Tadeo Pestaña Caro es un cineasta nacido en Salta y residente en Buenos Aires, que el jueves 20 estrenará mundialmente su ópera prima A metros de distancia en la competencia Bodies del BFI Flare: London LGBTQIA+ Film Festival, la muestra de cine de género más importante de Europa.
A metros de distancia relata el periplo de Santiago, de veinte años, que tiene predilección por las aplicaciones para ligar. Siempre tiene el teléfono a mano y se desplaza constantemente para ver quién está disponible y cerca. En el transcurso de una noche, pasando de citas tentativas a clubes de sexo, busca algo aparentemente fuera de su alcance, sin importar la proximidad de su próximo encuentro. El resultado es un debut atractivo y completamente logrado que expone el aislamiento de las citas modernas. Con Max Suen, Jazmín Carballo, Martin Shanly, Juan Manuel Chazo y Esteban Kukurickza.
-¿Qué estabas haciendo en el momento en que te enteraste que A metros de distancia se iba a estrenar mundialmente en el BFI Flare?
Estaba entrando a mi casa, por tomar el ascensor, cuando vi que me llegó un mail. Era un correo reenviado por nuestra distribuidora diciendo que habíamos sido invitados a estrenar la película en Londres. Por supuesto, lo primero que hice fue dar un saltito de emoción.
Inmediatamente me contacté con mis productoras y nos empezamos a manijear con la idea de Londres, porque fue una noticia muy esperada. Nos costó casi cinco años de producción, desde que empezamos la película hasta el día del estreno.
-¿Con qué película se va a encontrar el público británico?
Buscamos retratar a una generación. Digo «buscamos» porque siento que es una película de una generación de estudiantes de cine que pasamos a ser cineastas y que queríamos hacer una película. En este caso, me tocó ser la bandera de los que queríamos hacerla, para poder hablar un poco de todos, de nuestros problemas vinculares, de nuestros desafíos.
El guion surgió a partir de algunos ejercicios que hice terminando la Universidad. El paso siguiente fue reunir a un grupo de amigos, mis compañeros de la facultad y castear actores. Allí conocí a Max Suen, el protagonista de la película. Empecé a filmarla buscando representar el cine que nos gusta y consumimos, porque somos todas personas que vemos y hablamos de cine. La película es el fruto de eso, de las ganas que teníamos de que se vuelva posible.
-De ese cine que te gusta y consumís, ¿quiénes influyeron?
La influencia más grande es Martin Scorsese. La película de referencia es After Hours, que recorre una noche muy frenética en la vida de un personaje. Siempre la tuve en mi cabeza. Pero también entran un montón de referencias. La película va de un lado al otro: puede pasar del suspenso a la comedia. Y más allá de las referencias, la fuimos encontrando en los cuatro años de rodaje. Cuatro años que cuentan una noche.
-¿Cómo fue el desarrollo de la película a lo largo de estos años?
Todo ocurrió en Buenos Aires: se filmó en las calles de Palermo, recreando la vida nocturna, ya que sigue la historia de un personaje que quiere ser parte de esa vida. Pero tuvimos que reconstruirla porque hubo una pandemia en el medio, que nos cortó la película en pleno rodaje. Por eso decía que hubo que encontrarla, reescribiendo circunstancias que surgieron en el camino. Por ejemplo, no pudimos filmar en un boliche lleno de gente porque no se podía convocar a extras. Entonces fuimos a filmar la calle, a ver qué pasaba. El personaje originalmente caminaba por la calle, encontrándose con diferentes situaciones. Todo eso cambió mucho.
-¿Qué representa estrenar mundialmente en el Festival LGBT más importante de Europa?
La película se identifica con el BFI Flare. Toma a un personaje homosexual de 20 años que quiere entender cómo vincularse hoy sexoafectivamente. «Hoy» implica a mi generación, así como la gente que me rodea, mi grupo de amigos. Siento que todos fuimos educados en una forma de vincularse que tiene que ver mucho con lo líquido, lo sexual, lo afectivo. Y sobre todo, con esta idea de buscar en un catálogo constante que uno tiene en el teléfono.
En la película, tomo como objeto de estudio aplicaciones como Tinder o Grindr, que te muestran un mercado de cuerpos. Muestra cómo poder acceder a eso, ser parte, y al mismo tiempo satisfacerse con eso. Creo que dentro del colectivo LGTB pegó muy fuerte por eso y también por esta idea de cómo me reconozco con otro entrando a una aplicación y buscando hombres o mujeres de determinada edad. Estrenar en este festival tan importante fue buscado inconcientemente. Al mismo tiempo, siento que nos encontraron: distribuir una película es bastante complicado y más cuando es tu primera película, hecha con tus amigos.
-Es una gran posibilidad, especialmente en este contexto.
-Sí, sí. La crisis también afecta a los festivales, que son cada vez más chicos y donde cada vez se pueden tomar menos riesgos. Nosotros estrenamos el 20 en la sala 1 de Sundance, en Londres. Voy a estar allí. Ojalá estrenemos en Argentina pronto: lo que más me gustaría es estrenarla acá por toda la gente que participó y en una sala de cine. En definitiva, la película habla de nosotros.
Julia Montesoro
-Exactamente. Habla de nosotros.