mujeres realizadoras a través de una muestra fundamental en la agenda feminista.
-¿Cómo fue tu 2020 sin poder llevar adelante el Festival, este encuentro que se convirtió en tu gran motor motivador?
Muy duro. No quiero quejarme porque soy una mujer grande: me tengo que cuidar. Lo primero es la salud: salir poco, estar muy encerrada, cuidarme mucho en los momentos que salía. Pero siempre me daba vueltas en la cabeza el festival, “¿qué va a pasar con La mujer y el Cine?”, “en estas condiciones no lo podemos hacer”. Hasta que se hizo el Festival de Mar del Plata, en noviembre último. Entonces dije “se puede”. On line y con un armado técnico distinto. Al no ser presencial (que es lo que hicimos por más de 30 años), aprendimos a resolver otros temas: en qué plataforma estará, cómo subiremos los cortos, cómo se reúne el jurado.
-¿Cuándo fue el momento clave en que pasaste del “se puede” al “se hace”?
Los primeros días de enero. Decidimos hacerlo en abril. Y tuvimos mucho apoyo de las directoras. Entonces abrimos la convocatoria al concurso de cortos, que para nosotras es muy importante: en el último festival habíamos recibido 180 cortos. Es decir, 180 mujeres realizadoras que trabajaron y que filmaron. Seguramente allí hay muchas que ya están haciendo sus largometrajes, u otros cortos; que están proyectando, planeando y viendo de qué manera siguen filmando.
–Es el semillero de las realizadoras, ¿no? Del concurso de cortos salieron grandes directoras del cine argentino.
Todas, sí. Nos pasó algo muy gratificante: abrimos la convocatoria un lunes a la mañana en nuestras redes y esa misma noche ya había doce inscriptas. Además de muchos llamados de gente para demostrarnos su apoyo. Esto también hay que recalcarlo: nos están apoyando mucho los espónsores, que son los que dan los premios. Desde la Fundación Universidad del Cine hasta Argentores, hasta la gente que nos apoya en los work in progress para la parte técnica. Es muy emocionante, porque cada vez que les hablábamos nos respondían “acá estamos”.
-¿Cómo fue tomar la decisión de hacerlo en abril (y no en noviembre), y de decidirse a una versión virtual?
Fue complejo fijar una fecha, porque hay que hacerlo por lo menos con cuatro meses de anticipación. A mitad del año pasado nos resultó imposible pensar en noviembre: no teníamos fondos y la gente no sabía bien qué hacer en cuanto a la realidad del país. Además era el mes del Festival de Mar del Plata y en diciembre no se alineaban las fechas. Pensamos que lo mejor era abril: teníamos más tiempo para las convocatorias, la plataforma armada y podíamos manejar mejor la comunicación. Curiosamente, volvimos al mes de la primera edición del festival, en 1988.
-¿Cuáles son las novedades que va a tener esta edición del festival? ¿Con qué se va a encontrar el público? ¿Cómo se va a poder ver?
No tenemos plataforma propia: estamos definiendo entre propuestas de plataformas importantes para salir. Además del concurso de cortos y el work in progress, planeamos hacer algunas mesas redondas a través de zoom. También estamos gestionando la posibilidad de hacer una entrevista internacional, a alguna directora o actriz importante. Con la posibilidad del zoom es mucho más fácil.
-La Mujer y el Cine también estrena largos de directoras, ¿creés que en esta nueva versión se conocerán novedades?
No nos ofrecieron nada, pero el espacio para estrenar por lo menos cuatro largometrajes de directoras argentinas está abierto. Estuve viendo las películas de mujeres que se estrenaron, que inclusive ganaron premios en Mar del Plata. Algunas –como Las mil y una de Clarisa Navas, El tiempo perdido de María Álvarez o La sangre en el ojo de Toia Bonino- son excelentes.
-¿La versión online llegó para quedarse?
No. Las películas tienen que verse en los cines, para eso están hechas. Nos estamos acostumbrando a ver películas a través de las plataformas y extrañamos el cine. No podemos dejar de agradecerle a las plataformas que nos hayan permitido seguir viendo películas, pero queremos el cine. En abril lo hacemos online, pero el próximo tiene que ser en el cine, de nuevo.
– ¿El próximo volverá a hacerse en noviembre?
No lo sabemos. ¡Es muy difícil decirlo! El tema sanidad es prioridad número uno. Tanto nosotros como los exhibidores, los productores, los directores, queremos la vuelta al cine, pero hay que ser muy prolijos. No creo: es muy difícil hacer dos en un mismo año. Quizás nos quedemos con abril para el futuro.
-Es una buena manera de volver a las fuentes de La Mujer y el Cine, a aquel primer festival en 1988 en el que empezó todo.
Sí, es un comienzo que nadie olvida. Me resultó muy emocionante poder volver a vivir los comienzos del festival con la aparición del libro sobre María Luisa Bemberg (NR: El asombro y la audacia. El cine de María Luisa Bemberg, presentado por la propia Muchnik junto a Graciela Borges, Lita Stantic, María Laura Rosa y Vanessa Ragone en el último Festival de Mar del Plata).
-El Festival fue creciendo año tras año, apoyado y visibilizado cada vez más por mujeres que fueron emergiendo a partir del encuentro y de la lucha. ¿Cuáles son las nuevas luchas que hay que dar, en el plano social y en el mundo audiovisual?
Tenemos que pasar de las palabras escritas a los hechos. Está promulgada la Ley del Aborto: ahora las mujeres queremos ver qué pasa en la práctica, si realmente va a estar abierto el servicio de salud.
Hablo del aborto porque es una lucha que estuvo muy presente los últimos años, pero también me refiero al cine. Todavía hay un 70% de directores varones y solo un 30% de directoras mujeres. En el Festival de Mar del Plata, con Fernando Juan Lima y Cecilia Barrionuevo, planteamos la propuesta del 50/50 en el 2020 referente a la paridad de género y esto no pasó. Es cierto que nos pasó por encima la pandemia. Pero seguimos firmes para que eso sea una realidad. Seguimos trabajando para que las mujeres tengan más oportunidades.
-¿Cómo se consigue?
Hay que abrir puertas todo el tiempo: desde la filmación, la producción, los apoyos, los concursos, los jurados, los premios, los festivales internacionales. En este último festival de Mar del Plata me sorprendió mucho y me encantó que hubieran tantos premios para mujeres, tantas películas dirigidas por mujeres, porque este es el camino, hay que abrirse paso y seguir luchándola de cerca. Lo maravilloso es que las mujeres tenemos esto de que no decaemos, y que cuando una lucha se dificulta, vamos para adelante. Lo vimos con el aborto, lo vemos con el cine, con muchos grupos de mujeres de cine peléandola muy seriamente desde distintos sectores de la industria. Hay mujeres que están todos los días peleando, viendo de qué manera llegar a conseguir que ese 50/50 sea una realidad en lo laboral. Cuando una mira lo que pasa alrededor ve que políticamente, socialmente, económicamente, siempre hay una gran mayoría de hombres tomando decisiones y muy pocas mujeres. Cuando podamos equilibrar la balanza, que no va a ser tan pronto aunque vamos dando pasitos, ahí vamos a poder hablar de equidad de género. Por ahora, lo que hay es una lucha por la equidad de género.
Julia Montesoro