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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Carla Pandolfi, protagonista de «Desbarrancada», de Guadalupe Yepes: «La película muestra que tener poder no siempre es lo que más te moviliza»

Carla Pandolfi es la protagonista femenina excluyente de Desbarrancada, thriller psicológico dirigido por Guadalupe Yepes que revisa los oscuros años de la dictadura en clave de policial de suspenso, con una fuerte carga de erotismo

Desbarrancada, que cuenta con las actuaciones de Luis Machín y Pepe Monje, se presenta en salas de todo el país en su segunda semana de exhibición.

-¿Qué encontraste en este rol de Gina que te impulsó a asumir el riesgo?

Hubo algo en el color del personaje y en el arco dramático de todo el guion que nunca antes había atravesado. Nunca trabajé un personaje de estas características. Ese fue el primer puntapié. Básicamente quise atravesar esa sensación del personaje, que desde el comienzo va en un crescendo hasta que al final se va reconociendo a ella misma. Hay algo dentro de ella, un germen que siempre estuvo, que quedaba cubierto por un velo que tenía por delante al vivir en esa sociedad, en ese círculo y en la intimidad de ese hogar. Hasta que poco a poco va descubriendo la verdad que ocurre dentro de esas cuatro paredes y se rebela. Me parecía muy interesante todos los matices, la transformación en poco tiempo en el recorrido de la película.

También me generaba mucho entusiasmo poder trabajar con un actor como Luis. Y además, hacer cine: a los que estamos metidos en la actuación, con tan pocas posibilidades que tenemos para contar una historia así, era una gran oportunidad. Eran muchos elementos. Además de que cuando recibí la convocatoria estábamos en un año muy particular en donde no sabíamos qué iba a pasar, ni cuántas posibilidades como estas íbamos a tener. Después de una primera charla con Guadalupe (Yepes) y de ver que era posible meterme en un universo como el de Gina, me dio mucho entusiasmo.

-De esa primera charla con Guadalupe, ¿qué aspectos surgieron que te llevaron a decidirte?

Aparecieron cuestiones que tuvieron más que ver con el hacer y con la prepararación. Por lo general soy bastante determinada: cuando me propongo algo, voy a dar lo mejor que tenga. Como fue en el caso de ella, que estuvo tantos años preparando ese guion, con una expectativa muy grande de poder tener su película, entendiendo todos esos objetivos tan grandes que llevan tanto tiempo. Me interesó acompañarla para terminar de concretar esta historia.

-¿Cómo fue el trabajo de ponerle el cuerpo a un personaje, en el sentido literal y también en el figurado?

Para mí el cuerpo es el instrumento del actor. Es con lo que uno trabaja y dispone cuando está y enmarcado en una ficción como esta. Donde justamente el cuerpo de ella y ella como persona, era casi como una especie de trofeo. Sin reparar en su verdadero deseo, en una época en donde casi no se le preguntaba a la mujer si algo le gustaba o no. Por una investigación que fui haciendo, advertí que eran muy pocas las posibilidades que una tenía. Y justamente meter el cuerpo en una historia así, contenida por tratarse de una ficción, lo consideré necesario. Las escenas que tuvimos no me generó ningún tipo de enrosque. Es justamente ahí donde el cuerpo puede contar, puede expresarse. Me parecía básicamente eso: encontrar una complicidad y un respeto, como lo encontré con mis tres compañeros que me tocaron hacer esas diferentes situaciones. Sentí mucha comodidad, en todo el rodaje. Es cierto también que meterme en esa historia y estar tan atravesada por todo lo que le iba ocurriendo a ella fue desgastante: fueron dos meses de ensayo más el mes y piquito de rodaje.

-Desbarrancada te revela además componiendo un protagónico. Con lo que implica como desafío actoral y en la vida cotidiana.

Un protagónico no te permite dispersarte tanto en el cotidiano que uno tiene que resolver. Yo soy mamá, tengo dos hijos. Obviamente cuando tenemos proyectos así, acomodamos y nos acompañamos muy bien. Pero yo sabía que iba a estar atendiendo las necesidades de ellos de una manera un poquito más automática que otras veces, porque me veía muy metida en la historia y muy atravesada por eso que había que contar. Me costó mucho soltar todo lo que había que narrar en la historia. No me pude ir en esos casi tres meses. No me fue tan sencillo como otros roles que tuve que componer. Tampoco lo viví como algo que me afectara, pero es verdad que, como la historia es bastante oscura, bastante densa, estuve un poquito en esa sintonía. Lo necesario para que después resuene y que vos en la pantalla lo veas al personaje en ese rol y no actuándolo.

Desbarrancada transcurre durante la Dictadura. ¿Cuánto de tus vivencias personales de esa época trajiste al personaje?

