Martina Garello es protagonista y también coguionista y coproductora junto a Camila Toker de La danza del impacto, dirigida por la propia Camila Toker, que se estrena el lunes 4 en el Centro Cultural 25 de Mayo.
Es una comedia en la que una directora de cine experimental reconstruye –a través del cine, el espiritismo, la danza y el chamanismo– la muerte de su madre en un accidente de tren. Marlene (Martina Garello) es la directora que para ello convoca a dos sobrevivientes videntes del accidente, las hermanas Morel, dos actrices y una guía espiritual, una chamana, para rodar una película sobre aquel impacto que se llevó a su mamá. Con ella participan Lorena Damonte, Patricia Castro, Verónica Intile, Eva Dans, Jazmín Rodríguez Duca y la propia Camila Toker.
–La danza del impacto se presenta como una comedia con aristas que van desde el esoterismo hasta el arte performático. ¿Cómo definís la película?
Hay elementos de chamanismo, de esoterismo, de espiritismo y de danza, en distintos niveles de representación. Queríamos ironizar con la idea de qué diferencia hay entre un acto espiritista y construir una escena ficcional. Navega un poco por esos ámbitos, sin introducirse muy seriamente ni tampoco parodiándolo. Quizás con algo de ironía: esta directora que protagoniza la película tiene unas técnicas inusuales que bordean el sadismo y vuelca su neurosis en estas dos actrices que representan a dos hermanas, quienes son las que vivieron este accidente de tren. En cierto momento se ve que mi personaje está involucrada personalmente. Vendría a ser como una especie de duelo mal hecho si quieres, pero hay como un arco donde se trabaja un poco eso, la curación de un trauma.
Al mismo tiempo pienso, en otra línea más subterránea, que trabajo en una orquesta que es fundamental pero no se escucha tanto. Hay algo de ese fuego sagrado que se pasa de generación en generación. Ella es una directora y finalmente descubre que su madre también tenía un talento: sacaba fotos. Aunque no lo sabía. Para aquellos que atravesamos el duelo de perder a nuestros padres, descubrir algo nuevo, algo que no sabías, es muy conmovedor. Eso impulsa a este personaje hacia adelante.
-¿Qué te entusiasmó de esta experiencia atípica para abordar el doble rol de protagonista y a la vez, productora?
Todas veníamos de hacer Auxilio, de Tamae Garateguy. Estábamos muy entusiasmadas de trabajar juntas, de encontrar allí cosas en común. El guion lo trabajamos juntas con Camila. Todo tenía que ver con el hecho de un accidente de tren en el que hay dos sobrevivientes. Entonces nos preguntamos qué pasa si dos actrices reconstruyen eso con la mímesis y el trabajo de la observación de las personas que lo vivieron realmente.
También hay algo de esta directora que tiene un registro documental. Y nos reímos de situaciones como la forma en que filma al hambriento, corta la toma y se va. Es ese estilo de directora que no se va a parar a preguntar si come una semana. Fuimos yendo de un lado al otro, de la danza al espiritismo. Y en algún punto la historia funciona, porque todas salen como transformadas.
-Después de Auxilio se propusieron generar un proyecto juntas. Pero de la idea a la convivencia hay un escenario cambiante. ¿Cómo fue el vínculo?
El trabajo con Camila fue espectacular. Entre la escritura del guion, la producción general y el laburo con todas las actrices que colaboraron, como Eva Dans, Patricia Castro, Lorena Damonte, Verónica Intile y Camila, quien también actúa de chamana.
Trabajamos en un sistema de producción muy pequeño. Lo que nos dio el impulso a seguir es que presentamos unos 15 minutos que habíamos montado en ABC del Bafici, en la parte de posproducción, en las mentorías que las coordinaba Santiago Giralt. Esto nos marcó los tiempos, porque allí asumimos que a los cuatro meses debíamos tener la película montada.
Ahí trabajamos a otra velocidad. Ganamos el premio de posproducción. Entramos al BAFICI. Y ahora vamos a presentarla en la Semana de Terror en Córdoba. Aquí se ven las múltiples capas de la película: en el BAFICI nos programaron como comedia y ahora vamos a estar en un festival de género.
-Pensada como una comedia con un sesgo experimental, ¿hubo margen para la improvisación, se puede observar como una performance?
Trabajamos el guion básicamente como una unidad argumental y lo seguimos elaborando en montaje. Hubo improvisación: Camila es especialista en eso. Nos iba guiando en cada escena hasta llegar a lo que buscaba. Pero teníamos muy pensado lo que debía pasar en cada escena.
Hay unas escenas donde mi personaje entrevista a las sobrevivientes, a las hermanas Morel. Teníamos hablado algo con Camila, pero como yo también participé en el guion, tenía una mirada más macro de lo que se necesitaba preguntar. Eso facilitó un montón.
-Con Camila Toker conforman una dupla que abordó diversos trabajos en experiencias anteriores. ¿Cómo fue la experiencia de ser dirigida por ella, cómo evolucionó el proyecto?
Al principio fue solo la idea de hacer algo. Y todas se coparon. Con Camila agarramos un poco la flecha para seguir adelante. Hablábamos todos los días por teléfono. Somos las dos un poco ansiosas y pudimos vehiculizar esas ganas y esa oleada de de creatividad. Se nos fue dando todo bien. Es una película súper independiente, sin apoyos de ningún tipo. Trabajamos muchísimo y en diversos roles: los subtítulos, el afiche, algún tipo de lanzamiento grande. Hacemos lo que nos gusta hacer, en definitiva.
-¿Tiene que ver con la coyuntura?
En este momento hay que hacer, pese a todo. También es una manera de resistencia. Para mí fue muy revelador. Yo había escrito, pero para teatro. Ese es otro mundo. Esta experiencia me abrió un panorama mucho más amplio. A mí actuar me encanta, pero también me gusta colaborar. Me gusta brindar ideas, se tomen o no. Tuve la suerte de cruzarme con directores o directoras que supieron darme ese espacio y entonces la relación se hace muy disfrutable. Es fundamental ese ida y vuelta, porque no puedo aceptar algo y quedarme quieta. Básicamente esto es lo que me hace feliz.
-En esta experiencia colectiva, en la que intervenís como productora, guionista y protagonista, ¿te entusiasma la posibilidad de dirigir?
Sí. Estos acercamientos en los que estuve en tantas áreas me dio la dimensión de lo que implica desde empezar hasta terminar una película. Estoy aprendiendo. Son pequeños acercamientos hacia eso. De hecho, ahora vamos a empezar con Camila una nueva peli. Vamos a escribir juntas el guion y también actúo, junto a Fernando Tur, que hizo la música original. Es una ópera rock, una especie de road movie retro futurista, que se llama Estrellas en la roca. Estamos recontentas porque es un modelo de trabajo distinto. Tengo ganas de dirigir. Me parece que es muy importante tener algo que decir. Y de hecho las estoy diciendo ahora en estas pelis.
Julia Montesoro