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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Mariana Bomba concluyó la primera parte de su documental sobre Lohana Berkins: «Cuanto más la conocés más entendés que fue una combatiente de frontera»

Mariana Bomba concluyó recientemente la primera parte del rodaje de su primer largometraje, el documental La Berkins, una combatiente de frontera. Trata sobre la vida de la activista trans Lohana Berkins, nacida en Salta en 1965 y fallecida a los 50 años, fundadora de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual y cofundadora de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina y además impulsora de la Ley N.º 3062 de respeto a la identidad adoptada por travestis y transexuales y aprobada por la Legislatura porteña en 2009.

-¿Qué te decidió a elegir contar la vida de Lohana Berkins para tu debut como directora?

Si bien es mi primera película documental, anteriormente hicimos con Agustina Comedi la serie Archivo de la memoria trans, un documental de cuatro episodios que también recupera la vida de cuatro mujeres trans. Tiene mucho que ver con este documental porque de alguna manera gira en torno a vidas que han estado siempre postergadas

Mi interés por la vida de Lohana viene desde allí. Y principalmente porque las productoras, que son Vanessa Ragone y Mónica D’Uva –de Haddock Films- me impulsaron. Ellas son unas genias, poderosas y feministas, con un enfoque que comparto mucho en relación al cine y la militancia. La idea inicial parte de un libro de Josefina Fernández, La Berkins, una militante de frontera, que recupera mucho de esa experiencia.

-¿Qué impronta querés darle a esta historia?

Me fascina trabajar con el archivo. Me apasionada. En estos últimos años pude acceder a archivos que me aportaron una mirada bastante particular. De diversas procedencias: canales de televisión, documentales y también en el archivo más personal, el más íntimo, que las amigas de Lohana fueron registrando. El archivo es el que entrega una textura muy personal. Es como meterse con la certificación de existencia, te devuelve la materialidad. Allí apareció la imagen y la voz misma de Lohana. Su testimonio y activismo, no solo por ser realmente protagonista en la Ley de Identidad de Género, sino también por su mirada tan especial y particular.

-¿Conocías estas características sobre ella o fuiste interiorizándote a medida que encaraste el proyecto?

Yo la conocía de amigas que vivieron su militancia con ella, de las experiencias y las anécdotas personales que me fueron contando. Después me fui interiorizando muchísimo más. En esta primera etapa de entrevistas hay algo en la diversidad de esos testimonios que nos dio acceso a muchísimas capas más de Lohana. Entrevistamos desde la misma Josefina Fernández -quien escribió el libro-, hasta el exjuez de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni o Marlene Wayar, que es una militante trans, una activista extraordinaria y una gran pensadora.

Hay algo ahí que movilizaba a Lohana y que podía vincular a personas de diversos registros. Y todos quisieron estar ahí, participando, dándonos unos testimonios valiosísimos.

-Los documentos y entrevistas que fueron surgiendo, ¿te hizo revisar algún aspecto del proyecto original?

Y, sí: siempre hay algunos hilos nuevos que van surgiendo al poner en foco lo personal. Lo conocido, a través de análisis periodísticos o de lo visto en la televisión era su militancia. Sin embargo había algo por debajo, en lo vincular, que fue saliendo. Tuvimos entrevistas muy sensibles de personas muy cercanas a Lohana. Uno de ellos, que me conmovió muchísimo por su vínculo, fue Diego Trerotola, a quien admiro mucho. Él nos dio acceso a un universo que compartió con ella, se abrió a nosotros. Me pareció hermoso.

-¿Cuál es la próxima etapa del proyecto?

Después de esta primera etapa de entrevistas, estamos escribiendo con la gran guionista y actriz Carolina Alamino, con quien ya compartí otros proyectos. Armamos un primer guion de montaje y pensamos abrir una nueva etapa de entrevistas que nos quedaron pendientes.

-Un trabajo de montaje que supongo que va a ser muy intenso. Por lo que estás contando, por el tipo de testimonios que obtuviste hasta ahora, va ser difícil la elección de con qué quedarse.

¡Totalmente! Porque tenemos ese ese material hermosísimo, que son las entrevistas, pero también tenemos la voz misma de Lohana, con registros de la época en entrevistas realizadas por otras personas, y también mucho material de archivo. Ese contenido requiere una forma sistemática y práctica de abordar, porque a veces se vuelve vasto e infinito.

-Ahora que profundizaste más en el activismo, en su personalidad, en la forma de ser y de moverse en el mundo de Lohana. ¿Seguís manteniendo el concepto de “combatiente de frontera”?

¡Sí, me gusta mucho! “La Berkins” era como la conocían sus amigas y amigos. Y cuanto más la conocés, más comprendés que fue una combatiente de frontera. Ella vehiculizó diferentes grupos de personas, desde el feminismo hacia las comunidades trans y académicas y a la militancia misma. Hay algo de moverse en la frontera que es una parte vital de su identidad.

Julia Montesoro

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