El lunes 24 comenzó en la ciudad de Vicente López, provincia de Buenos Aires, el rodaje del thriller psicológico Simetría, la nueva propuesta de Jimena Monteoliva en su doble rol de directora y guionista.
«Trata la historia de una mujer, interpretada por Victoria Maurette, que empieza a ver reflejado en su relación con su hija de once años algo que a ella le había pasado también cuando tenía esa edad en su relación con su madre -define Monteoliva, quien regresa a la dirección después de Bienvenidos al infierno, estrenada en 2021-. Por una serie de acontecimientos, está flasheando con que va a repetir la historia sobre su propia hija. Por eso se llama así: es la historia espejada de su propia historia. Siempre dentro de las relaciones entre madre e hija».

-El vínculo entre las mujeres es el sello de tus películas…
No lo hago a propósito. No me lo planteo como que es mi estilo ni que tengo que seguir siendo fiel a eso. Cuando empecé a pensar la historia, no iba a terminar como terminó. Pero evidentemente hay algo; por cómo soy, por lo que me gusta a mí ver en cine, por mi propia historia, ya que también soy madre…Creo que inevitablemente hay algo que necesito imprimir de mi propia experiencia que quiero contar, más allá de que mi experiencia no es la de mis protagonistas, claramente. Por ahora nunca intenté lastimar a mi hija (Risas).
-¿Cómo influyó tu hija en la realización de Simetría?
El proyecto arrancó por las ganas de trabajar con Nina. Ella tiene once años y cuando empecé a pensarlo, lo proyecté como una madre que vive con su hija preadolescente. La niña empieza a mirar distinto, con esos tintes negativos que empieza a ver en su madre en esa etapa. De pronto ya no soy genial ni maravillosa. No me quiere tanto y ahora empiezo a ser como aburrida. Quería empezar a contar esta historia, por lo que me gusta como espectadora y por el cine que estuve viendo últimamente. Ella va a actuar: de hecho, siempre que tuve la oportunidad la metí en mis pelis. Estuvo en Clementina y en Matar al dragón.
-¿Qué recursos de estilo vas a introducir?
Ultimamente estuve viendo mucho cine nórdico, como el danés o el finlandés. Me interesó la forma en que ellos abordan y tratan las relaciones. Un poco menos show off y un poco más de silencios, arte y una fotografía muy despojada.
Con estos recursos quise internalizar o meterme en la personalidad de Dolores, que es el nombre de la protagonista. Hubo un poquito de influencia de todas estas películas. Y también de noticias tremendas: en estos días hablaba con un amigo sobre la noticia de una madre que mató a su hijo ahogándole en una bañera. Siempre hay algo en el universo en el que flotan historias y noticias. Todas confluyen en el mismo momento y se enganchan de aquí y de acá. Así se fue formando el guion.
-El rodaje comenzó el lunes 24. ¿Cuándo apareció la posibilidad concreta de filmarlo?
Tuve muchísima suerte, porque me rodeé de un montón de personas y de amigos y de amigas que quieren hacer. Concretamente surgió en la cena de fin de año. Nos juntamos con varios amigos y amigas, entre ellos con mi amiga Sole, quien ejerce de productora de la peli. Fue la que más me impulsó para llevarlo adelante. Es muy loco que la película se concrete en tan poco tiempo. Y eso es gracias a la intensidad que le está poniendo todos mis amigos y amigas, conocidos y conocidas que tienen ganas de filmar. En este contexto no podemos hacer otra cosa. Vamos a filmar, queremos hacerlo.
-¿Cuál es el plan de rodaje?
Dos semanitas dos. ¡Rock! Clementina la hicimos en una así que esta es una superproducción (Risas).
-¿Quiénes integran el elenco?
Vicky Maurette es la protagonista; Paloma Contreras también es copro; van a estar mi hija y mi hijo, que va a hacer un pequeño personaje. Después estarán amigos como Fabián Forte (quien no solo es director, sino que actúa); Emiliano Carrazzone, que actuó en todas mis películas y va hacer un pequeño cameo; Lupe Lombardozzi, que estuvo en mi película anterior y Flor Franco, mi socia. Todos están con mucha energía y mucho entusiasmo.
Mi banda favorita hoy se llama Idles, que es un grupo medio punk británico. Tiene un disco que se llama “Joy as an Act of Resistance”, que significa la alegría como acto de resistencia. Me parece que esa es la clave. Este es el momento. Vamos a hacer todo para estar felices, contentos y hacer lo que nos gusta.
-Como una respuesta a este contexto poco alentador.
Es abrumador. Pero hay que hacer. ¿Qué nos queda, si no? Tengo muchos colegas que hace como un año que no filman. Al mismo tiempo, tampoco es justo hacer produciones de esta manera. ¿Cuántas películas se pueden hacer así, a lo loco? No es justo que sigamos nosotros avalando este tipo de cine. Lo que podemos hacer nosotros es rodar y contarlo. Quejarnos, quejarnos y quejarnos. Blanquear lo que pasa y dar información porque la gente está muy desinformada, entonces quizás haciendo y explicando, quizás se revierta.
-Cuando pensás en un proyecto, ¿pensás excluyentemente en el cine de género? ¿O te planteás otras posibilidades?
Me gusta muchísimo el cine de género, pero no es el único. Por ahí me gusta menos la comedia romántica.
Inevitablemente hay algo que me sale sin querer. Cuando empecé a escribir este guion, mi idea no era hacerlo tan terrorífico. Pero antes tuve otro proyecto del que perdí la opción porque era muy caro. No conseguí la financiación que necesitaba. Era «La Virgen cabeza», la novela de Gabriela Cabezón Cámara, como un musical. ¡Me encantan los musicales! No se me dio.
Era un proyecto muy grande y difícil. Las veces que contacté con posibles plataformas, o fuentes de financiación, todos me decían que estaba buenísimo, pero que era muy arriesgado. Era muy arriesgada la temática transmusical… Hasta que llegó Emilia Pérez. Yo me hubiera adelantado, pero no me dieron bola (Risas).
–En este escenario de querer hacer pese a todo, ¿te preguntás si vale la pena seguir haciendo cine?
Vale la pena. Siempre hay gente que va a buscar lo que tú estás haciendo. Claramente hay un mercado para cada producto, palabras que a todos los que nos gusta el cine odiamos…Pero hay un nicho de un montón de otra gente que busca otra cosa. Si no hacemos, esa gente no va a encontrar otras posibilidades. Además, hay que hacer por uno mismo. Yo quiero contar esta historia. Tengo la esperanza de que quedan focos para poder ver nuestras películas. Hay festivales de cine y otro tipo de plataformas, que por ahí no son las más comerciales, que buscan lo que haces. Claro que no es la mayoría que va a ver superhéroes.
Hace poco leí una nota en la que al Secretario de Cultura (NR. Leonardo Cifelli) le preguntaban cómo cuál es el último libro que leíste y no se acordaba. También le consultaron por la última película que vio y dijo Envidiosa, que es una serie. Obvio, hay gente que no ve más allá de lo que tiene ganas de ver. Pero hay un montón de gente del otro lado. Entonces, por esa gente y por uno mismo, porque yo también quiero ver otro cine, voy a hacer.
Julia Montesoro