Mercedes Morán será la presidenta del jurado de la Sección Oficial del 28º Festival de Málaga, que se celebrará del jueves 14 al domingo 23. Asumirá el compromiso de decidir los galardones entre los 22 títulos que se presentan en competencia, junto a la actriz, cantante y escritora Daniela Vega; la directora del Festival de Guadalajara, Estrella Araiza; las actrices Belén Cuesta e Irene Escolar; el director Carlos Marques-Marcet; la directora Pilar Palomero y el cantante Pucho.
El reconocimiento a Mercedes Morán es una prolongación del Premio Retrospectiva – Málaga Hoy que recibió en 2022, ocasión en la que se presentó un video con muestras de cariño y admiración de sus compañeros y colegas.
-La sección oficial de Málaga este año va a tener 22 películas: un maratón de cine. Más allá de tu oficio de actriz, ¿te reconocés cinéfila?
¡Totalmente! Adoro este rol que a veces tengo el honor de poder llevar a cabo. En este caso, además, presidenta. Este ejercicio de poder ver dos o tres películas por día, con compañeros y colegas (algunos de los cuales nos conoceremos ahí) es como un ejercicio útil para poder reflexionar. Y me lleva a un lugar que no tiene que ver con la actriz. El festival de Málaga me venía invitando, pero no podía estar por otros compromisos.
-Poder ver entre dos y tres películas por día, ¿te traslada a algún momento de tu vida?
Sí, claro. Me lleva a ese lugar donde íbamos al cine a ver las películas sí o sí, donde la opción de la casa o la plataforma no existía. En mi adolescencia -o mi primera juventud-, todavía estaban los cines de arte en Buenos Aires. Allí se podían ver películas que no se distribuían tan comercialmente. Era toda una salida, que incluía el debate posterior. Muchas veces, en las clases de actuación, los maestros nos aconsejaban ir a ver determinada película y después la debatíamos en clase.
Allí fue ese primer descubrimiento de las grandes actrices y actores que después fueron referenciales. Este ejercicio no solo me encanta: me retrotrae a ese origen.
-¿Hay algún actor o actriz que te haya llevado a pensar justamente que querías seguir este oficio?
No. Mi elección de la actuación pasó por otro lado. Comencé a estudiar actuación de una manera bastante casual. No tuve una vocación temprana ni fui una chica extrovertida a la que el afuera pudiera indicar, como normalmente se hace en esas generalidades, «este es actor»… ¡No! Todo lo contrario. Yo descubrí la vocación en las clases de teatro, a las que llegué por casualidad. Estaba estudiando sociología y cuando fue el golpe de Estado, la carrera se vació de contenido. Entonces entré por curiosidad, casi de casualidad. Ahí se me reveló una pasión, una obsesión, que pude canalizar por la actuación. Así que todas las primeras películas, con los primeros directores que pude apreciar en el cine, fueron acompañando esa preparación.
-¿Cuáles fueron esas primeras películas, esos primeros directores?
Ettore Scola, Federico Fellini, los italianos de esos años. El padrino, Nos habíamos amado tanto. Todas las de Ingmar Bergman. Mucho cine de arte. Después, sí hubo actores referenciales para mí. Meryl Streep me encandiló desde que la vi. Después no hice más que seguirla todo el tiempo.
-Esta edición de Málaga te va a contar como Presidenta del Jurado, pero ya habías estado en 2022, cuando te otorgaron el Premio a la Trayectoria, ¿qué significado le das a estos reconocimientos?
Son muy importantes. Hablan de un camino, de una cantidad de participaciones y elecciones. Se corren de los otros premios en los que siempre estás compitiendo con un antagonista. Los premios tipo «Mejor actriz» los tomo con pinzas, porque ¿qué es «mejor actriz»? ¿Para quién? ¿Cómo se dan? En cambio, este tipo de reconocimientos hablan de la experiencia, me parecen más justos.
El premio que me dieron en Málaga fue inolvidable. Por el protocolo del festival, siempre aparecen algunas personas acompañando. Allí estuvieron Jose Luis Rebordinos, Coty Arena, Carla Juliano, Andrés Wood. Recibí mucho cariño y me sentí muy agradecida, reconocida, muy feliz.
-Esta edición en la que vas a presidir el jurado expresará un apoyo explìcito al cine argentino. Seguramente vas a tener que responder sobre nuestro presente y nuestro futuro. ¿Qué te respondés a vos misma sobre este tema?
Sí, seguramente. Lo tomo como lo decís: es un apoyo explícito a nuestra industria, lo cual no es una novedad en este festival, al igual que el de San Sebastián. Son dos festivales permanentemente atentos y colaborando de la manera que sea con nuestra industria.
Es un momento muy difícil. En este rol de jurada, cuando me toca ver películas argentinas aparece el esfuerzo por volverme más objetiva y que mi emocionalidad no le gane al juicio. Hace poco hablaba con algunos directores de estos festivales y me decían que lamentablemente cada vez van a ser menos las películas argentinas presentes. Cada vez van a ser menos las películas que se puedan hacer con esta política que estamos sufriendo.
Por otro lado vivimos esta paradoja de sentir el reconocimiento al cine argentino. Vengo de vivirlo en París, en la retrospectiva que se le hizo a Lucrecia Martel. En el exterior nos siguen reconociendo como una industria destacada, prestigiosa. Mientras paralelamente, en el propio país donde vivimos hay una negación, un desconocimiento, una agresión, a todo lo que es la cultura y específicamente a nuestra industria.
-Frente a esta coyuntura, ¿tenés proyectos cercanos a la vista? ¿Seguís apostando al cine como medio de llegada al público?
Sí, sí, sí. Soy muy afortunada en ese sentido. Pude venir a Málaga como jurada porque hace un año decidí parar con mi participación en el audiovisual. Lo último fue A procura de Martina, película brasileña que todavía no se estrenó en la Argentina. Pero vuelvo al cine: después de Málaga viajo a Uruguay y tengo otro proyecto para este año. Además de que pude retomar el teatro, presentando Mejor no decirlo con Imanol Arias. Hay una posibilidad de hacer un mes de despedida en Buenos Aires antes de irnos a España. Estamos intentando arreglar las agendas de los de los tres, porque Claudio Tolcachir, que es el director, está viviendo en España y trabajando en el exterior. Es lo que me toca. Y me hace sentir muy feliz.
Julia Montesoro