Yo soy del 82. Nací pocos meses antes de la Democracia, en el inicio de la Guerra de Malvinas. No tengo rastros en el cuerpo de esa época. Luego fui absorbiendo la historia por gente que me tocó conocer, que vivió esa etapa. Soy de un pueblo del interior de Córdoba, donde se vivía muy diferente. Mis abuelos y mis padres tenían un medio de comunicación: una radio FM, que aun tienen. Y sé por mi papá que a mi abuelo le han intervenido la radio: se le han metido y le han roto todo. Recuperé un poco de historia a través de las vivencias de ellos. Pero en los pueblos estaba un poco más suavizado lo que va narrando la película.

Con el paso del tiempo conocí a personas que han sido bebés expropiados. Y obviamente también me fui empapando en la construcción del personaje a través de nuestro cine, los libros de historia, los relatos. Y un trabajo bastante minucioso con Guadalupe que me permitió a mí entenderla a ella: desde dónde escribía lo que escribía, desde dónde armó ese personaje y por qué ese arco dramático que le va dando. Trabajé con el cuerpo, con la música. Estaba todo el tiempo escuchando una lista muy interesante de temas que me situaban en un lugar específico: no vengo de una familia burguesa. Mi familia es una familia de clase media con una mamá ama de casa y un papá que trabajaba. Había muchas cosas que me quedaban un poco más lejos. Pero ahí está también la búsqueda de la actriz y todos los elementos que vas recabando para darle un tono. Y encontrar a Gina también desde la intuición.

-¿Guadalupe Yepes te dio espacio para armar tu propia composición?

Construí a partir de jugar con la historia que creó Guadalupe, más lo que me gusta armar a partir de lo que voy sacando de ese guion. La información se desprende de ahí, pero juego un poco con el imaginario para darle una particularidad. Por ejemplo, nunca me pareció que era una nenita, como la llamaban. Yo sentía que ella no estaba cómoda en ese lugar. Que era un lugar impuesto por la época, por la relación con ese hombre que seguramente ella nunca eligió.

-Desbarrancada está en su segunda semana de exhibición, ¿qué viste cuando la viste en pantalla grande? ¿Qué creés que encuentra el público?

Tuve la oportunidad de verla en el festival de cine de Mar del Plata por primera vez en pantalla grande. Habíamos hecho unas visualizaciones en la casa de Guadalupe, a medida que iban avanzando los cortes. Me emocioné un montón. Si bien es un thriller psicológico que va empezando con un ritmo bastante tranquilo, el punto fuerte de la película es ese crescendo que una vez que te agarra, te tiene sujetado, viendo lo que va pasando tan velozmente. Yo me dejé llevar por la historia, tratando de abstraerme, porque uno cuando se ve recuerda muchas cosas: cómo hicimos esas escenas, cómo estábamos, cuál fue la primera escena (que eso el público no lo sabe), en qué parte encaja en ese rompecabezas que después termina siendo la totalidad de la película.

Pero corriéndome de toda esa información que yo tengo, me impactó, me emocionó. No mirando la interpretación, y dejándome llevar por el cuento. Tiene potencia, un lugar bastante convocante y abre muchas preguntas. Y la gente la recibía también de esa misma manera, como muy impactada, porque hay escenas muy fuertes hacia el final que te dejan movilizada. La época lo ameritaba, porque sucedían esas atrocidades y esas situaciones internas en las familias.

-¿Por qué es necesaria una película como Desbarrancada en esta coyuntura?

Yo juego mucho cuando me preguntan estas cosas. Siento que dialoga muy bien el título que eligieron, que implica desbarrancar. Cuando uno está atrapado y tan sujeto a una situación, pegar un volantazo también, y bucear en lo interno y en el deseo profundo permite lograr el objetivo que uno busca. Pensándolo desde Gina, donde más puede dialogar es en la historia de esa protagonista y en este lugar que hoy vivimos: a veces estamos atrapados por situaciones que no deseamos y tenemos dificultades para escuchar el verdadero sentimiento, para frenar todo. Por más que tengamos la vida acomodada decidimos ir hacia lo más profundo del deseo de la persona. Ella está incómoda en esa vida que tiene. Aun teniendo un montón de comodidades económicas, sociales, de relaciones públicas, de estar codeándose con determinada clase social que se supone que te va a dar algo.

Desbarrancada muestra que muchas veces tener poder -ese gran poder-, no siempre es lo que te moviliza. Y también dialoga en un momento en el que se empieza a debatir otra vez el tema del feminismo y esos lugares tan cargados del empoderamiento. Como si en algunos sectores volviéramos a tener que estar supeditadas a un montón de situaciones un tanto machistas. Hay que volver a acomodar esas áreas, en un contexto social en el que de repente -lamentablemente- lo tenemos más cerca de nuevo.

Julia Montesoro

Crédito foto: Adolfo Rozenfeld @arozenfeld

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