El viernes 2 de septiembre comienza la 8ª edición del Festival Internacional de Cine de las Alturas, que se extenderá hasta el domingo 11 en la provincia de Jujuy en un formato mixto, en donde las películas incluidas en las competencias oficiales se podrán ver de manera online en todo el país y de manera presencial en salas jujeñas.
Facundo Morales es el coordinador general del Ente Autárquico del festival y el principal responsable de este acontecimiento de gran relevancia para la provincia, la región y el bloque de países andinos.
-Con el retorno a la normalidad, después de dos años de modificaciones y restricciones, ¿qué festival se espera?
Volvimos a producir el festival en su formato clásico: es lo que más esperábamos. La situación sanitaria lo permite. Y aprovechando lo que nos dejó la experiencia de estos últimos dos años, pasar parte de la programación –las competencias oficiales- de manera online, a través de la página web del festival, para todo el país.
El festival tiene una gran fortaleza en sus cuatro competencias oficiales: las internacionales de largometrajes de ficción y documentales, la de cortometrajes del NOA y WIP de las Alturas, que se realizará por segundo año y por primera vez en forma presencial.
Venimos de dos años duros para la industria en particular, en lo que respecta a rodajes, películas y festivales. Nosotros nos adaptamos rápidamente y buscamos alternativas. Así, en 2020 pudimos desarrollar el festival 100 por ciento virtual. El año pasado hicimos una edición híbrida, con siete salas en la provincia, pero con la imposibilidad de tener a los directores y productores. Nos dejó una sensación extraña. Por eso estamos tan felices de volver a la presencialidad plena.
-Ese retorno a la normalidad, ¿se pudo percibir también en la producción audiovisual, a través de la cantidad de inscriptos?
Se inscribieron unas 350 obras. Una cifra similar a la etapa previa a la pandemia. Es una cantidad importante, considerando que hay seis países que pueden competir y que cada uno tiene su propio contexto económico y sus distintas vías de financiamiento.
De la producción que recibimos vamos a exhibir 120 películas. Nos interesa que la oferta sea lo más variada posible. Además de las competencias, hay dos secciones paralelas. Y contamos con diez salas en distintos lugares de la provincia y siete en San Salvador, además de nuestra pantalla online.
-Uno de los ejes del festival es el intercambio con el público que hace un recorrido allá de las películas. ¿Qué otras acciones o actividades están previstas?
Aparte de las películas tenemos 17 actividades formativas: clases, talleres, capacitaciones. También hay actividades especiales y los “Diálogos de Altura”. Son actividades que convocan a la comunidad audiovisual: no solo a Jujuy sino a la región, a las provincias del NOA, a universidades y centros de estudiantes que se organizan y viajan para participar. Recibimos listas de Córdoba, Tucumán, Buenos Aires. El festival otorga incentivos a los interesados para que sea un gran encuentro. En estos días previos al inicio volvimos a ver gente acercándose a las oficinas del festival, pidiendo los catálogos y armando su propia hoja de ruta. Como dato curioso, hay un grupo de mujeres de la tercera edad –muy reconocidas entre nosotros- que todos los años viene a pedir la programación para armar su recorrido.
-Mantuviste un encuentro con la ministra de Educación, María Teresa Bovi, para articular una acción conjunta para que las escuelas de la provincia puedan participar del festival. ¿Cuáles son los objetivos?
Tenemos previstas varias acciones. Por un lado, nuestro programa Alturas Móvil, la camioneta equipada que va por la provincia durante todo el año y que intensifica su presencia durante el festival. El objetivo es llegar a los lugares alejados de los centros urbanos, a escuelas, a centros comunitarios. Por otro lado el festival tiene una sección ambiental, compuesta por documentales, que queremos extender a las escuelas. Para que no quede solo en el visionado, sino que posteriormente se puedan trabajar estos contenidos. Y también cumplir con el objetivo de formar espectadores: es importante acercar el festival a las instituciones a ver un cine distinto al que están habituados en las salas comerciales y en plataformas. Es una función social y educativa que venimos haciendo desde 2017.
-Uno de los propósitos de la Ley del Cine, promulgada a fines del año pasado, es que el Festival deje de ser un ente en sí mismo para pasar a formar parte de un nuevo organismo, el Instituto de Artes Audiovisuales de Jujuy. ¿En qué instancia se encuentra?
Está próximo a los decretos reglamentarios de la ley: falta solamente la firma del gobernador. Se concretará en los próximos días. A partir de ahí la ley entra en vigencia y podemos poner en funcionamiento este nuevo organismo lo antes posible. De esa manera el Festival y la Comisión de Filmaciones pasará a formar parte del Instituto de Artes Audiovisuales, que funciona desde 2017. La ley prevé muchos otros beneficios, como la creación de una dirección de fomento y promoción de la actividad audiovisual, que tiene como objetivos crear un plan de fomento anual para el sector local. También otorgar beneficios como subsidios, becas y distintas acciones de promoción. Y por otro lado, la creación del archivo fotográfico audiovisual para la preservación del acervo de la provincia. Son los cuatro pilares del instituto: el fomento, el festival, la comisión de filmaciones y el archivo. Es el nuevo desafío después del festival. Con eso tendremos las herramientas para terminar de generar una industria y convetir a Jujuy en un polo audiovisual.
Julia Montesoro