Ópera prima de Pablo Stigliani, el largometraje “Bolishopping” es una ficción inspirada en una cruel realidad: los talleres que operan de manera clandestina en plena ciudad. La película se centra en la historia de una familia que llega desde Bolivia, para ganarse un sustento en Buenos Aires, y poder enviar a su hija de cinco años a la escuela. Desde su paso por la frontera, donde reciben malos tratos,
hasta entrar a trabajar para Marcos (el dueño del taller clandestino, interpretado por el fallecido Arturo Goetz), los tres inmigrantes ilegales sufren maltrato y penurias, en medio de pésimas condiciones de vida.
La película transcurre en torno al trabajo esclavo de este taller, y presenta como principal responsable a Marcos, quien manipula a los trabajadores diciéndoles que no pueden salir a la calle, pues allí serán golpeados y maltratados por el simple hecho de ser bolivianos. Sin embargo, varios en el taller comienzan a notar los manejos extraños del “patrón” e intentan rebelarse a sus imposiciones, hasta llegar al punto de ser echados a la calle cuando Marcos ve amenazado su “negocio” esclavista.
El film es un buen reflejo de una realidad que opera de manera clandestina y que muchas veces pasa inadvertida, justamente por ocurrir en plena ciudad, en talleres que además, funcionan como “viviendas” y de donde, como se muestra en el film, los trabajadores muchas veces no tienen la posibilidad de salir para denunciar la explotación a la que son sometidos. (Por Lucía Chab)