Argentina fue la gran protagonista del 63º Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que terminó el sábado 26 de septiembre con la entrega de la Concha de Oro a la mejor película a la coproducción islandesa-danesa-croata Sparrows, un drama que retrata sin regalar una sonrisa el despertar de un adolescente en el hostil paisaje nevado de un pueblo de Islandia.
La cosecha de premios fue más que satisfactoria para el cine
nacional. Ricardo Darín compartió con Javier Cámara la Concha de Plata al mejor actor por Truman, y Santiago Mitre obtuvo tres premios por La patota (que en España se conoce como Paulina): Horizontes (dotado de 35 mil euros), el Ezae de la Juventud y TVE – Otra mirada. Además, Truman también obtuvo el Feroz Zinemaldia, reconocimiento que otorga la Asociación de Informadores Cinematográficos de España. En tanto que La omisión (del debutante Sebastián Schjaer) logró el premio al mejor proyecto del IV Foro de Coproducción Europa-América Latina 2015, dotado de diez mil euros, y el cortometraje Nueva vida (del boliviano Kiro Russo, egresado de la FUC, que estuvo a cargo de la producción del proyecto) consiguió cinco reconocimientos y fue elegido para participar de la selección oficial del Festival de Cine de San Sebastián 2016, en la sección “Encuentro Internacional de Estudiantes de Cine”.
Los 1.806 espectadores del auditorio Kursaal estallaron en aplausos 
cuando se anunció que Darín compartió el galardón con el coprotagonista de la película. Al subir a escena juntos, Javier Cámara rompió el fuego, aunque no pudo sustraerse a la emoción que parece acompañar a los artistas cada vez que aluden al film. “Está dedicado a toda la gente que está pasando un mal momento”, comentó sensibilizado.
Darín, a su lado, se presentó diciendo “arigató”, un deliberadamente falso euskera que distendió el clima y provocó la risa. “Es genial que el jurado haya tenido la mirada fina y la generosidad de premiarnos a los dos. Todos sabemos que los premios tienen cierta cuota de injusticia con los colegas que no fueron elegidos. Que lo estemos disfrutando juntos es como tocar el cielo con las manos. Trabajamos codo con codo, con nuestra energía y nuestros dolores, y hubiera sido injusto reconocer a uno de los dos y dejar de lado al otro”, expresó.
Horas antes, Truman había recibido su primer reconocimiento, de manos de los representantes de la prensa. Lo recibió la productora Marta Esteban, quien señaló: “Los periodistas sois a veces nuestra pesadilla, pero todos lucháis por lo mismo: la cultura”.
Al director Santiago Mitre lo sorprendió la cosecha de La patota: “Nunca pensé que tendría tan buena acogida en este festival. Desde
la primera función, la película tuvo un gran recibimiento por parte del público. No tengo más que agradecimiento a quienes me acompañaron. Dolores Fonzi, una actriz muy valiente y muy maleable. Mi madre, especialista en violencia de género, que me asesoró y me acompañó. Y el productor Axel Kuschevatzky, quien confió en mí para hacer esta versión que siento muy mía, aunque sea una remake”.
Además de esta notable acogida que tuvieron los títulos argentinos, estos fueron los principales premios que se concedieron en la 63ª edición del festival:
-Premio especial del jurado: Evolution, de Lucile Hadzihalilovic.
-Concha de Plata al mejor director: Joachim Lafosse, por Les chevaliers blanc.
-Concha de Plata a la mejor actriz: Yordanka Ariosa, por El rey de La Habana.
-Premio del jurado a la mejor fotografía: Manu Dacosse, por Evolution.
-Premio del jurado al mejor guión: Arnaud Larrieu y Jean-Marie Larrieu, por 21 nuits avec Pattie.
-Mención especial del jurado: El apóstata, de Federico Veiroj.
-Premio Nuev@s director@s: Le nouveau, de Rudi Rosenberg.
-Premio del público: Umimachi diary, de Hirokazu Koreeda
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Fuente: Nota de Julia Montesoro publicada en La Nación.