Joseba Lopezortega es el director del Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao (ZINEBI), cuya 66ª edición se llevará a cabo desde el viernes 8 hasta el viernes 15 de noviembre. Licenciado en Geografía e Historia, gestor cultural, especialista en música y fotografía y documentalista, Lopezortega ocupa el cargo por primera vez después de más de tres décadas.
-Este es tu primer año al frente del Zinebi. ¿Cuáles son los primeros objetivos que te trazaste, que puedan entenderse o definirse como parte de su estilo?
Es mi primer año como director en esta etapa de mi vida, aunque dirigí el festival entre 1988 y 1989. Aunque el festival ha evolucionado, desde entonces y hasta ahora hay aspectos que han permanecido inalterados. Uno de ellos es que edición tras edición se intenta construir un espacio para un cine que no es frecuente de encontrar en los circuitos habituales y los circuitos comerciales. Esto resulta esencial no solamente para cierto tipo de creación sino para también ciertas etapas de la creación. Tenemos una importante provisión de películas dirigidas por gente joven, que están en los primeros pasos para dedicarse a una poderosa y dura industria audiovisual. Y también tenemos cineastas muy consolidados, cortometrajistas, que hacen las películas en la duración exacta que ellos quieren. El festival tiene una gran tradición de respeto hacia la creación, hacia la autoría y hacia la individualidad. No analizamos las películas para seleccionarlas y luego -cuestión lógica del jurado- para premiarlas, así como no las enfocamos desde una perspectiva práctica o finalista -pensando si la película va a funcionar-, sino que intentamos es abrir un abanico para que la gente entienda que el cine es, por sobre todo, pluralidad.
-Pluralidad también desde lo geográfico: el ZINEBI de este año contará con 132 títulos aportados por 44 países diferentes. ¿Dónde quisiste poner el foco?
El foco principal que hemos puesto es entender que el cine, no debe contravenir ninguna de las lógicas visiones de la gobernanza, de la ciudad y del País Vasco, que es el país donde se creó el ZINEBI. ¿Qué significa esto? Significa que aunque fueran documentales, ficciones o animaciones de una calidad cinematográfica excepcional, no daríamos una película que fuera homófoba, que atentara contra los valores democráticos o que se expresara en contra de conceptos como la igualdad, la inclusividad o la libertad. Este fue el único criterio que intento explicar al equipo. Solo con una salvedad: esa visión constructiva, de una búsqueda activa de una tipología de película que no contravenga la misión del festival, no debe convertirse en un instrumento censor, que el riesgo que tienen este tipo de miradas.
-El festival contará con una ópera prima, Una sombra oscilante, de Celeste Rojas Mugica y tres cortometrajes, Un movimiento extraño, de Francisco Lezama; Ave, de Ana Cristina Barragán y Algo nuevo, de Emilia Mark, en competencia. ¿Hay algo en particular que te atraiga o te interese del cine argentino?
Esta es una pregunta que requiere una contextualización. Argentina es un país extremadamente importante en el País Vasco, por una razón histórica: es un país que ha sido la tierra promisoria, un país de acogida para las migraciones económicas de principios del siglo XX. Aquí desde el País Vasco fueron dos o tres oleadas. Esto significa que existe un vínculo muy estrecho en el País Vasco, como ocurre entre otras regiones del Estado. Tengo más familiares y con más trato fluido en Buenos Aires que en mi propia ciudad, en Bilbao. Y son solamente dos generaciones atrás. Argentina es muy importante en El País Vasco y en particular en Bilbao.
Aquí hemos tenido siempre una importante presencia del cine argentino. En la participación en los concursos y en forma de presencia, en la conformación de los jurados. También hubo personalidades muy vinculadas al festival como Fernando Birri, documentalista celebérrimo y muy querido para mí porque tuve ocasión de tratar con él.
No es un cine desconocido ni es nuevo. Los que nos pasa ahora, en la actual coyuntura y dentro de las fluctuaciones que atraviesan los países, es que nos parece un momento muy adecuado para mirar a la Argentina con una visión fraternal y solidaria. Desde nuestra perspectiva, el cine argentino está atravesando un momento muy difícil. Y hemosquerido integrar. El jurado hemos incorporado a Anahí Berneri. No queríamos que hablara de la situación del cine argentino un cineasta asentado en Madrid o en Bilbao. Tenemos gente que puede hablar de esto, pero reside en cualquier ciudad de nuestro territorio. Queríamos que fueran testimonios de primera mano. Yo mismo voy a tener el placer de poder decir en mi pequeño discurso inaugural, que el cine argentino y Argentina están en este festival, en este teatro, y en nuestra ciudad. Para mí es un mensaje terriblemente emocionante y en este momento todavía más.
-No te debe ser ajeno el severo ajuste administrativo que existe en la Argentina en el sector audiovisual. ¿De qué manera puede impactar en la inserción del cine argentino en el ZINEBI?
El festival no ha bajado en absoluto el listón de la exigencia para el cine argentino en esta coyuntura. Las películas que están, están por mérito cinematográficos y por pleno. Esa es la fortaleza del cine argentino. Pero puede ocurrir coyunturalmente que se lo quiera asfixiar. Sería lamentable que el cine argentino tuviera una descapitalización humana, como ha ocurrido hace años, en el que talentos argentinos emigraban a España para trabajar. Ojalá que eso no ocurra. Es terriblemente bueno para el cine español, pero es un proceso que desactiva a la industria argentina.
-Lo que nos han dicho muchos referentes de otros festivales, y espacios audiovisuales del exterior, es que preocupa la continuidad de la producción del cine argentino en el mercado internacional.
Sí. Es un proceso que el mundo del audiovisual es conciente de que se puede producir. Sin salir del País Vasco, hace apenas un mes y medio en el Festival de Cine de San Sebastián, que tiene una gran importancia a todos los niveles, tuvo una serie de gestos muy significativos de apoyo al cine argentino. Que es como decir de apoyo a la industria argentina.
La descapitalización es el primer paso para el exterminio de la industria cultural. Pero no acaba con el cine en ningún país tan fácilmente. En ese sentido, hay que esperar a que se produzca el cambio del péndulo. Ojalá que en breve estamos hablando de un reverdecimiento del cine argentino.
Recuerdo muy bien a un ministro de la embajada argentina en España, a quien conocí siendo Raúl Alfonsín el presidente de Argentina (es decir que ha llovido muchísimo). El cine argentino había sufrido una gran descapitalización por el terrorismo de Estado, pero en ese momento empezaba a florecer algo absolutamente magnifico. Ojalá no llegue a ese extremo de fractura y que el cine argentino no sea tan asfixiado como entonces (desde luego, no por medio de los mismos procedimientos salvajes). Pero esperemos el mismo renacimiento. Hay que ser optimistas. Las veces que he ido a Buenos Aires se nota el talento que fluye y está en cada esquina. Este es un capital irreductible. Y nadie va acabar con ello.
Julia Montesoro