spot_img
spot_img
spot_img

Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Hernán Guerschuny estrenó «Doble discurso» en salas y streaming: «La manipulación de la verdad es una idea que me ronda desde que estudiaba Comunicación»

Hernán Guerschuny estrenó en salas y plataforma de streaming su más reciente largometraje: la sátira política Doble Discurso, con guion propio y protagonizada por Diego Peretti, Rafael Ferro y Julieta Cardinali.

La película propone un triángulo entre “El Griego”, un asesor de imagen de políticos, genio de la persuasión pero muy poco atractivo; Ricardo Prat, un candidato carismático pero intelectualmente limitado y Camila Hewell,una periodista combativa que decide enfrentar al candidato para exponer su pasado misógino y los negocios turbios de su familia.

Simultáneamente Guerschuny está rodando Nahir, investigación del crimen de Fernando Pastorizzo, película original de Amazon.

Doble discurso desde antes de su estreno fue clasificada de diferentes maneras, que van desde una comedia romántica a un thriller político. ¿Qué caminos elegiste para transitar la película?

Hay un poco de ambas cosas, pero para mí es una historia de amor trágica en el marco de un thriller político. Lo de comedia romántica por ahí tiene que ver con que tiene momentos de comedia. Como se sabe, es una adaptación de Cyrano de Bergerac; libre, pero básicamente trágica. Las buenas tragedias no necesariamente tienen que ser solemnes, pero en términos de dramaturgia es una tragedia, sin duda.

-El protagonista es un candidato político en campaña, o por lo menos una figura que empieza a querer emerger en el escenario político. Aunque hace mucho tiempo que trabajás en este proyecto, ¿hay algún anclaje con políticos de la vida real?

Una película lleva tanto tiempo de realización que es casi imposible planearla para estrenarla una semana antes de las PASO. Puede ser oportunista el momento del estreno, pero no la planificación del rodaje.

Si hay alguna influencia o referencia, tiene que ver con que soy un ciudadano de este país, básicamente. Voy a cumplir 50 años este año, atravesé toda la democracia y hay un montón de estereotipos reconocibles para todos los que vivimos en este país. Aunque cuando uno empieza a investigar las realidades de otros países, encontrás modelos similares también en otras latitudes.

De manera muy buscada y consciente intentamos escapar a la comparación. No quisimos que se identifique tal personaje con tal persona real. Preferimos que fuese una fábula propia, un cuento propio. Por cierto, vas a poder relacionar más de una característica con alguna persona real. Pero queríamos personajes con vida propia y con historia propia.

-El desdoblamiento entre la verdad y la construcción de esa verdad, la preocupación por hablar de esta coyuntura y de esta manipulación, ¿estuvo en vos desde un comienzo o surgió a medida que ibas trabajando la idea de este guion?

Es una idea que me arrastra hace mucho tiempo. Te diría casi desde que empecé estudiando la carrera de comunicación, hace muchos años, en la UBA. Como homenaje, en la película aparece el edificio donde yo estudié, aunque después se mudó un par de veces.

Creo que esta idea de cómo se pueden manipular los discursos se remite a ese momento: cuando yo estudiaba comunicación era una novedad y nos escandalizaba. Era algo a denunciar, que debía cambiar. No se le decía posverdad, pero ya se instalaba la idea de que la realidad dejaba de ser lo más importante para poner en primer plano cómo se habla de ella. O que las emociones o las opiniones que despiertan ciertos hechos en la gente es más importante que los datos objetivos.

Es un tema fascinante, que tiene que ver con que la política empieza a armar discursos porque está estudiado que pueden instalarse mejor en un mapa electoral. O el mismo periodismo, que en la manera que hoy tiene de informar no importa tanto informar un hecho sino conseguir un clic. Y nosotros como como consumidores y ciudadanos y espectadores, lo que queremos es suscitar la mayor cantidad de reacciones en nuestros seguidores y en nuestros followers.

Todo eso conforma un mapa que desde hace pocos años lo hemos naturalizado como si fuese algo normal. Todos formamos parte de este simulacro que reemplazó a la realidad.

-Empezando por estos candidatos ¿no? Que son totalmente artificiales en en su en gran parte. Doble discurso da cuenta a través del personaje de Diego Peretti que de alguna manera se constituye en el anti héroe, el que va a poner las cosas en claro. Justamente él, que proviene de la comunicación. ¿Es de alguna manera es un alter ego tuyo?

Y… cuando uno escribe siempre hay algo de uno. Aunque generes tu antítesis, porque también el que no se parece a vos lo hacés en relación a lo que vos creés que no es lo bueno. El personaje de Diego Peretti, “El Griego”, es un asesor de políticos que en los 90 llevó a los tipos más flojos de papeles al poder y que después entró en una crisis medio existencial nihilista, por sentirse casi artífice de los destinos de la Patria. Se retiró de esta actividad y ahora en esta historia, aparece un partido en crisis que ha inventado este candidato que es querido por la gente por haber ganado una medalla olímpica en hockey. Pero una periodista (el personaje de Julieta Cardinali), va a empezar a amenazar esta candidatura tratando de ventilar el pasado y los negocios de esta familia. Allí convocan a “El Griego” para tratar de salvarlo.

A medida que avanza la película iremos viendo cada uno de estos personajes que tienen su propio plan. Y nada es lo que parece, un eslogan que nunca jamás se dijo (Risas).

-Mencionabas que el guion es una versión libre de Cyrano. ¿Qué encontrás en los clásicos?

Una estructura muy sólida. Por eso son clásicos, ¿no? Son sensibles y envejecen bien. Mauricio Kartún dice algo que me encanta: que los clásicos son como esas brasas que quedan después del asado, que parece que están apagadas y cuando uno le echa un poco de oxígeno vuelven a prender fuego. Y además los podés hacer en todo tiempo y lugar y adaptarlos a diferentes circunstancias. En esta estructura inquebrantable, esa historia cyranesca de un personaje que hace hablar a otro para enamorar a un tercero me parecía muy actual en términos de esta era de la posverdad: cómo inventamos discursos para poner en boca de otros, sin importarnos la realidad o la verdad, sino que esté al servicio de que funcione. Esta idea de que la verdad es la mentira más efectiva. Para eso están los expertos en la manipulación del discurso. Desde los sofistas de la antigua Grecia hasta estos sofistas modernos, que se venden al mejor postor para poder armar una realidad a la medida de quien los contrata.

Julia Montesoro

Related Articles

GPS Audiovisual Radio

NOVEDADES