Carolina Cordero es la Directora de Desarrollo Cultural y Creativo de Buenos Aires, área que tiene a cargo la Buenos Aires Film Commission. A mediados de mayo, en el marco del programa de promoción cultural Conexión Buenos Aires-Madrid, la BAFC promovió la convocatoria de más de 60 comisiones fílmicas de Iberoamérica para firmar una declaración de intención para concretar un acuerdo de coproducción audiovisual.
Asimismo, se conformó la red iberoamericana de comisiones fílmicas, que ya está trabajando para hacer realidad este acuerdo. El objetivo es mejorar las condiciones para la coproducción mediante el acceso a los beneficios acumulados de cada territorio; y a colaborar en los ejes de profesionalización, financiamiento, protocolos y buenas prácticas.
-¿Qué propone la Buenos Aires Film Commission con su intención de convocar a las comisiones fílmicas de Iberoamérica?
Tenemos muy claro que el futuro inmediato de las producciones audiovisuales va a estar sostenido básicamente por las herramientas de coproducción y por las coproducciones.
Nosotros tenemos, desde hace muchos años, un convenio iberoamericano de coproducción cinematográfica. Ha funcionado y funcionad muy bien. También ha logrado que Argentina sea uno de los países más importantes de la región en coproducción con países como España, Portugal e Italia. Eso luego habilitó a lo que fue la creación del fondo de fomento del programa Ibermedia.
Pero este concepto de coproducción regional, en donde lo que se pone en juego es el origen, no está muy explorado ni utilizado en la producción de contenidos para plataformas, televisión o nuevos medios de exhibición.
Entonces, desde Buenos Aires Film Commission contactamos a comisiones fílmicas de distintas ciudades de Iberoamérica, con el objetivo de empezar a formar una mesa de trabajo conjunta y generar un acuerdo iberoamericano de coproducción. No solamente un convenio marco, como ya existe y es el de coproducción cinematográfica, sino que también lo podamos llevar a las producciones de plataformas y a las producciones audiovisuales que se puedan crear en el futuro.
-¿Cómo evaluás el desarrollo de la industria de las plataformas y su posible integración en el circuito de las coproducciones?
A nivel internacional, las grandes plataformas -o compañías de streaming- se fueron atomizando y comprando distintas compañías.
La realidad es que hoy, después de un periodo de mucha producción de contenido en donde se creía que iba a haber unos cuatro o cinco años de bonanza, se han cerrado los grifos de presupuesto antes de lo esperado. Esas compañías que se atomizaron ahora empezaron a venderse y a vender ventanas de distribución. Para poder seguir produciendo y generando empleo, lo que importa son las asociaciones.
La producción televisiva y de streaming funciona básicamente como una asociación entre partes: dos personas o dos compañías se juntan y se asocian para producir un contenido.
A esa asociación nosotros le ponemos el concepto de pertenencia: porque genera identidad cultural, permite viajar en el mundo y además porque vienen a grabar (a la Ciudad de Buenos Aires o a cualquier otra que forme parte de este convenio, los productores puedan acceder a distintos beneficios, incentivos, facilidades creadas o por crearse.
-¿Cómo se desarrolló el vínculo con las comisiones fílmicas?
Empezamos con una convocatoria realizada en enero y se fueron sumando cada vez más. Actualmente hay más de 60, entendiendo que los territorios son muy diversos y las realidades también son muy diversas. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con sobre todo con Centroamérica, hay graves problemas de violencia de género en rodajes. Eso se abordó como un tema dentro de una comisión específica.
Frente a la cantidad y diversidad de propuestas, para poder abordar cada una, decidimos sectorizar. Con el acuerdo “Conexión Buenos Aires Madrid” aprovechamos este programa para viajar a España y firmar la primera parte del acuerdo con las comisiones fílmicas de España y Portugal. Ahora vamos a trabajar con las de Caribe y Centroamérica, Sudamérica e interior de nuestro país. El objetivo final es llegar al septiembre con un acuerdo consolidado de toda la región.
-¿Qué tipo de complejidades encontrás en la integración de las distintas comisiones fílmicas?
Observamos algo muy interesante que tiene que ver con la manera en que están articuladas las políticas audiovisuales en cada país. En algunos países las comisiones fílmicas pertenecen a los ministerios de Cultura, como en el caso de la Ciudad de Buenos Aires. En otras ciudades pertenecen a turismo, en otras al Ministerio de Economía, en otras son oficinas de promoción cinematográfica. Ni siquiera llegan a ser Film Commission. Todos tienen un objetivo común que es justamente el de poder fomentar y difundir la cinematografía o el audiovisual local de cada ciudad.
La experiencia que recogemos de las reuniones es que la realidad de cada uno es muy diferente. Una de las cosas que plantea Portugal es la dificultad del idioma. Los portugueses y brasileños por lo general saben hablar en español, pero no siempre los que hablamos español hablamos portugués. A los términos de llevar una negociación adelante, eso dificulta el proceso. Por eso planteamos incorporar la enseñanza del idioma para poder igualar. Por otro lado, Portugal decía que le interesa muchísimo poder coproducir, pero no conocen el talento. Eso nos lleva a plantear cómo ajustar los canales de distribución y de difusión: quizás están buscando un director, un productor o un actor que no llega a esa región porque no lo conocen.
-En esta red iberoamericana de comisiones fílmicas, ¿está prevista la integración de otras comisiones de Argentina? ¿Mantuviste encuentros o están previsto encuentros con sus representantes?
Sí. Tuvimos tres reuniones de trabajo con las comisiones fílmicas del interior del país, de distintas provincias y con distintas realidades. Hay provincias como Mendoza, Neuquén y Córdoba, que están muy desarrolladas, pero hay otras que están en un estadío muy primario. Sabemos perfectamente que la producción audiovisual es generadora de empleo y derrama a otras economías.
A nosotros nos interesa también trabajar con el reposicionamiento de la Ciudad de Buenos Aires en el mundo como un faro audiovisual de nuestra región y de Argentina, entendiendo también que Buenos Aires es la puerta de entrada también para el resto de nuestro país.
Lo que logramos, a través de esta mesa de trabajo, es generar vinculaciones que aporten valor y que nos permitan en un futuro poder justamente promover mucho más nuestra región.
-La experiencia de España indica que hay un creciente desarrollo de comisiones fílmicas regionales.
Tal cual: hasta no hace mucho tiempo, había una gran carencia de rodajes. Sin embargo, actualmente España se ha convertido en el gran hub de producción de Europa. No solamente tiene muchísimas comisiones fílmicas, sino que también tienen muchos programas que incentivan la producción. Ellos tienen muy bien explorado y diseñado lo que se conoce como turismo de pantalla: a través de una producción realizada en un determinado lugar, se fomenta el turismo. Acompañan el lanzamiento de esa producción con un circuito turístico para que el turista pueda conocer y reconocer las locaciones en donde esa serie, película o audiovisual se filmó.
De hecho, hay algunas ciudades españolas que le pagan a las producciones extranjeras determinando qué tipo de producción es y de qué manera muestran su ciudad, su cultura e identidad. Entienden que los audiovisuales viajan en el mundo y que pueden darle ingresos a través del turismo y demás economías. De alguna manera, les dan un incentivo a los productores para que muestren de la mejor manera su ciudad y, de esa manera, puedan derramar a otras economías.
En esa línea misma línea también queremos trabajar.
Julia Montesoro