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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Luciano Cáceres rodó en España «Adiós Madrid»: «La autogestión ofrece otro tipo de desafíos y de intensidades de laburo»

Luciano Cáceres concluyó su participación en Adiós Madrid, el largometraje español de Diego Corsini, coproducción hispanoargentina en la que encabeza un elenco integrado también por Javier Godino, Ingrid Rubio, Sara Vega y Fariba Sheiján.

-¿En qué consistió la experiencia de Adiós Madrid?

Primero en el encuentro con Diego (Corsini). Lo veníamos planeando hace muchos años y tomamos distancia forzosamente desde que se mudó nuevamente a Madrid. Nos encontramos en varios viajes míos. Hasta que en marzo de este año presentamos el proyecto en Conexión Buenos Aires-Madrid. Entonces se sumó la productora española Madco y lo activó. Ocurrió algo casi milagroso, poco común en España: cuatro meses después estábamos rodando.

Laboralmente fue un desafío, por lo que me toca a transitar como personaje. Alguien que estuvo 35 años sin ver a un padre que lo abandonó y que de buenas a primeras recibe un llamado de la pareja, que le avisa que el padre hace dos meses que está internado con un coma inducido, que no va a salir y que el único familiar directo que le queda es él. Tiene que salir al encuentro de un padre que no conoció durante 35 años para un nuevo abandono, porque es para autorizar su partida. En una noche en Madrid va a conocer a su padre por personajes que lo rodearon y que estuvieron cerca de él. Y al mismo tiempo va a conocer una Madrid con sus claroscuros, sus partes trágicas, los distintos tipos de comunidades. Va a bajar al infierno más profundo.

-Ese personaje en una noche tiene que tomar una decisión determinante.

Sí, con mucho enojo. Y resentimiento y dolor por este abandono. Pero se va dando casi como una peli de aventuras. No sé cómo pero se va metiendo en una tras otra y pareciera todo el tiempo que este padre -con quien él está tan enojado- le fue guiando este camino para un encuentro real y un perdón.

-¿Cómo se trabaja la construcción de un personaje que escarba en lo más íntimo de uno?

En principio, está muy bien escrito. Después, creo que encontré muchas cosas que de alguna manera me han pasado. Yo fui conociendo mucho de la historia de mis viejos una vez que se fueron y fui cerrando mi historia. Y eso me marcó un poco el camino.

Y especialmente, hay que estar muy disponible. Ese es el atajo emocional para cualquier actor. Disponible para todas estas situaciones que de verdad son muchas y muy intensas. Este personaje comienza poniendo resistencia y en un momento ya no puede más y se deja abrazar por esta comunidad que le viene a contar la historia del padre.

-Emerge allí un hombre totalmente desconocido, no solamente porque pasaron 35 años.

Claramente entiende qué le pasó. A él lo abandonó a los 10 años para irse a la movida madrileña, en pleno destape, a liberarse sexualmente. Ese enojo hizo que él no quiera mantener contacto con su padre. Pero acá se entera que él lo intentó, que siempre estuvo esperándolo, que había un cuarto que estaba dispuesto, que todo el mundo conocía sobre su existencia, que su madre en vida lo pudo perdonar. Pero a veces el enojo te vuelve ciego y te cierra a la verdad -porque tenés una única verdad y un único punto de vista-. Todo el viaje que hace en estas 24 horas es muy intenso y revelador. La peli es muy entretenida y muestra una Madrid muy linda: se mete en lugares muy hermosos y en tribus distintas.

-¿Cuánto tiempo te demandó el rodaje?

Tiempo récord: doce días de jornadas de catorce, dieciséis horas. Fue una locura que se hizo mientras estaba grabando la serie en Argentina. Entonces se aprovechó a filmar todo el tiempo: desde que me bajé del aeropuerto en Madrid ya me estaba esperando el equipo. Pasé por Migraciones y fui directo a rodar. El regreso fue igual: aterricé a las 6 de la mañana y a las 8 estaba en Polka.

Adiós Madrid reafirmó dos características tuyas: tu continuidad de trabajo y tu predisposición a trabajar con productores independientes y en producciones de esa naturaleza.

La autogestión para mí está buena. Allí aparecen otro tipo de roles, de desafíos y de intensidades de laburo. No hay que esperar lo industrial ni está ahí todo lo dado para poder filmar, sino que hay que salir a buscarlo. Muchas veces en la aventura aparecen cosas mucho mejores. Siempre lo que va pasando en un rodaje así es superador para la película. Por ahí en Argentina uno está más acostumbrado, porque sabemos que tenemos que hacer con poco y hay que ajustar los presupuestos y los recursos. En España es mucho más novedoso. Pero tuvimos unos socios divinos que creyeron en el proyecto, más Diego Corsini y su mujer Maru (Mariana Cangas), que son grandes productores de sus películas y de otras también.

Fue un equipo de trabajo muy reducido, y aunque nosotros somos mucho más cariñosos acá, terminamos a los abrazos y emocionados. Fue una experiencia de apropiación de la película muy enriquecedora para todos.

-¿Cómo está tu productora (Eusebia en la Higuera), que también prioriza este esquema de producciones? ¿Qué proyectos hay en puerta?

La productora son los hermanos Pinto, yo soy un hermano adoptivo (Risas). Hace muy poco terminamos el rodaje de Las Nubes, la nueva película de Eduardo Pinto en la que hago una participación. Está en etapa de posproducción. Nene Revancha, que se estrenó en Conexión Buenos Aires-Madrid, inició su circuito de festivales. El Desarmadero sigue girando por un montón de muestras. Y nosotros estamos desarrollando dos pelis nuevas. No paramos: donde hay un huequito en las agendas de lo que tenemos que producir para vivir, siempre aparecen estas otras pelis que nos entusiasman.

Julia Montesoro

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