Maximiliano Schonfeld es el flamante presidente del Instituto Autárquico Audiovisual de Entre Ríos. El director nacido en Crespo y premiado internacionalmente emprendió el desafío de un rol público que tendrá a su cargo, entre otras cosas, el impulso a la sanción de Ley Audiovisual de la provincia y la continuación del FICER. Todo esto, sin dejar de lado su vocación como cineasta.
-¿Cómo fue tu primer día al frente del IAAER? ¿Por dónde empezaste?
¡Uff, qué pregunta! Te voy a ser franco: fue muchísimo más intensa de lo que pensaba. Tiene que ver con algo bastante complejo, que es articular administrativa y burocráticamente una ley que está reglamentada por la mitad y que todavía no está en funcionamiento.
Para el Estado es realmente muy complejo. Hay mucha gente pidiendo y presionando para que la ley salga adelante. Y una demanda, obviamente también administrativamente política, de que las cosas empiecen a avanzar rápido. Estos son días de buscar orden en la administración, que el sector se una y también reactivar el armado del Festival Internacional de Cine de Entre Ríos, que se realizará del 11 al 15 de diciembre.
-¿Qué te impulsó a aceptar la designación?
Tiene que ver porque confiaron en mi trayectoria en el cine, por suerte: no soy parte del armado político que gobierna la provincia de Entre Ríos. Es muy difícil también negarse cuando te invitan de esta manera, por la trayectoria, que está por fuera del armado. Es un movimiento doble: por un lado, asumir por primera vez este tipo de rol; por otro, volver a vivir a Entre Ríos.
Era imposible decir que no. Es el momento y la coyuntura para hacer estos movimientos. Para que la gente del cine realmente salga a poner el pecho y el cuerpo para que las cosas del cine no mueran en este avasallamiento. Más que nada para garantizar el fomento, los proyectos entrerrianos y regionales, la exhibición, la distribución.
Sé que mi tiempo dentro del Instituto es limitado, porque quiero seguir haciendo películas. Una de las primeras cosas con las que empecé, totalmente a contramano de todo, fue gestionar para tener una cinemateca. Ya en mi segundo día estaba planteando tener un acervo audiovisual entrerriano y que de acá a 50-100 años haya una conservación garantizada.
-El impulso al acervo cultural audiovisual entrerriano es fundamental. ¿Qué te motiva a mirar hacia el pasado?
Me entusiasma todo lo que hay por descubrir. Poder hacer un rastrillaje en toda la provincia, en cada ciudad, en cada pueblo. Convocar a todas las personas que tienen en su casa guardado un VHS, un super 8, un 16, que no saben lo que tienen. Ir a los canales de televisión más antiguos y empezar a buscar el archivo casi casa por casa.
-Con relación al FICER, ¿tenés pensada en la estructura?
Aunque no está del todo cerrado, mi intención es mantener los equipos de trabajo, tanto del mercado como de la dirección artística, de la misma manera que la gente de la administración. No se puede confirmar por temas relacionados con la burocracia.
La intención es que el armado del equipo sea similar, sumándole gente de la nueva gestión y personas que necesitábamos para seguir enriqueciéndolo. La intención es sobre todo darle continuidad.
-¿Qué aspectos del FICER buscarás optimizar?
Me interesa darle espacio a lo interdisciplinar: que no sea solamente una fiesta del cine, sino que también continúe con esa búsqueda de acercarse a otras artes. Que el FICER sea una casa donde puedan convivir la cultura entrerriana y regional. Para eso pensamos también otras formas de acercamiento a la literatura, la poesía, las artes visuales y también incluso a las cuestiones que tienen que ver más lo tradicional, como el chamamé o las payadas. Buscaré que todo eso conviva.
-Todo lo que genera el cine, como forma de rescatar la cultura y la identidad provincial y regional.
Sí. Me quedó resonando mucho algo que me dijo alguien que admiro un montón, una escritora. Cuando al principio de año pensábamos en lo que íbamos a hacer, desesperanzados como todo el mundo de la cultura y el arte en la Argentina, me hizo ver de una manera muy amorosa lo imprescindible que íbamos a ser los artistas y la cultura en esta coyuntura. Y me lo creí. Nosotros somos los que tenemos que dar la lucha, poner el cuerpo, encontrarnos, abrazarnos y pensar desde otro lugar. Yo no paré de hacer cosas: estoy filmando una película, estreno otra en un festival internacional este año, armando la instalación… Es el momento para hacer estos movimientos.
Que nos saquen el financiamiento: lo vamos a pelear y recuperar. Que nos ataquen: nos vamos a defender. Pero que no nos saquen las ganas de hacer cine, de expresarnos, de filmar y, sobre todo, de que sea una posibilidad de entendimiento entre pares.
-Cuando asumiste dijiste que estabas en un momento muy especial de tu carrera y de tu trayectoria artística. ¿Cómo es ese momento? ¿En qué estás?
Estreno un documental que hizo cambiar la manera en la que vengo pensando las películas. Es una adaptación de un libro de poemas que vengo haciendo mucho tiempo y que me ha hecho conocer otro tipo de gente. También me ha hecho repensar mi vínculo con el cine y con lo que tengo ganas de hacer. Y con lo nuevo que estoy haciendo, muy ligado al cruce con la literatura, con una forma de escritura y una manera de producir y hacer las películas.
Por eso me refería a un momento bastante especial: porque es de mucho impulso y ganas de hacer. Creo estoy haciendo un movimiento inverso, medio a contramano: siento que muchos cineastas están pensando cada vez más en cómo meterse en una plataforma y cómo adecuar el cine a ese tipo de esquemas y yo estoy haciendo todo lo contrario. Creo más en un cine mucho más expansivo. Las cosas no se terminan solo en el dispositivo de ver una película: pueden generar otras vivencias y otras experiencias.
Julia Montesoro