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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Julieta Zylberberg protagoniza «El método Tangalanga»: «La película recupera el valor de la ternura»

Julieta Zylberberg coprotagoniza El método Tangalanga, de Mateo Bendesky, junto con Martín Piroyansky, Alan Sabbagh, Luis Machín, Luis Rubio y Rafael Ferro.

Con producción de Varsovia Films (Diego Dubcovsky), contra lo que se pueda inferir del título no es una biopic sobre el popular humorista especializado en bromas telefónicas: se trata de una comedia que sigue el camino de Jorge, un oficinista un poco torpe y un poco tímido, que tartamudea al hablar en público y no sabe cómo acercarse a la chica que le gusta. Se estrena el jueves 19 y que recupera el tono de comedia de las películas de los años dorados del cine argentino.

-¿Quién era el doctor Tangalanga para vos hasta que apareció esta propuesta?

Parte de mi vida: lo conocía como el comediante que hacía bromas telefónicas y había escuchado algunas de ellas. ¡Yo hacía un montón cuando era chica! Era una actividad con mis amigas del colegio.

-¿Qué te entusiasmó del proyecto? ¿Qué te llevó a aceptarlo?

Me gusta los puntos que toca: qué elige contar de la amistad, del amor. Si bien ahora somos menos ingenuos en cuanto a las relaciones, mi parte –que está en la línea de lo romántico-, tiene una mirada femenina más renovada. Es una mujer con una impronta de ir para adelante, que quiere cambiar el rumbo de las cosas. Rescata el valor de la ternura, una condición que tenemos diluida, corrida, como si no hubiese tiempo para ejercerla.

Además fue muy impactante recrear los 60: los vestuarios, la edición, la fotografía.

– Mateo Bendesky consigue hacer una comedia que evoca a aquellas películas de los años dorados, con personajes inocentes, alegres, donde ni el villano es tan malo. ¿Cómo incorporaste ese tono?

Como es de época, me juntaba a ensayar con Mateo en casa. Mientras tomábamos el té y hablábamos del personaje, yo le decía “quedate tranquilo que me pongo el vestido y me pongo”. Fue como generar una composición, una mezcla de distintas disciplinas que confluyen en un armado copado.

-¿Viste cine argentino de otras épocas para construir este personaje?

No mucho. Lo tengo como metido en la cabeza, pero no es un cine que tenga megavisto, para nada. Hablamos así, con ese cántico, pero porque lo tenía incorporado, sin tener una referencia muy clara, o una búsqueda de determinada película. Mateo sí había visto y lo tenía claro.

-En noviembre último tuvo su presentación en el Festival de Mar del Plata. ¿Cómo fue compartir el estreno con el público? 

¡Lloré un montón! Varias escenas me rompieron el corazón. Me reemocioné. Había gente de distintas edades y a cada uno les movió por un lado distinto. Vi gente rejoven que se cagó de la risa sin saber quién era.

Además, fue la primera película que pude ver con mi hijo Luis Ernesto, que tiene 10 años. ¡Antes nunca le mostré una película mía!

-Casi simultáneamente con el estreno de El método Tangalanga, se presentó Las fiestas, de Ignacio Rogers, que lleva tu firma, pero como coguionista. ¿De qué se trató tu participación allí?

Hace muchos años nos juntamos a escribir con Echi (Ezequiel Díaz), Nacho (Rogers) y Esteban Lamothe la historia de una familia que nos divertía. Nos juntábamos a pavear: teníamos mucho tiempo libre. Nacho lo siguió escribiendo y luego intervino Alberto Rojas Apel. Hasta que consiguió su propósito de rodarlo.

-Como si fuera poco, hace apenas un mes terminaste de rodar Puan, segundo largo de María Alché, con quien hace casi dos décadas empezaste a trabajar en cine en La niña santa. ¿En qué consistió allí tu papel?

El último año trabajé solo haciendo películas y todas ellas son muy diferentes entre sí. ¡Es mi trabajo deseado! Se trata de una comedia universitaria, que muestra nuestra educación pública de una forma bastante apocalíptica.

Con María siempre me quedó una relación de amistad y afecto. Lo más lindo de la profesión es volverse a cruzar con gente, ver qué caminos tomamos y los puntos en común que tenemos. Este año también está para estrenar Un pájaro azul, de Ariel Rotter, con Alfonso Tort. Y El salto, de Daniela Goggi, con Rodrigo de la Serna, ambientada en 1985. Ese es el premio de esta profesión: a medida que vas trabajando, vas sumando amistades.

Julia Montesoro

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