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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

«Marilyn» ganó el Queer Lisboa 22 y Martín Rodríguez Redondo hizo su presentación en San Sebastián

“Marilyn” obtuvo un importantísimo reconocimiento internacional: el sábado 22 se llevó el premio a la mejor película en el certamen Queer Lisboa 22. Según el jurado, compuesto por Didier Roth-Bettoni, Hugo van der Ding y Leonor Silveira, la película de Martín Rodríguez Redondo empleó “un lenguaje nunca manipulador, una mirada realista que nos propone un retrato de una pesada sociedad”. Pocas horas antes, se exhibió por primera vez en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en la sección Horizontes Latinos.

Tras la presentación, hubo un coloquio, en el que Rodríguez Redondo agradeció su convocatoria porque “este es el Festival que mejor representa al cine lationamericano”. En el mismo participaron el productor Giancarlo Nasi Cañas y la productora Paula Fabiana Zyngierman.

El domingo 23 será el segundo de los tres días consecutivos que se presenta esta ópera prima que representa a la comunidad LGTB a través de una historia basada en hechos reales acontecida en 2009, y que además compite por el Premio de la Juventud (cuyo jurado está formado por más de 300 jóvenes estudiantes de entre 18 y 28 años) y por el Premio Sebastiane (que se otorga a la película que mejor refleje los valores y la realidad de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales).

“Elegí el tema porque no había visto ninguna película argentina que abordara a un personaje transexual en pleno proceso de cambio. Desde el principio traté de entender las condiciones sociales de una persona como Marilyn. Creo en la necesidad de crear películas que aborden estos temas para remover la conciencia de la sociedad”, sostuvo el realizador, en diálogo con María Aranda, del Diario del Festival.

Esta ópera prima es un proyecto que viene construyéndose desde hace años. Desde 2009, Rodríguez Redondo ha fue documentándose del caso de la verdadera Marilyn, de donde parte esta historia basada en hechos reales. Por ello, para él encontrar al protagonista idóneo era sumamente importante: “No quería que fuera un actor conocido para que el público se centrara en la historia en sí, no en el famoso que ahora hace de homosexual”.

Así fue como escogió a Walter Rodríguez, que antes de esta película no había interpretado ningún papel. La magia que descubrió en el propio Walter, en el real, fue lo que le hizo decantarse por él. “Tenía una verdad en su propio cuerpo y para mí esa verdad era fundamental para el personaje”.

Las sucesivas presentaciones de “Marilyn” sirven para concientizar de que existe una realidad en la que muchos jóvenes no pueden mostrar su yo más auténtico. El protagonista de la película, Marcos, convive en una familia que reprime su posibilidad de ser él mismo. Nada muy diferente de lo que ocurre en la realidad. “La homofobia que está muy presente en la sociedad argentina y no sólo en los medios rurales -asegura Rodríguez Redondo-. A Marilyn no se le permite ser quién quiere ser. No se le permite ser, sin más”.

El realizador refiere una reacción que enfrenta una y otra vez, como síntoma de la discriminación y la marginación: “Muchas veces se me acerca gente del público, después de ver el film, para decirme que ellos son Marilyn y que la vida que muestro en ella es la suya propia”.

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