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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Clarisa Navas presentó su proyecto «Se queman de la misma forma» en San Sebastián: «Tiene que ver con los incendios y con los duelos»

Clarisa Navas, tras su participación en el Foro de Coproducción Europa-América Latina del Festival de San Sebastián por su proyecto de Se queman de la misma forma, fue seleccionada para integrar el Foro de Coproducción de Platino Industria, una de las novedades de la segunda edición de este evento que tendrá lugar del 27 al 30 de septiembre en Madrid.

-¿Cuál fue el punto de partida de Se queman de la misma forma?

Tiene que ver con los duelos. Pero también con un momento, un paisaje particular, que cada vez abunda más en Corrientes y en todo el país y que está relacionado con los incendios. Transcurre durante este paisaje apocalíptico de quemas y también continúa la exploración en cuanto a lo urbanístico y arquitectónico sobre cómo se planifica una ciudad.

-¿Cómo se fue modificando el proyecto original a partir de las contingencias?

En estos años de pandemia se fue modificando bastante. Por un lado, por experiencias que me pasaron en este tiempo. Pero también por la crisis. No solo la argentina relacionada con hacer cualquier tipo de iniciativa sino mundialmente.

-En tus dos películas anteriores hay un gran arraigo con tu origen, tanto en las locaciones como en el cast, esencialmente formado por actores no profesionales. ¿Te interesa seguir en esa búsqueda?

Sí. Y continuar explorando algo que también es una forma colectiva de trabajo. En Hay partido a las 3 trabajamos con personas con quienes volvimos a trabajar en Las Mil y una y en este proyecto también serán convocadas. Hay un sistema en el que me siento muy cómoda y que también tiene que ver con una dimensión política muy fuerte: si la película transita en corrientes o en una región del noroeste, ¿por qué no trabajar con personas que sean actores locales? En Argentina es difícil poder actuar en cotro lugar con actores que no sean de Buenos Aires.

Las Mil y una proponía en el título un juego de palabras casi críptico, ya que hablaba del complejo Las Mil Viviendas desde tu singularidad. En este caso, ¿qué representa Se queman de la misma forma?

Tiene que ver con un poema que me envió un amigo, Franco Rivero. Es uno de los poetas más importantes del país y padeció los incendios de este verano en Corrientes. Fue terrible: se quemó casi el 10 por ciento de la región. El vive en una zona donde los incendios están muy presentes. Empezó a hacer diarios, notas de voz. Uno de esos audios decía algo así como que un mosquito y un diente de león se queman de la misma forma. Eso me dejó pensando mucho, porque la película tiene que ver con los duelos. Encontré que allí hay una síntesis poética muy fuerte.

-Hablando de búsquedas, Las Mil y una trata sobre jóvenes en busca de su identidad sexual. ¿Te interesa seguir abordando la temática?

En esta nueva película no aparece. Las búsquedas van por otros lugares.En cambio, vengo trabajando en otro proyecto, El príncipe de Nanawa, que tiene que ver con el crecimiento de un niño y aborda un montón de despertares en la juventud.

-¿Cuál es el origen de El príncipe de Nanawa?

Es un documental, hecho con múltiples materiales –una cámara Handy, videos de celulares-, a lo largo de ocho años. Su protagonista es Angel, quien durante ese lapso fue filmando y haciendo diarios de su infancia y su vida cotidiana.

-¿En qué grado de desarrollo se encuentra?

Este año empezamos a editar, aunque vamos a seguir filmando un poco más. Si fuera por mí, la filmaría toda la vida. Es un modo de estar juntos con Angel. -¿Cómo fue el origen del encuentro con Angel?

Lo conocí filmando una de serie de la TDA en un mercado de la frontera argentino-paraguaya. Estaba jugando solo y mientras estábamos filmando testimonios, se acercó porque dijo que quería hablar, que tenía algo para decir. Tenía 9 años. Le dijimos que sí y cuando empezó a hablar notamos que era un ser diferente, con una forma de ver el mundo muy particular. Cuando terminamos me pidió que no me olvidara de él, que volviera. Pasó un año y me quedé pensando mucho en él. Volví y le propuse hacer una película, aunque no tenía ningún proyecto. Le regalamos una cámara que compré con una beca que había ganado. Quería que filmara: no me interesaba mi mirada sobre él sino que él mismo construyera su propio mundo.

Primero pensé que sería una película mucho más corta. Se fue transformando porque ya no fue sobre un niño sino de pasajes, de maduraciones. De vínculos con sus amigos y con el equipo de trabajo. Pasaba de un año a otro y siempre hubo un pretexto más para seguir este vínculo. Y todavía no se termina.

-¿Cuál de los dos proyectos tenés previsto terminar antes?

La película con Angel empezó a hacerse entre las otras dos y siento que puede continuar grabándose. Pero me gustaría que tuviera un cierre próximo. Se queman de la misma forma depende de la búsqueda de financiamientos. El primer lugar donde la presentamos es el Foro de Coproducción de San Sebastián. Filmar con presupuesto local es muy complejo. Es necesario obtener fondos de afuera.

Julia Montesoro

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