Cristian Calvo es el director del Polo Audiovisual de la provincia de Río Negro y el productor general del Festival Audiovisual Bariloche, cuya 10ª edición se llevará a cabo en forma presencial desde el lunes 19 hasta el domingo 25 de septiembre y que pone el foco en las producciones audiovisuales de la Patagonia argentina, chilena y del resto del país.
Las funciones y las actividades son libres y gratuitas y las entradas se retiran media hora antes de cada función. También se podrán ver las producciones en competencia a través de la plataforma www.cineindependiente.ar durante la duración del evento.
Se proyectarán un total de 91 producciones distribuidas en las diez secciones en competencia. Además habrá 20 películas y 2 festivales invitados, entre otras actividades. La programación también contempla apartados especiales dedicados al videodanza, los videoclips y una competencia Patagónica de cortometrajes Sub 21.
El FAB está organizado por la Secretaría de Estado de Cultura de Río Negro con el acompañamiento del Instituto Nacional de Cine y de Artes Audiovisuales.
-El Festival Audiovisual Bariloche vuelve al 100 por ciento de la presencialidad, sin aforo ni restricciones. Y la gente vuelve en el año de la décima edición. ¿Cómo esperás el retorno del público?
El festival, organizado por la dirección del Polo Audiovisual de la Secretaría de Cultura de la provincia de Río Negro, es una celebración. Celebrar porque nos da la posibilidad de retornar a la presencialidad. El año pasado –cuando implementamos el formato hibrido, con un aforo del 70 por ciento-, el público volvió a las salas, aunque parcialmente. Acompañé el estreno de una película -un largo de una competencia binacional- dirigida por dos directoras. Y comprobé el valor que tiene presentar la obra frente al público. La posibilidad del ida y vuelta. Esa es la importancia que tienen los festivales. Por eso esta edición es una celebración.
-¿Cuáles son las grandes novedades que se incorporaron al festival?
Tendremos cuatro salas especialmente preparadas para las diez secciones en competencia, que otorgarán 45 estatuillas. Una gran cantidad de las secciones tienen que ver con la interculturalidad y la diversidad de la región patagónica, con un crecimiento enorme de proyectos: largos y cortometrajes, videoclips, videodanzas y videoarteinstalacion, que van a estar desplegadas en San Carlos de Bariloche y también en Dina Huapi y en El Bolsón. Y con la posibilidad de que se puedan ver a través de la plataforma virtual. Esta herramienta nos resultó favorable durante la pandemia porque nos permitió sumar espectadores, especialmente para aquellos que no tienen posibilidad de visitar el festival.
-Uno de los objetivos de un festival es acrecentar la cantidad de público.
Tiene que ver también con lo que siempre imaginamos: que Bariloche sea el faro de referencia de todo lo que acontece en la Patagonia. Para esta edición tuvimos un récord de inscriptos: se presentaron más de 600 obras. Fue un trabajo muy difícil para los programadores, que seleccionó 91 obras audiovisuales en todos los formatos para las secciones en competencia y más de veinte que formarán parte de las obras invitadas. Muchas secciones incorporaron producciones locales, lo que también habla de la diversidad del festival.
-Y del desarrollo, que se pone de manifiesto justamente en el décimo aniversario.
Muchísimo. Esto también trae aparejado la necesidad de que el Festival sea el punto de encuentro de las escuelas de cine de la Patagonia. A través de la Secretaría de Cultura, el Festival ha implementado nuevamente el programa de Becas FAB. Esto permite que los alumnos de las escuelas de cine de Patagonia puedan participar y tener alojamiento y que puedan llevar adelante el 5º Encuentro de Escuelas de Cine en el marco del Festival. Este intercambio es beneficioso para todas las partes y abre la posibilidad de que se produzca una coproducción entre universidades locales o con Chile.
-¿Cómo tienen prevista la inauguración?
El acto de apertura se llevará a cabo el miércoles. Allí se mostrará la sinergia del festival a lo largo de estos diez años en los que convivieron el arte y la música con el audiovisual. Va a proyectarse un mapping y habrá diversas interacciones del espectro cultural. ¡Será como una bienal!
-Los Focos y las actividades especiales son un aspecto enriquecedor en un festival. ¿Hacia dónde los dirigirán?
Tendremos un Foco Malvinas, vinculado al reconocimiento a 40 años de la gesta, con numerosas producciones regionales. Van a participar las asociaciones de excombatientes de las distintas localidades.
También habrá un Foco dedicado al Cine Científico CONICET, un hecho novedoso que nos permitirá acceder a películas relacionadas con la ciencia.
Habrá un programa como Cine Inclusión, que incorpora proyecciones con audiodescripción, tanto para no videntes como para personas sordas o hipoacúsicas.
Vamos a tener un espacio que tiene que ver con la formación, con talleres de capacitación, la actuación frente a cámara, la cordillera pensada como locación para un rodaje. Y también van a haber festivales invitados, como el Festivalito (el festival de las instancias) o el Eco Film Festival de Puerto Madryn. Nos interesa abrir el abanico de posibilidades para todo el mundo. Queremos que el festival cubra todas las franjas etarias, que cada uno encuentre un espacio para poder disfrutarlo.
-Un festival es un hecho artístico y también cultural. ¿Qué reflexión hacés a propósito de estos diez años generando cultura?
Durante el lanzamiento del Festival coincidíamos con el secretario de Cultura de la provincia, Ariel Avalos, al mirar los créditos de las películas: es destacable la cantidad de técnicos y profesionales que forman parte de una obra. Esos puestos de trabajo peligran. Por eso, durante el Festival se va a estar concientizando para derogar la ley de caducidad de los fondos.
Julia Montesoro