El productor Pablo Chernov y el director, escritor y guionista Fernando Krapp convergieron en la necesidad de escribir un libro sobre Martín Rejtman. El resultado es una conjunción entre la autobiografía oral del director, más un retrato coral y un tratado de poética cinematográfica. Se llama Es solo una película: el cine según Martín Rejtman (editado por La Crujía) y allí se pueden develar las claves del universo del realizador: su voz, sus preocupaciones estéticas, su humor. Esas mismas pistas que aporta en su filmografía, plasmadas en un libro.
-¿Cómo surgió la idea, cuál fue el capítulo 0 del libro?
Pablo: En 2017 publiqué un artículo llamado Rapado: un diario apócrifo, en Revista de Cine. En ese texto hice una operación de imitar la voz de Rejtman en la medida en que es un diario en primera persona, en tiempo presente. Es apócrifo porque no lo escribió él sino yo y porque la información que contiene esas entradas son algunas verídicas y otras totalmente ficcionalizadas.
Ese texto surgió a partir de entrevistas de Rejtman y también con José Luis García (el director de fotografía de Rapado), Julio Raffo (su abogado) y Pompi Gutnisky (la productora de la película). También tome elementos del expediente de Rapado en el INCAA. Con esos elementos quise hacer algo medio documental pero a la vez ficcionalizado.
Después de publicado el artículo nos juntamos con Fernando -con quien éramos amigos- y surgió la idea de hacer un libro sobre las películas de Martín, siguiendo este principio de meterse en la cocina de las películas. Le hicimos la propuesta y le interesó.
-¿Por qué un libro sobre Martín Rejtman?
Pablo: Rapado se estrenó comercialmente en 1996. El Comité de Estreno del INCAA la había declarado sin interés. Argumentaban que no representaba ni el cine que se hacía ni a la juventud que retrataba. En algún punto, esos motivos eran un manifiesto involuntario del Nuevo Cine Argentino: coincidía con que se empezaba a retratar a una sociedad y a trabajar una estética muy diferente a lo que se venía haciendo. Eso es lo que planteaba Rapado. Y eso justificaba el libro.
Empezamos a trabajar a comienzos de 2018. Básicamente nos juntábamos los tres. Veíamos las películas sin sonido, conversábamos y grabábamos esas charlas. Como si fuera el extra del DVD.
-¿Cuál era el vínculo con Martín Rejtman hasta el momento del proyecto? ¿Eran amigos, conocidos, fans, querían trabajar con él?
Pablo: Los dos éramos fans. Fer (Fernando) lo conoció cuando empezamos a hacer el libro, pero yo ya lo conocía desde aproximadamente el 2007. Estaba produciendo una película muy chica y con la directora nos juntamos con algunos directores que nos gustaban para conseguir cartas de apoyo, como una suerte de padrinazgo. Había visto sus películas y leído sus libros y me gustaba mucho lo que hacía. Le mandé un mail, me respondió y nos juntamos.
Después trabajé en una etapa muy previa en la producción de Dos disparos, a comienzos del 2011, buscando locaciones y armando unos castings. Así se fortaleció la amistad.
-Imagino la cronología del proyecto: primero, el desafío de hacer un libro con determinadas características. A partir de allí, convencerlo. ¿Quién tomó la iniciativa? ¿Qué ocurrió en ese momento?
Pablo: La iniciativa fue conjunta. El agarró viaje enseguida. Por esa época él estaba en un proceso de restauración de sus películas. Mi interpretación es que lo entusiasmó porque atravesaba una etapa de mirar hacia atrás su obra. Y se interesó con la idea de recuperar los procesos de trabajo de sus películas y analizarlas a través de un libro, que no ponga el eje en el punto de vista de la crítica.
La forma la fuimos encontrando en el camino: una vez que estaba todo escrito, en abril de 2023, entre los tres hicimos durante dos meses un trabajo de edición/reescritura de los capítulos que surgían de las entrevistas. Ahí terminamos de encontrar la voz del libro.
-¿Cuál fue el aporte del editor para que el proyecto pueda concretarse?
Fernando: Sabrina Sosa fue nuestra editora y nos acompañó durante el proceso de escritura. Tuvo un rol fundamental porque fue quien terminó de darle forma. Nosotros habíamos caído con un formato de libro, pero nos fue sugiriendo cambios que mejoraron mucho el resultado final. Cosas que tuvieron que ver con el diseño, como las páginas negras o las fotos.
-¿El proyecto siempre estuvo pensado como un libro de conversaciones sobre cine que funcionara como un manual de su método de trabajo?
Fernando: Sí. En un comienzo era un libro de conversaciones. Como el de (François) Truffaut sobre (Alfred) Hitchcock; el de Cameron Crowe (sobre Billy Wilder) o el de Peter Bogdanovich sobre Orson Welles. Sobre cómo trabaja un director, si tiene alguna teoría, si hay alguna forma de explicarla, si tiene alguna teoría conceptualizada. Y que el libro funcionara no solo para un lector ávido de curiosidad con respecto a Rejtman sino también para saber cómo se hace una película, sus modos de producirla o cómo empezar a filmar.
Después pasó algo revelador: Martín nos dijo que no tenía ningún método. Y las formas fueron cambiando. Fue virando más hacia la primera persona. Y las otras voces, que habíamos grabado y pensábamos usar para construir un perfil literario, las incluimos desde otro lugar, para aportar un punto de vista diverso.
-¿Por qué Es solo una película?
Fernando: Dimos muchas vueltas con el título. Se iba a llamar El Ovni, porque en algún momento de los años 90 se hacía referencia a Martín como un Ovni dentro del movimiento del nuevo cine nacional. También pensamos en Habla Rejtman.
Hasta que apareció Es solo una película. La idea nos gustó: el comienzo de Martín fue a través de un corto llamado así. Pero también tiene que ver con que mucho de la forma de vivir de Martín está en sus películas. Por más que no haga un cine autobiográfico. Es solo una película tiene que ver con que dejamos entrar la vida de Martin al texto.
-Usando la misma expresión del título, ¿es solo un libro?
Fernando: Es más que eso. Es también una forma de vivir estos cinco años. De juntarnos con él para aprender de cine. También para conocerlo y entender sus puntos de vista. Y sobre todo, es el resultado de un proceso mayor que fue el hecho de lanzarnos a escribirlo.
Norberto Chab